Felipe Piña, candidato del PRC en Santander: “Hemos hecho un grupo muy potente con la intención clara de desalojar al PP del Ayuntamiento”
“Que la gente se tenga que ir de Santander es el mayor de los síntomas del deterioro social de la ciudad”, defiende el cabeza de cartel de los regionalistas, que se estrenará como candidato municipal el 28M
Felipe Piña (Santander, 1979) está absolutamente volcado desde el pasado mes de febrero en la campaña electoral en Santander, donde concurrirá como candidato a la Alcaldía por el PRC el próximo 28 de mayo. Su nombramiento, más allá de los rumores previos, supuso en golpe de efecto de los regionalistas, que aspiran a mejorar sus resultados de manera notable y dar un vuelco en la ciudad. “Hemos hecho un grupo muy potente con la intención clara de desalojar al PP del Ayuntamiento”, asegura durante la entrevista.
Los primeros pasos en la política de este doctor, licenciado e ingeniero en Geodesia y Cartografía los dio, precisamente, dentro del equipo del 'popular' Samuel Ruiz (PP) en la Delegación del Gobierno en Cantabria, aunque desde un puesto de técnico. De ahí saltó a la Dirección General de Transportes y Comunicaciones del Ejecutivo autonómico, un cargo que ocupa desde hace seis años. Y ahora es el cabeza de cartel regionalista en unos comicios que evaluarán la gestión como alcaldesa de Gema Igual. Su campaña 'Santander necesita Piña' se hizo viral, tirando de humor, y consiguió que los vecinos y vecinas pusieran cara a un aspirante recién llegado. Su tarea ahora es que las propuestas y el proyecto que defiende cuaje para abrir la puerta a una mayoría alternativa en la ciudad.
Una vez inmerso en plena campaña, ¿cómo está siendo su aterrizaje en la política municipal de Santander?
Las sensaciones que palpo en la calle es que todos los colectivos, los comerciantes, los vecinos... están hartos de la situación en la que está Santander de decadencia y lo que detectamos es que la gente quiere un cambio urgente en el Ayuntamiento.
¿Le hubiera gustado disponer de más tiempo para poder preparar el programa y conocer con mayor detalle los problemas de los vecinos?
Rotundamente, sí. Nos acoge todo el mundo, nos paran por la calle y estamos notando mucho cariño. Si hubiéramos podido trasladar a la gente la transformación que queremos hacer, que nos hubieran escuchado antes... Creo que con un poco más de tiempo seguramente nos hubiera ido mejor. Nos va a ir muy bien, eso lo digo de corazón, lo veo en la calle, pero hubiera sido necesario un poco más de tiempo.
Es apabullante el clamor popular de una ciudad que pide que se desaloje del equipo de gobierno a la alcaldesa y tome las riendas un equipo con ilusión, con aire fresco para levantar Santander
¿Qué es lo que más le ha sorprendido desde que se anunció su candidatura a la Alcaldía?
Que es una ciudad que lleva 44 años gobernada por el mismo color, el mismo equipo, el mismo gobierno, aunque paulatinamente han ido existiendo más detractores. Sin embargo, creo que ahora es apabullante el clamor popular de una ciudad que pide que se desaloje del equipo de gobierno a la alcaldesa y tome las riendas un equipo con ilusión, con aire fresco para levantar Santander.
José Maria Fuentes-Pila, el anterior candidato del PRC y actual portavoz municipal del grupo regionalista, ¿qué papel tiene en esta campaña?
Ha tenido un papel importantísimo en el tránsito hacia mi persona como cabeza de lista de la candidatura. Creo que en gran parte hay que agradecérselo a José María Fuentes Pila, dado que él, con el secretario general del partido, tuvieron conversaciones en las que entendieron que había que cambiar la cara visible de la candidatura. A partir de los dos surgió la propuesta. José María sigue siendo el secretario general del comité local. Ha puesto a disposición de la candidatura todos los medios personales y materiales que había en el comité local y la libertad con la que he trabajado es por su cercanía, su humanidad y su disposición a seguir luchando por un proyecto en común.
¿Le preocupa el desgaste que señalan las encuestas al PRC? ¿Puede tener alguna influencia en la votación del 28M?
