El grupo ultracatólico HazteOir ha presentado un escrito de alegaciones al anteproyecto de ley LGTBI de Cantabria, presentado el pasado mes de mayo, puesto que en su opinión “obliga a los niños a cuestionar su sexualidad”.
Esta asociación explica en el texto que, de aprobarse, la ley cántabra obligaría a explicar diversidad afectivo-sexual a los alumnos desde la Educación Infantil, “eliminando los estereotipos de 'normalidad' basados en la heterosexualidad como la única orientación sexual válida y admitida”.
El grupo ultracatólico más activo en España provocó un enorme revuelo el pasado mes de febrero cuando puso en circulación en Madrid un autobús tránsfobo con el mensaje “los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen”.
A partir de ese momento, se desató un intenso debate a nivel político y social sobre las consecuencias de que el conocido como 'bus del odio' circulase por las distintas ciudades de España. A pesar de que una orden judicial le prohibió recorrer las calles hasta que no retirase los mensajes tránsfobos, siguió haciéndolo con otros que seguían la misma línea, como “Dejar a los niños en paz”.
Así pues, en este tour recaló en Cantabria coincidiendo con la presentación por parte del Gobierno autonómico del anteproyecto de Ley para la Igualdad de Trato y No Discriminación por Razón de Orientación Sexual e Identidad de Género.
Se trata de una norma que recoge el derecho de los menores transexuales al tratamiento para bloqueo hormonal y al tratamiento hormonal cruzado, así como estrategias de salud específicas para el colectivo LGTBI y la igualdad de acceso a tratamientos de reproducción asistida para mujeres lesbianas y bisexuales. HazteOir denuncia que de aprobarse, Cantabria se convertiría en la duodécima comunidad autónoma que “impone ideología de género en las aulas”.
El presidente de los ultracatólicos, Ignacio Arsuaga -ultraconservador y familiar de Rodrigo Rato-, manifiesta que, “con el pretexto de no discriminar a determinados colectivos se vulnera el derecho de los niños a ser educados sin ideologías y se fulmina la libertad de los padres a transmitirles sus valores”.
En las alegaciones presentadas por HazteOir.org se citan otros artículos del anteproyecto de ley que “vulneran derechos fundamentales” a su juicio. El colectivo critica que el texto “permita que un menor sea sometido a tratamientos de inhibición del desarrollo hormonal contra la voluntad de los padres”.
Igualmente, la asociación reprocha que el anteproyecto “prohíba a un profesional asesorar a una persona que libremente pida ayuda para cambiar su orientación sexual”. “No sólo se le prohíbe, sino que se prevén sanciones de hasta 30.000 euros y castigos como la inhabilitación para prestar un servicio o, en su caso, cierre del establecimiento en el que ejerza su actividad”, afirma Arsuaga.
“Los niños son demasiado valiosos para que ningún gobierno les someta a experimentos. Y leyes como la que se prepara en Cantabria vulneran derechos de niños y libertades de los padres garantizadas por la Constitución, la Declaración Universal de Derechos Humanos y numerosos tratados internacionales. Los ciudadanos deben ser conscientes de todo esto”, concluye el presidente de la agrupación ultracatólica.
Rechazo
Cantabria mostró su rechazo al 'autobús del odio' cuando llegó a la comunidad. “¿HazteOir? ¡Hacéoslo mirar! Vuestro odio no cabe en nuestras calles”. Este fue uno de los muchos mensajes que se pudieron leer en la Plaza del Ayuntamiento de Santander, donde cerca de 200 personas se concentraron para decir 'no' al bus naranja y a sus mensajes tránsfobos.
La Asociación de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales de Cantabria (ALEGA) manifestó públicamente su “repulsa” tanto hacia los citados mensajes, como hacia la intención de HazteOir de “alterar el orden público incitando al odio entre ciudadanos”.
Precisamente este colectivo valora la ley cántabra “muy positivamente” y considera que va a ser una “herramienta muy útil” para proteger a las personas LGTBI. Su presidente, Alberto Calera, ha asegurado a este medio, replicando los argumentos del grupo ultracatólico, que “nunca es demasiado temprano para iniciar a los niños en la educación afectivo-sexual y en el respeto a la diversidad, ajustado en cada caso a la edad de cada uno”.
“Entendemos que es una pataleta de una gente que pretende que se mantenga una dinámica de odio hacia las personas LGTBI”, subraya Calera.
Por su parte, Podemos fue el primer partido en reaccionar tras conocerse su llegada a Cantabria y reclamó a las instituciones su paralización para prohibir su circulación por los municipios autonómicos. “Si permitimos estas campañas desde las instituciones y la sociedad, estas pueden tener consecuencias muy graves para aquellas niñas y aquellos niños que se sienten rechazados o aislados”, subrayó la formación morada.
Asimismo, el secretario general del PSOE de Santander y portavoz municipal, Pedro Casares, registró un escrito que solicitaba a la alcaldesa de la capital cántabra que pusiese todos los recursos a su alcance “para no permitir que este vehículo que genera odio, rechazo y atenta especialmente contra los derechos de los niños y niñas”, recorriese la ciudad.