Más de nueve horas de espera para volver a casa en ambulancia tras una quimio: “No hay derecho a que se nos trate así”

Rubén Alonso

Castro Urdiales —

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Los problemas que arrastra Cantabria con la prestación del servicio de ambulancias parecen no ir a mejor tras el reciente relevo en la adjudicataria del transporte sanitario programado. En apenas 15 días desde que la nueva empresa haya cogido las riendas, las distintas quejas de pacientes han sacado a la luz situaciones tan alarmantes como la última que ha tenido lugar esta misma semana, cuando una pareja de avanzada edad tuvo que esperar más de nueve horas en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander para regresar a su domicilio en Castro Urdiales tras una sesión de quimioterapia.

“No venimos al hospital por gusto, venimos porque mi mujer está enferma de cáncer y, además, somos gente mayor, sin recursos como para coger un taxi o un hotel para pasar la noche. No hay derecho a que se nos trate así a los usuarios del Servicio Cántabro de Salud”, denunció en un comunicado el hombre de 75 años afectado por esta larga espera que tuvo lugar el pasado lunes y en la que tanto su mujer enferma -74 años- como él como acompañante padecieron durante nueve horas la incertidumbre de no saber cuándo volverían a su casa.

Desde las tres de la tarde hasta pasadas las 12 de la noche estuvieron esperando a que una ambulancia les llevase de regreso a Castro Urdiales, a unos 75 kilómetros de distancia. “Ya estamos acostumbrados a que algunos días haya que esperar más y otros menos, sabemos perfectamente que no se trata de un servicio de taxi ni a la carta y que a veces hay que esperar hasta dos y tres horas para poder optimizar los viajes, pero esto se lleva la palma”, lamenta el afectado.

Y es que por si eso fuera poco, durante ese tiempo, esta pareja tuvo que soportar que dos ambulancias programadas para dos destinos cercanos a su localidad de residencia no aceptaran su traslado. Primero una hacia Laredo, a 24 kilómetros de su casa, pero es que, posteriormente, pasadas las ocho de la tarde, una ambulancia con plazas libres se dirigió a Otañes, pedanía del propio municipio de Castro Urdiales.

“Cuando ya llevábamos más de cinco horas esperando con mi mujer sentada en la silla de ruedas y hecha polvo tras el madrugón y la sesión de quimio, sale una ambulancia para Otañes con dos personas. Como hay plazas de sobra, le decimos al conductor que aprovechen el viaje y nos deje en Castro, que le coge de paso, a lo cual se niega. Le pedimos por favor que llame a la empresa y lo comente pero nos insiste en que él solo cumple órdenes y que no va a llamar a nadie, que sigamos esperando y que, si queremos, pongamos una queja en el mostrador”, relata el hombre en su comunicado.

“A las diez de la noche, ya completamente solos en la sala y tras más de siete horas esperando, nos informan de que el hospital va a cerrar, y nos trasladan de Valdecilla Sur, a la zona de Urgencias, insistiendo en que no nos preocupemos que en cualquier momento vienen a por nosotros, cosa que termina ocurriendo a las 00.17 horas de la noche, tras más de nueve horas de espera. Pasada la una de la madrugada llegamos a nuestra casa en Castro Urdiales”, prosigue.

“Cualquier persona que haya pasado por quimioterapia o que tenga algún familiar que haya pasado por ello sabe lo que suponen nueve horas en una silla de ruedas después de la sesión y de haberte levantado a las seis de la mañana para ir desde Castro al hospital de día”, lamenta el hombre, expresando su “pena” por la “descoordinación o guerras internas en las empresas adjudicatarias del servicio de ambulancias” que se traducen en “percances y retrasos cada dos por tres que sufren los pacientes”.

“Hoy nos ha tocado a nosotros, pero mañana serán otros los pacientes que tengan que pasar por esto, por eso mi mujer y yo pedimos a quien corresponda (políticos castreños y regionales, directivos del hospital...) que no miren para otro lado y que tomen cartas en el asunto, y también pido a los medios de comunicación que se hagan eco de esta situación para ayudarnos a visibilizar el problema y con suerte, a solucionarlo”, concluye el comunicado.