Es que no lo palpo en la calle. Hay unos números, unas encuestas, pero yo en la ciudad no veo ese desánimo. La prueba es que cuando el secretario general del partido, Miguel Ángel Revilla, baja a la plaza del Ayuntamiento, hay cola en los stands y eso no ocurre con otros candidatos. Por tanto, desconozco lo que va a ocurrir el día 28, pero no me preocupan las encuestas. Históricamente siempre nos han dado al PRC resultados malísimos y se han triplicado luego los resultados. Creo que estamos acostumbrados. Siempre dice el presidente que el peor día de una campaña para el PRC es cuando salen las encuestas.
El PRC consiguió ganar en las elecciones autonómicas de 2019 en la ciudad de Santander, pero hubo una gran diferencia respecto al voto municipal. ¿El objetivo es acortar esa distancia entre el arrastre que tiene Miguel Ángel Revilla y lo que consiga el candidato a nivel local?
Claro, claro. Yo creo que es el quid de la cuestión. Miguel Ángel es un monstruo, un animal político, una persona que ha creado un partido, una comunidad autónoma, y cada día que pasa lo veo más fuerte, con más ideas. Va a más, siempre va más, y la verdad que te quedas helado al verlo. Eso es un lujo y por eso yo le pido que me ayude en la campaña de Santander, que trate de estar el mayor tiempo posible en la ciudad conmigo porque, egoístamente, yo me tengo que aprovechar de esos prácticamente 11.000 votos de diferencia que hay entre él y la candidatura local, una brecha que hay que intentar disminuir.
Hay ciertas personas en el Ayuntamiento que creen que Santander es suyo y Santander es de los santanderinos y santanderinas
En su presentación como candidato dijo que veía un Santander “apático, en blanco y negro, encerrado en sí mismo”. ¿La autocomplacencia ha sido el mayor problema de los sucesivos equipos de gobierno?
Sí, supongo que es normal a nivel humano. Cuando tú tienes una querencia en algo y todo fluye, -todo fluye mal, en este caso-, te acomodas hasta el punto de creerte realmente que el Ayuntamiento te pertenece, que es lo que le ha pasado al PP. Eso lo hemos detectado en gestos casi cotidianos de dificultades que nos ponen incluso para hacer la campaña y es como remar con todo en contra, porque realmente hay ciertas personas que creen que Santander es suyo y Santander es de los santanderinos y santanderinas. Eso lo están detectando los vecinos desde hace años. No es fruto de la casualidad que el Partido Popular pierda prácticamente 21.000 votos en ocho años. No es casualidad ni la gente es tonta.
En el mitin de la alcaldesa con el líder del PP nacional, Alberto Núñez Feijóo, sorprendía que la mayor parte de su discurso y de las críticas que lanzó estuvieran centradas en Felipe Piña. ¿Cree que hay preocupación en el PP por el papel que puede hacer el Partido Regionalista en estas elecciones o que le puede estar haciendo mella en su electorado?
Bueno, no creo que yo preocupe a nadie, lo que sí hay es mucho nerviosismo. No sé si llega al grado de la preocupación, puede ser que sí, no me veo con tal importancia, pero lo que es cierto es que se nota en muchos gestos, en muchos ataques hacia mi persona, no de ahora, desde hace ya bastante tiempo. Y sí, hay una fijación, que no sé si llegará al grado de preocupación, pero sí que detecto nerviosismo y concretamente hacia mí. Me voy acostumbrando y eso también me hace más fuerte.
Usted viene del ámbito de la gestión pública, es alguien recién aterrizado en el rifirrafe político de una campaña. ¿Cómo vive a nivel personal, de repente, convertirse en centro de ataques?
Es muy curioso el hecho de que, por ejemplo, la alcaldesa entre a un acto en una asociación de vecinos, a un encuentro o cualquier sitio y no me salude. Me llama poderosamente la atención eso. Repito que no sé si es preocupación, desprecio o soberbia. No sabría definirlo, pero me ha sorprendido, tanto al resto de candidatos como a mí en particular que no salude. Ella debería ser la alcaldesa de todos, también de los candidatos que se presentan a las elecciones.
