Un nostálgico del futuro. Así se define Andrés Suárez, nombre propio con el que titula su octavo trabajo musical, el más personal de su carrera, el primer homónimo. Un disco que, al salir a la luz en plena pandemia, solamente pudo disfrutar “a medias”, aunque no se lamenta por ello, porque “no hemos podido disfrutar de cosas mucho más importantes en este tiempo”. Los que sí podrán disfrutar de él serán los fans que acudan este lunes 2 de agosto a su concierto en Santander, dentro del festival Magdalena Deluxe.
Desde que comenzó la pandemia solamente pudo hacer un concierto multitudinario en Madrid, pero la normalidad se va retomando en los escenarios. ¿Qué les espera a sus fans en el concierto de Santander?
Al público le espera el evento más seguro donde yo haya estado, y mira que he ido a eventos, pero no he visto medidas como las que garantizan que la cultura sea segura, algo que para mí es lo más importante a valorar en los conciertos de ahora. Por ejemplo, vengo de tocar en una plaza de toros donde caben 14.000 personas y el sold out fue con 600, así que las medidas de aforo se respetan. Va a ser un reencuentro con el público más cálido, que es el del norte, y tengo muchísimas ganas de volver, de esos reencuentros, y sobre todo, de defender la cultura segura que tanta falta hace, y es que creo que es nuestra evasión, porque llevamos más de un año y medio viendo en los medios un verdadero infierno, lleno de ERTES, paro, cifras de fallecidos, etc. Entonces, en un concierto, la gente se evade, y se va lejos, que es lo que más necesitan.
No sé si me apetece publicar lo que redacté durante el confinamiento, porque no quiero hablar de soledades, tristezas y muertes, estamos todos agotados
Son esenciales las medidas de seguridad, porque si no, se baja del escenario, como hizo ya en Vigo.
La verdad es que me dolió mucho porque es mi hogar, estaban mis amigos, mi familia, y un público al que quiero muchísimo y al que tanto tengo que agradecer. No es justo que por un promotor de miles que anteponga el dinero a la salud, paguen justos por pecadores, por ello revindico tanto esa cultura segura. No olvidemos que la cultura segura abarca demasiadas cosas, no solo el propio concierto, sino el hotel, los restaurantes, el tren o hasta el taxi que te lleva hasta ellos, por lo tanto, creo que hay que cuidarlo mucho. No quiero jugar al “y yo más”, aquí está todo el mundo muy jodido, pero la recuperación de todos estos pequeños gremios es esencial.
Ha contado que ya se ha vacunado, y anima a todo el mundo a creer y apoyar a la ciencia. ¿Es necesario dar ejemplo?
Bendita sanidad pública. Benditas vacunas. Benditos médicos. A toda esa gente a la que aplaudíamos a las ocho de la tarde cuando veíamos que podíamos enfermar, que nos podíamos morir, le tenemos tantísimo que agradecer. Mi patria es la de los aplausos de las ocho, la de la gente que trabajaba 48 horas con una mascarilla porque no había más, que no dormía, que caían enfermos y que no dejaban de cuidarnos, esa es mi patria. Creo que la memoria es frágil y entiendo que todos estamos agotados, no podemos más, pero veo escenas de macro botellones y gente sin mascarillas y de verdad que creo que es ya maldad. Estamos saliendo adelante, y todo gracias a las vacunas y la investigación, por lo que debemos seguir ese camino sin duda.
Muchos cantantes afirmaron que el confinamiento les sirvió para dedicar su tiempo a escribir, ¿Cómo le ha afectado a la hora de componer su música?