Más casos

No se trata este de un caso aislado desde que la empresa valenciana Diavida relevó a Ambuibérica el 1 de octubre en la gestión del transporte programado. Otra mujer, en declaraciones a elDiario.es, ha denunciado que su madre de 94 años tuvo que esperar a principios de mes más de 24 horas a que fuera trasladada en ambulancia del Hospital de Reinosa a su domicilio ubicado a apenas 10 kilómetros de distancia.

Según relata, a las seis menos cuarto de un viernes le designaron en el Hospital Tres Mares ingreso domiciliario tras establecerle un diagnóstico de su dolencia, pero no fue hasta las 11 de la noche del sábado cuando una ambulancia la llevó de vuelta a su casa. Durante ese tiempo, según explica, en reiteradas ocasiones pidieron explicaciones: “Todos los turnos de enfermeras y médicos nos decían que ya habían solicitado la ambulancia y que habían vuelto a llamar, pero la ambulancia no aparecía”, lamenta.

Y finalmente fue una ambulancia que, aprovechando un traslado del Hospital Sierrallana en Torrelavega al de Reinosa, se ocupó del caso de esta mujer. “Si no llega a ser por eso igual todavía seguimos allí”, resalta con tono irónico la hija de la afectada en declaraciones a este medio, quien, además, destaca la buena predisposición y las disculpas recibidas por parte de los trabajadores del servicio.

“Lo sentimos, la culpa no es nuestra”, señalaron, recordándole el cambio de empresa adjudicataria y reconociendo que la situación que habían padecido es motivo de darse a conocer públicamente. Y es que según fuentes sindicales consultadas este periódico, “los empleados son los que están sacando adelante el trabajo pese a las dificultades de falta de personal y de los problemas con el sistema informático”, tras un relevo en la gestión que, como recuerdan, “se llevó a cabo con un contrato incluso más bajo que el anterior, cuando ya se daban numerosas deficiencias en el servicio”.

Preguntas parlamentarias

Ante este escenario, el PSOE cántabro ha presentado esta semana una batería de iniciativas en el Parlamento autonómico “para saber por qué el Gobierno de Cantabria no está haciendo cumplir a la nueva empresa adjudicataria del servicio de ambulancias con los términos del contrato”.

“Es lamentable, un abuso y una falta de humanidad gravísima ver como pacientes que están tratándose con quimioterapia en Valdecilla tienen que esperar hasta 10 horas para que una ambulancia pueda hacerse cargo de su traslado hasta Castro Urdiales”, dijo el secretario general y portavoz parlamentario, Pablo Zuloaga, durante una rueda de prensa en la que abordó la situación sanitaria en la comunidad.

“No es un caso aislado, son cientos las quejas que llegan de los pacientes que tienen que desplazarse en ambulancia y que ven con un servicio público esencial como este el transporte sanitario está siendo desatendido. Desde que llegó la nueva adjudicataria con una baja alarmante vemos como faltan profesionales, cómo faltan vehículos que presten los servicios y vemos cómo el Gobierno de Cantabria no hace nada para exigir que cumplan”, denunció, incidiendo en “la falta de humanidad” de la presidenta autonómica, María José Sáenz de Buruaga (PP), “con los servicios públicos”.

La empresa adjudicataria del transporte sanitario programado ha rehusado valorar estos casos o hacer declaraciones a preguntas de elDiario.es, mientras que desde la Consejería de Salud han reconocido los problemas y han advertido de la posibilidad de establecer sanciones.

“Conocemos la dificultades de gestión del transporte sanitario que la nueva empresa está generando. Los fallos e incumplimientos darán lugar a los respectivos expedientes, pero ahora lo más importante es lograr que no haya fallos y se normalice la situación. Nuestra prioridad es que trasladen adecuadamente a los pacientes y secundariamente sancionar, si cabe”, han señado desde el departamento que dirige César Pascual (PP).