¿Había relación previa con la alcaldesa? ¿Se conocían?
Sí, la conocía.
Viene denunciando la pérdida progresiva de población en Santander como uno de los problemas más acuciantes. ¿Y eso cómo se combate?
Cuando yo era un niño veía una ciudad muy distinta a la que veo ahora. ¿Qué hizo que esa ciudad tuviera riqueza, tuviera ilusión? Había acciones, había proyectos, había ideas, pero a partir de un determinado momento, la ciudad se para, se le para el reloj y se queda sin proyectos transformadores y, salvo una intervención privada, que es la del Centro Botín, el resto es decrepitud total. No hay nada más salvo, por ejemplo, el PCTCAN o iniciativas del Gobierno de Cantabria, pero acciones del Ayuntamiento e infraestructuras de inversión, cero patatero. Eso va diluyendo la capacidad de riqueza de la ciudad. El estudio demográfico es fundamental para situar dónde estamos y que la gente se tenga que ir de Santander es el mayor de los síntomas del deterioro social. A eso le sumamos una parálisis en todos los proyectos ambiciosos. Vitoria ha sido una ciudad ambiciosa, Bilbao lo fue, San Sebastián, Oviedo, Burgos... Lo tenemos aquí enfrente, en el Cabildo, lo podemos ver a 150 metros del Ayuntamiento. Cuando lo básico se cae, la ciudad entra en el caos, en la parálisis, no funciona nada. No hay unos presupuestos, no hay un plan general...
Muchas veces se centra el debate en cómo atraer a turistas, en cómo prepararse para acoger a más visitantes y se habla poco de mejorar la ciudad para el que vive aquí. Da la sensación de que Santander se ha convertido una ciudad de postal en determinadas zonas, pero que luego es bastante dura dos calles más allá del Ayuntamiento, porque las diferencias son muy grandes. ¿Cómo se puede luchar para que no haya barrios de primera y de segunda?
Acabas de hablar de una cuestión importantísima. Santander es una ciudad de desequilibrios. Salvo la fachada que va desde la zona del Centro Botín hasta las playas, un paseo que todos nos podemos dar y saborear, el resto, quitando excepciones, es otra ciudad. Pero es que ni en El Sardinero. Es que hemos ido a ver las barandillas y se pudren. No solo es la estética, es que alguien se pueda apoyar en una barandilla, caerse y matarse. Pero es que no solo es eso, es que en Semana Santa van y se echan unos brochazos mal puestos, sin imprimación, sin tratar, sin nada, es una auténtica vergüenza.
La gente en los barrios lo que quiere es aparcar, iluminación, limpieza, seguridad, más accesibilidad. Cuando no tienes ni presupuesto, es lo que pasa
Lo primordial es actuar en los barrios y hacer una política integral de rehabilitación. Las escaleras mecánicas están bien, pero hay que arreglarlas, hay que mantenerlas. Hay mucha gente mayor que no puede bajar al portal porque no tiene ascensor en su edificio. Mi campaña se volcó en los barrios para detectar qué es lo que ocurre. Es una ciudad orográficamente muy compleja, las conexiones transversales son muy difíciles. La gente no puede aparcar, no tiene luz en los barrios, no tiene seguridad. Llaman a la Policía y no va porque no hay efectivos. La gente en los barrios lo que quiere es aparcar, iluminación, limpieza, seguridad, más accesibilidad. Cuando no tienes ni presupuesto, es lo que pasa. ¡Todavía hay que escuchar a la alcaldesa decir que no es imprescindible! ¿Cómo no va a ser imprescindible un presupuesto? Es lo primero que tienes que tener.
Casi todos los debates municipales en Santander tienen el urbanismo como eje transversal, desde la situación del Cabildo de Arriba a la reordenación ferroviaria, el frente marítimo o La Remonta. ¿Cuál es su modelo de ciudad?
Hay un modelo expansivo que es el de agotar todo el suelo, que no ha funcionado, pero sigue vigente y es el modelo del Partido Popular. Nosotros vamos a revitalizar el centro. ¿Queremos una ciudad en la que el centro esté vacío, se llene de pisos turísticos y la gente tenga que irse? Hay cantidad de solares abandonados que generan suciedad, que tienen ratas, que son verdaderos estercoleros. ¿Por qué no se estudia qué acciones se pueden hacer ahí? Lo estamos viendo en muchos sitios, forman parte del paisaje de la ciudad.