Recuerdo que estaba 18 horas pegado al móvil, no sabía qué estaba pasando, veíamos psiquiatras, psicólogos, todo el mundo sabía qué ocurría pero yo no, y de repente vi que nos estábamos muriendo, empecé a tener nervios, pánico, miedo. ¿Cómo podía convertirse la realidad en algo tan horrible en cuestión de días? En esa situación no quería escribir, estaba preocupado por saber si iba a volver a ver a mi madre, a mis amigos, o a subirme a un escenario con un disco que salía en 2020. Sé que había mucha gente que escribía, pero yo no podía, estaba en una situación de tal alarma que no me podía concentrar. Pasaron los meses y todo comenzó a convertirse en nuestra realidad, una realidad muy fastidiada pero la que nos tocaba en ese momento, la de no poder abrazar, estar lejos, pasar la Navidad solo. Es horrible pero es lo que tenemos ahora, y hasta que no avancen las vacunas y mitiguemos al virus no podremos volver a la vida. Sí que más tarde escribí, pero no tengo claro si me apetece publicar lo que redacté durante el confinamiento, porque no me apetece estar hablando de soledades, tristezas, muertes, porque estamos todos agotados. A mí me encanta ver a la gente que se va de vacaciones y sube una foto riendo, oigo una canción que habla de libertad y me encanta. Aquellos días escribía sobre soledad y no tengo ganas de recrearla en el futuro, por supuesto que de todo se aprende, pero fue una pesadilla.
Su nuevo CD es el más personal de su carrera. Aunque salió a la luz en pleno 2020, ¿ha tenido que disfrutarlo a medias?
Dicen que la música es mujer, y de ello viene el nacimiento de mi hija y este disco. Pero ha sido muy duro no poder hacer conciertos y abrazar a mi público, los echo de menos. Iba a salir un disco con el cual solíamos irnos a centros comerciales donde te juntas con hasta 10.000 personas, las abrazas, cantas para ellas hasta en la calle, y esa era la realidad que yo conocía. Ahora, sale un disco, y no hay abrazos, no hay firmas, es muy duro, pero agradezco todo ese apoyo, y es que el amor que te brinda ahora mismo un aplauso de gente que estuvo tan jodida me hace llorar. Para eso estoy, para tratar de hacerlos sentir vivos.
En una entrevista previa afirmaba que es “más intenso que Walt Disney”. ¿Se nota eso en este último disco?
Sí, soy muy intenso pero creo que por eso mi último disco es el primero que lleva mi cara en la portada o mi nombre como título, porque creo que me acepté. Claro que soy intenso, y es que la gente que me critica por ello ya no me interesa, quizá no deberían ser ellos tan superficiales. Me gusta hablar de heridas, de cicatrices, de amor, del sexo, con esta intensidad porque no conozco otra, es mi forma de vivir y ver la vida.
Este disco lleva su mismo nombre, ‘Andrés Suárez’, ¿Tiene más de Andrés Suárez que los discos anteriores?
Fue una idea de los productores, porque hablo del amor, de la sobredosis de mi mejor amigo del colegio, de mi madre, de un amor que siempre lo será como es mi mejor amiga, y ellos me dijeron “este disco eres tú al 200%, tienes que ponerle tu nombre”, y aposté por hacerlo al máximo, hasta salgo en un videoclip. Yo no sé si escribo buenos o malos discos, pero son de verdad, pongo el alma en cada sílaba y eso la gente lo valora.
¿Cuál es su hoja de ruta en lo que queda de 2021?
Por supuesto que estoy escribiendo canciones, soy dependiente y nostálgico del futuro, no miro atrás en estos días para absolutamente nada más que agradecer el apoyo de la buena gente. Claro que tengo que escribir y promocionar mi nuevo disco, pero ya que tuvo esta dosis accidentada de realidad, quiero cantar sus canciones todo lo que pueda, encontrarme con mi banda, con mis técnicos, a los que echaba muchísimo de menos. A partir de ahí, pues pensar en un próximo disco y en que las vacunas consigan ponernos en un horizonte mejor. Porque creo que es muy fácil apagar la luz, meterme en la cama y decir que todo es una mierda, así que mi reto de 2021 es luchar por la risa, la carcajada y el amor.