La Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria (AEHC), dentro de su particular batalla con el Gobierno autonómico por las restricciones de la COVID-19 que afectan a su sector, ha decidido dar un paso más traspasando la línea de la insubordinación.
Y es que, tal y como ha informado este lunes en rueda de prensa, su departamento jurídico está “estudiando la cobertura legal y valorando efectuar una posible recomendación a sus socios sobre la viabilidad de abrir el interior de sus negocios para dar almuerzos, desayunos o cenas a clientes, siempre y cuando sea por razones de trabajo”.
Para ello, el colectivo pretende aprovechar la polémica generada tras la reunión de trabajo de miembros del Ejecutivo con el ministro Illa en la que se sirvió un catering en la Filmoteca para para impulsar una insurrección a la norma que prohíbe la apertura del interior de los establecimientos de hostelería y restauración como medida para frenar el avance de la pandemia.
Se trató, según defendió el Gobierno regional tras una denuncia del PP, de una reunión de trabajo en la que no se incumplieron las restricciones sanitarias. Según argumentó el Ejecutivo, se sirvió un catering en el marco de ese encuentro laboral, escenario que está recogido en la disposición primera, punto tercero, del Decreto 3/2020, de 26 de octubre, por el que se limita la permanencia de grupos de personas en espacios públicos y privados en el ámbito territorial de la Comunidad Autónoma de Cantabria. En concreto, este punto establece que “no estarán incluidas en esta limitación las actividades laborales e institucionales”.
Así pues, la Asociación de Hostelería se aferra a esa excepción para promover el posible quebrantamiento de la norma que restringe el acceso al interior de sus locales, vigente de momento hasta el 18 de diciembre. “El sector sigue pagando los platos rotos de una pandemia mal gestionada”, ha argumentado
“Si el ministro Illa y miembros del Partido Socialista del Gobierno regional mantuvieron una reunión de trabajo con comida en el interior de un local de uso cultural, los empresarios del sector debería poder abrir el interior de sus negocios como espacios de trabajo donde además comer, desayunar, cenar o almorzar”, han sentenciado desde el colectivo.