¿Habría que apostar por la rehabilitación y por recuperar el centro, entonces?
Totalmente. Y luego transformar esos cuatro distritos en once que dieran la particularidad de que cada uno de los concejales de un ramo se dedique también a un distrito concreto, lo que daría mayor fluidez a las peticiones de las asociaciones y a su relación con el Ayuntamiento.
Como decía antes, uno de los asuntos más acuciantes en la ciudad es la situación del Cabildo, un barrio céntrico e histórico que lleva más de 15 años de absoluto abandono. ¿Cómo se puede revertir esa tendencia?
Dices que se han perdido 15 años, pero creo que son bastantes más. La Comisión Mixta es del 2002, aproximadamente, pero es que ahí el Cabildo ya estaba decrépito. Un barrio que está a 200 metros del Ayuntamiento, o menos. La Sociedad de Vivienda y Suelo debe dar un paso hacia adelante y debe gestionar de manera eficaz la posibilidad de que los jóvenes, especialmente, tengan acceso a la vivienda. No puedes coger un solar, promover un edificio, hacer pisos y venderlos, porque eso lo hace cualquiera, sino que hay que involucrarse y colaborar. Hay que mojarse, aunque sea difícil. Como está ahora es un escándalo. Lo dicen los vecinos: se nos va a caer encima.
Otro de los puntos negros es la entrada principal a la ciudad por el barrio de Castilla-Hermida y todo lo que tiene que ver con la reordenación ferroviaria. ¿Cómo lo plantea el PRC?
Uno de los cuatro pilares de nuestro programa está en ese barrio. Yo tengo 43 años, voy a hacer 44, y recuerdo esa calle siempre igual. La entrada a Santander con una acera estrecha, en un barrio deteriorado, sin zonas verdes, salvo La Marga, y una falta de equipamientos y de zonas de esparcimiento para las familias, para los niños, para los abuelos, tremenda, en el barrio más poblado de Santander que ronda prácticamente los 45.000 habitantes. Hay que soterrar esa calle. Son 90.000 vehículos entrando y saliendo diariamente a la ciudad y esos vecinos nos han dicho que esto no puede ser. Hay que tomar decisiones. Vamos a soterrar el tráfico hasta Varadero haciendo un parking de residentes con una zona también de acogida, para que el que quiera venir a la ciudad pueda aparcar el coche. Además, la zona de bajas emisiones va a llegar y va a haber dificultades con los coches, así que hay que adaptarse para que ese turista o ese vecino de Astillero, de Camargo, de Potes o de Bilbao, pueda tener un parking de acogida.
Más allá del tráfico, ¿qué otras opciones plantean en el entorno?
Rehabilitar el Barrio Pesquero es otra de las cuestiones que van en el programa. Cualquier equipo de gobierno con dos dedos de frente hubiera aprovechado las sinergias que le puede generar el Barrio Pesquero. Era un sitio de referencia para ir a comer, para ir con la familia, y hoy ya se ha acabado eso. En la zona de la integración ferroviaria, en la zona norte de todo este barrio, hay que actuar ya. Hay un consenso, hay una cantidad importantísima de dinero que el Ministerio está dispuesto a invertir utilizando el administrador ferroviario, ADIF. Hay una solución que creo que es bastante lógica, bastante real, bastante tangible, que es llevar las vías contra el talud de la calle Alta y en la cota del paseo actual, extender la ciudad en unos 50.000 metros en un gran parterre que pueda ser de uso y disfrute de todos los santanderinos, más esos 35.000 metros de zona verde, real, donde se pueden plantar árboles, haciendo un gran cordón verde que separaría las viviendas de las de la playa ya minúscula de vías hasta dejar la estación donde está, cerquita de la estación de autobuses y que es un lujo tener en pleno centro de la ciudad. Pero el proyecto vuelve a estar parado porque este Ayuntamiento no habla con nadie: no habla con Costas, no habla con ADIF, todo son problemas, todo son excusas, no hay soluciones. Nosotros vamos a apostar por mantener relaciones permanentes con la Autoridad Portuaria y con el Gobierno de Cantabria, porque no va a ser fácil: hemos cuantificado el soterramiento en 15 millones y hay que intentar sacar dinero de donde sea para resolver esa deuda histórica que tiene la ciudad con los vecinos de la zona.
