Margarita Salas (Asturias, 1938) es una eminencia en el sector de la investigación en genética biomolecular. Referente femenino, a pesar de que no le guste que la recuerden los logros que ha conseguido durante su trayectoria. En los años 60 se fue a investigar a Nueva York junto con el Premio Nobel Severo Ochoa y, a su vuelta a España, fue pionera en la introducción de la Biología Molecular.
La investigadora habla sobre la desigualdad de la mujer en el ámbito científico y espera que en un futuro la mujer “obtenga el puesto que se merece” en este ámbito. Además, critica la falta de financiación que el Gobierno dirige a la ciencia y cuenta, en conversación con eldiario.es, la pasión que siente al desarrollar su trabajo. Salas vuelve un verano más a la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander dentro de la Escuela de Biología Molecular Eladio Viñuela, una oportunidad para “conocer los aspectos más novedosos” y “los temas más actuales de la investigación”, de la mano de una de las mujeres más influyentes en el sector.
Tiene una carrera repleta de logros, pero, ¿cómo se siente tras haber sido galardonada con los Premios Inventor 2019: 'Logro de toda una vida' y Premio Popular?
Ha sido emocionante y muy gratificante. Realmente he recibido muchos premios a lo largo de mi vida, pero no por inventora, por lo que ha sido particularmente gratificante. Es un reflejo, en parte, de todo lo que he hecho en mi carrera porque supongo que sí que se me ha dado por eso. Y después está el Premio Popular que no me lo esperaba, fue una sorpresa.
¿Es el trabajo lo más importante para usted?
Para mí la investigación es una pasión, yo no sabría vivir sin investigar. Si no pudiese ir todos los días al laboratorio a hacer investigación no podría vivir.
¿Cómo pudo llegar tan lejos en este sector en una época dónde la mujer estaba claramente en situación de desigualdad frente al hombre?
Por una parte, siempre he tenido el apoyo de mi marido para que sea independiente en mi trabajo y pudiese demostrar que era capaz de salir adelante sola en él. Mi marido me apoyó y me ayudó en todo momento. Eso fue el factor más importante. Y luego porque yo quería salir adelante y no quedarme atrás, fue por una parte un apoyo muy importante de mi marido y por otra parte mi propio deseo de salir adelante.
Actualmente, ¿cree que ha cambiado la situación?
Sí, realmente ha cambiado mucho. Yo empecé a hacer investigación, y a hacer mi tesis doctoral, en el 1961. En esa época se pensaba que las mujeres no estábamos capacitadas para investigar. Me discriminaron por eso, estuvo muy discriminada. Las cosas han cambiado mucho. En nuestros laboratorios hay más mujeres que hombres haciendo su tesis doctoral y todas ellas van a salir adelante, en su carrera profesional e investigadora. Yo siempre digo: espero que en un futuro no muy lejano la mujer obtenga en el mundo de la ciencia el puesto que le corresponde. Siempre de acuerdo con su capacidad y su trabajo, independientemente de que sea hombre o mujer.
¿Por qué los jóvenes tienen que salir a investigar al extranjero?
El problema es que tenemos muy poca financiación. Realmente, llevamos varios años que estamos en mínimos. Incluso sufrimos los que estamos ya investigando porque cada vez nos llega menos apoyo económico para realizar nuestra investigación. Por otra parte, sufren mucho los jóvenes que se forman y hacen muy buenas tesis doctorales para después tener que irse al extranjero. Lo cual es bueno, siempre esta bien ir a hacer una estancia postdoctoral, pero el problema reside en que, en este momento, los jóvenes que salen no pueden volver por falta de financiación.
¿La ciencia es la gran olvidada del Gobierno de este país?
Sí, realmente lleva muchos años olvidada porque los presupuestos que hay son muy escasos, estamos a la cola de los países de la Unión Europea. Sin embargo, en España se hace muy buena investigación. Ocupamos el noveno lugar en producción científica y el numero 30 en financiación, lo que significa que realmente con muy poca financiación realizamos muy buen trabajo. ¿Qué haríamos si tuviésemos más? Cuando me preguntan por qué no hay más Premios Nobel españoles siempre respondo: porque somos muy pocos todavía, para que un país tenga un Premio Nobel tiene que tener una masa crítica, más investigadores, y de ahí alguno recibirá el galardón.
Hablando de Premio Nobel, usted fue a Nueva York a investigar con Severo Ochoa. ¿Qué diferencias encontró entre investigar en Estados Unidos y España?
En Nueva York había todas las facilidades del mundo, tanto de financiación como de ambiente, conferencias y seminarios. Nueva York era el paraíso. Sin embargo, cuando volví a España en 1967, imagínate, si ahora hay poca financiación, en ese momento no había nada. Cuando mi marido y yo regresamos aquí a investigar lo conseguimos gracias a una ayuda que nos trajimos de Estados Unidos, sino no hubiésemos podido ni siquiera volver.
Pionera de la Biología Molecular junto con su marido, además, iniciaron juntos la asignatura de genética molecular en la Complutense, pertenece a Consejo Superior de Investigaciones Científicas, a la Real Academia Española, es investigadora del phi 29 y es profesora ad honorem, entre otras muchas cosas. ¿Cuáles son los próximos proyectos de Margarita Salas? ¿Qué le queda por hacer?
Si me dejan, seguiré trabajando. Yo soy teóricamente jubilada, pero puedo seguir ejerciendo porque tengo un nombramiento de profesora ad honorem en el CSIC, institución en la que siempre he trabajado. Mi objetivo es seguir trabajando muchos años más. Aspiro a seguir trabajando y, además, dar ejemplo y apoyar a la mujer en la ciencia y a los jóvenes en la investigación. Pero, en particular, a las mujeres, para que salgan adelante.