Fracturas, relevos y pulsos soterrados: los partidos cántabros superan el ecuador de la legislatura y miran de reojo a 2027

Superado el ecuador de la legislatura, la fotografía actual de los partidos políticos cántabros dista bastante de la que dejaron las elecciones autonómicas de 2023. En estos dos años, salvo el PP -que gobierna en minoría, lo que le ha permitido aplacar las fricciones internas que arrastraba desde hace años-, todas las formaciones con representación en el Parlamento han atravesado crisis orgánicas o fracturas internas que han desembocado en cambios de liderazgo o en la salida de la primera línea de algunas de las figuras que ocuparon un papel protagonista en la última cita con las urnas.
Y es que PRC, PSOE y Vox, cada uno con su particular 'culebrón' interno, han vivido procesos de agitación que, en algunos casos, han supuesto cambios destacables de cara a los comicios de 2027, a los que ya miran de reojo. Miguel Ángel Revilla no encabezará el próximo cartel electoral regionalista -y ya tiene sustituta-, Pablo Zuloaga ha perdido las riendas de la formación socialista, y Emilio del Valle no preside el partido de extrema derecha, que está sumido en una profunda crisis tanto en la dirección como en el grupo parlamentario, que cuenta con un tránsfuga. Todo esto en apenas dos años desde la última cita con las urnas.
Lo de Vox viene de mucho tiempo atrás y supone el escenario más estrambótico. La formación de Santiago Abascal en Cantabria ha vivido en el alambre desde el principio de la legislatura y con la sensación de que todo podía estallar por los aires en cualquier momento. Y es que la dirección nacional ha tenido que intervenir en varias ocasiones porque el grupo parlamentario era un polvorín, hasta el punto de que terminó por romperse con la salida del diputado Cristóbal Palacio.
Tanto Palacio como la portavoz del grupo parlamentario, Leticia Díaz, que han mantenido un enfrentamiento abierto desde los inicios, fueron expedientados y suspendidos de militancia. El primero, por “negligencia en sus labores” -en un contexto en el que pretendía compaginar una dedicación absoluta en la política institucional con su actividad privada como abogado, algo que el Parlamento le negó como ya lo hizo la legislatura pasada, cuando además ejercía como portavoz-; y la segunda, por acoso laboral a una trabajadora.
Actualmente, Palacio está reubicado como diputado tránsfuga de Vox, formación que se encuentra presidida por la portavoz municipal del partido de extrema derecha en el Ayuntamiento de Santander, Laura Velasco, tras haber estado en manos de una gestora durante meses después de que Emilio del Valle renunciara al cargo.
A diferencia de lo que ha ocurrido en este partido ultra, en el PRC y en el PSOE los movimientos orgánicos se han producido a raíz de procesos de primarias en los que la militancia ha pasado por las urnas. En ambos casos, en los últimos meses, a lo largo de este año 2025.
Revilla no será candidato
En el caso regionalista, el más reciente, las elecciones internas han sido las primeras de su historia, y se han llevado a cabo con el objetivo de elegir relevo para un Revilla que no será cabeza de lista electoral tras cuatro décadas. Sin embargo, el veterano dirigente del PRC mantendrá las riendas de la formación que él mismo fundó a través de un modelo de bicefalia al estilo PNV.
Así, Revilla seguirá siendo el secretario general, mientras Paula Fernández, vicesecretaria de Organización y exconsejera de Presidencia y Justicia durante la pasada legislatura, será la candidata electoral del PRC en las elecciones autonómicas de 2027.
La elección se ha llevado a cabo en dos tiempos: el primero, a través de una votación secreta entre los miembros del Comité Ejecutivo que descartó a dos candidatos que no lograron los avales mínimos necesarios para continuar en el proceso: el exconsejero de Desarrollo Rural y mano derecha de Revilla durante dos décadas, Guillermo Blanco, y el alcalde de Torrelavega, Javier López Estrada.
Superada esa primera fase, Fernández venció en las urnas a Pablo Diestro, alcalde de Reocín y expresidente de la Federación de Municipios de Cantabria, para convertirse en la cara visible del regionalismo en las papeletas electorales: “Los padres de esta autonomía somos nosotros y hoy empezamos un nuevo capítulo”, expresó en el acto en el que se oficializó su proclamación.
Pablo Zuloaga pierde el poder
El PSOE, por su parte, que tiene bastante más experiencia en celebrar elecciones internas -lo hace cada cuatro años-, ha experimentado un largo y doloroso proceso que ha fracturado el partido y que ha copado titulares de prensa durante nada menos que cinco meses.
Y es que los socialistas abrieron la veda en septiembre del pasado año, cuando salió a la palestra una candidatura alternativa a la oficialista para el Congreso Federal, respaldada por el diputado nacional, Pedro Casares, quien a la postre encabezaría la lista para desbancar al secretario general, Pablo Zuloaga, que también fue candidato electoral en 2023.
Casares se ha hecho con el control del partido en febrero de este año, tras imponerse en las urnas con el 52% de apoyos y tras meses de disputas internas que partieron a la mitad el partido entre 'zuloaguistas' y 'casaristas'. De hecho, y pese al relevo en la dirección del partido, el grupo parlamentario se mantiene del lado del exsecretario general, salvo el diputado Mario Iglesias, quien ahora ejerce la Portavocía que ostentaba Zuloaga.
El refugio del poder institucional
Por contra, el PP está disfrutando de la estabilidad que otorga el poder institucional. La presidenta del partido, María José Sáenz de Buruaga, ha logrado aplacar toda contestación interna desde que en 2023 consiguiera una victoria electoral que le permitió gobernar Cantabria y convertirse en la jefa de un Ejecutivo autonómico en minoría que encuentra respaldo en PRC o Vox según convenga.
Buruaga, que estuvo a punto de salir de la primera línea política en 2019 cuando fue apartada inicialmente por la dirección de Pablo Casado y sobre cuya continuidad al frente de los populares cántabros sobrevolaba una incertidumbre constante, encontró en la llegada de Alberto Núñez Feijóo a Génova un respiro. Así, actualmente, y al menos mientras conserve el poder, los pulsos internos en el PP cántabro parecen estar soterrados.
Fuerzas extraparlamentarias
Más allá de los partidos con representación en la Cámara autonómica, otras fuerzas se hacen notar en la calle y perfilan sus opciones de cara a la cita electoral que tendrá lugar en dos años. El que suena con más fuerza, y se ve con claras opciones de romper la barrera del 5% de votos que da acceso al Parlamento, es Cantabristas.
La formación que logró una movilización masiva contra el proyecto denominado como 'Ibiza del norte' o que desplegó una pancarta gigante en la Cordillera Cántabrica para protestar contra la construcción de una carretera turística, ha celebrado recientemente un acto, encabezado por su secretario general, Paulu Lobete, donde se ha reivindicado como “la auténtica alternativa al PP” y su modelo “privatizador, de hormigón y de masificación turística”.
Por otro lado, Izquierda Unida está en pleno proceso para elegir coordinador autonómico, al que de momento únicamente se ha presentado Israel Ruiz Salmón, quien aspira a la reeleción. Por su parte, en Podemos, Mercedes González continúa como coordinadora del partido morado en Cantabria.
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