El actual concejal de Urbanismo, Javier Ceruti, sostiene que el resto de partidos miran hacia el sur en ese barrio, pero que están dispuestos a aceptar esa losa que él ha frenado esta legislatura. ¿Le parece que la solución propuesta por ADIF es lo suficientemente buena para la ciudad como para ponerla en marcha cuanto antes?
En Santander, en las últimas décadas, nada se ha hecho bien. Nada. Lo que es cierto es que esta es una opción que existe en la realidad, que hay presupuesto. No hay plusvalías. Hemos dicho que no queremos viviendas ahí. Nos hablan de otros modelos, de otras ciudades. Es que ahí sí existen plusvalías. Lo hemos visto en Oviedo, que hicieron cuatro bloques de viviendas, pero aquí hemos decidido que es bastante denso el barrio y cargado de edificación, de volumetría, y eso hay que liberarlo. Por tanto, el no generar plusvalías supone que esos 700 u 800 millones de euros que costaría el supuesto soterramiento no vaya a ser viable. No nos tenemos que engañar. Y si, sumado a eso, no podemos plantar árboles de gran porte, ¿qué zona verde vamos a conseguir? Eso sí que es una gran losa. Hay que estar con la realidad y no engañar a los vecinos. Lo que tienen ahora es lo mismo de siempre. Hay que ponerse en marcha.
Otra frase suya que tengo apuntada: “Es hora de que dejemos de escuchar hablar de ‘lo que fue Santander’ y empecemos a hablar de lo que va a ser a partir del 28 de mayo”. ¿De qué le gustaría que se hablara tras la noche electoral?
Me gustaría que se hablara de una ciudad potente. Vamos a apostar por convertir a Santander en la ciudad del deporte. Hemos tenido grandes deportistas, tenemos clubes en todas las categorías, en todas las disciplinas. Tenemos deportes tradicionales en el ámbito de las traineras, en la vela, en las palas, en los bolos. Hay una capacidad de generar riqueza, una industria del deporte, como lo hemos llamado. De lo que se trata es de aprovecharnos del deporte, de nuestra riqueza paisajística y de una ciudad que lo tiene todo. Y, por otro lado, debemos retener el talento. Está la Universidad de Cantabria, que ronda los 12.000 o 13.000 alumnos. Tenemos una universidad privada como Uneatlántico. Hay un potencial de chavales que hay que retener. Por eso proponemos la ampliación del PCTCAN, ya que es vital para darles un hueco y porque las empresas nos lo están pidiendo. Hay que retener a la población aquí.
A partir del 28M casi seguro que tocará hablar de pactos, porque no es previsible una mayoría absoluta. ¿Se sentaría a hablar con Gema Igual en caso de que fuera necesario o cualquier cambio en la ciudad pasa por sacar al PP del poder?
La preferencia la van a tener que marcar los santanderinos cuando voten. Yo creo que he sido claro.
¿Hay que desalojar a la alcaldesa sí o no?
Es que no hay otra solución. No me gusta hablar de pactos porque al santanderino se le distrae. Yo no sé si vamos a pactar ni con quién vamos a pactar. No me lo he parado a pensar. No, no, no, no, desde luego que no. Yo quiero obtener el mayor número de votos con mi candidatura, con un programa serio y con un equipo muy fuerte que hemos armado, con profesionales de otros sectores que no han venido aquí a buscarse la vida. Queremos poner en marcha todo lo que se ha venido trabajando desde el grupo municipal, con los concejales, con el comité local. Hemos hecho un grupo muy potente con la intención clara de desalojar al Partido Popular del Ayuntamiento de Santander. Es que es lo justo. ¿Por qué? Porque la ciudad está como está y porque se han perdido 23.000 habitantes. ¿Qué ha conseguido el pacto de PP y Ciudadanos? Nada.