El transporte no motorizado peatonal y ciclista, con el impulso a las peatonalizaciones y zonas de calmado del tráfico, a la red de carriles bici, de itinerarios mecánicos y la creación de caminos escolares, han centrado el inicio del trabajo en torno a los ejes que darán forma al nuevo Plan de Movilidad Sostenible.
Así lo ha anunciado el concejal César Díaz, que hoy ha presidido una nueva reunión de la Mesa de Movilidad de la que forman parte todos los grupos municipales, convocada para avanzar en la redacción del plan, una vez definido y analizado el diagnóstico previo sobre la situación de la movilidad en el municipio.
Díaz ha hecho hincapié en la participación que está guiando la elaboración del nuevo plan y, en este sentido, ha solicitado a los grupos sus propuestas en torno al primer eje de actuación analizado, para debatirlas en un nuevo encuentro que tendrá lugar en las próximas semanas.
“La voluntad es que la revisión del plan se lleve a cabo con el máximo consenso y participación”, ha incidido Díaz, indicado que apuesta por “trabajar juntos y haciendo hincapié en que todos deben tener su espacio para conseguir que los medios de transporte alternativos al vehículo privado, más sostenibles y saludables, sean la opción prioritaria para los santanderinos”.
Según ha explicado, el primer eje de actuación 'Transporte no motorizado (movilidad peatonal y ciclista)' propone continuar con las peatonalizaciones y el impulso a las zonas 30, y plantea además la creación de áreas funcionales basadas en el concepto de la 'La ciudad de los 15 minutos', generando una ciudad con varios núcleos donde en la medida de lo posible un ciudadano pueda trabajar, residir, estudiar, o disfrutar de ocio y espacios de esparcimiento.
En cuanto al 'Transporte vertical', se ha hecho balance de los itinerarios existentes y se han propuesto nuevos ejes, entre los que se encuentran Hospital de Valdecilla-Facultad de Medicina; Plaza de las Estaciones-calle Alta; Florida-Juan XXIII-General Dávila; Gamazo-San Martín; Canalejas; o Enrique Gran-Prado San Roque.
En lo relativo a la bici, plantea el desarrollo del Plan de Movilidad Ciclista, incorporando nuevos carriles y resolviendo los puntos negros existentes en la red de itinerarios ciclistas actual.
Respecto a los nuevos carriles, Díaz ha citado los tramos en proyecto o estudio como la mejora del carril bici de Antonio López y su prolongación hasta el acceso de la Biblioteca Central; el nuevo carril incluido en el proyecto para finalizar la urbanización de la calle Manuel Ruiz de Quevedo, en Nueva Montaña; el carril para unir las bocas del antiguo túnel de Tetuán con los carriles bici de Puertochico y el Sardinero; el ramal hacia el puente atirantado del PCTCAN sobre la S-20 para conectar el carril que llega de Nueva Montaña con el futuro carril bici hacia Bezana; así como nuevos tramos en General Dávila o Camilo Alonso Vega-Los Castros.
Entre las acciones de impulso a la movilidad ciclista, el documento incluye también la ampliación de la red de aparcamientos cubiertos para bicicletas, los aparcabicis en entornos escolares y en los parkings subterráneos de la ciudad; la adecuación funcional de escaleras mediante canaletas para bicicletas; un sistema de préstamo de bicicletas públicas eléctricas en el que ya trabaja el Ayuntamiento; y campañas de concienciación y sensibilización.
Por último, entre las actuaciones del plan abordadas hoy se ha trabajado en torno a los caminos escolares para promover y facilitar que los niños vayan a pie, en bicicleta (denominados trenes ciclistas) y de manera autónoma a sus centros educativos a través de una ruta segura.
En la reunión se han tratado además cuestiones relacionadas con el cambio climático y la Agenda 2030 que sirvan de base del nuevo Plan de Movilidad, con el objetivo de poder cuantificar el beneficio que tendrá para el medio ambiente el desarrollo de cada medida y al mismo tiempo sensibilizar y concienciar a la población de la importancia de optar por modos de transporte sostenibles.
Como punto de partida se ha analizado la huella de carbono en la ciudad en 2019 en base a las emisiones directas del servicio de transporte urbano (TUS) que alcanza las 6.028 toneladas de CO2 equivalente; las emisiones indirectas por el consumo eléctrico de las infraestructuras de movilidad vertical (177 toneladas de CO2 equivalente); o las emisiones indirectas derivadas del transporte de cercanías: autobuses regionales (1.588 toneladas de CO2 equivalente), ferrocarril (1.149 toneladas de CO2 equivalente) y tráfico particular, que alcanza las (44.154 toneladas de CO2 equivalente).
El objetivo es reducir la huella de carbono de acuerdo a lo establecido en las Políticas de Energía y Cambio Climático 2021-2030 (Marco 2030) y en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima y el Proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética.
También se ha analizado el establecimiento de posibles zonas de bajas emisiones que delimitarían la ciudad en áreas geográficas para restringir parcial o totalmente el acceso de ciertos vehículos en función de sus emisiones, para reducir la contaminación del aire.
Igualmente se ha dado cuenta del grado de cumplimiento del Plan de Movilidad original (año 2010), de la revisión del plan efectuada en 2016 y de la segunda revisión, en 2020.
El responsable municipal ha destacado el esfuerzo realizado por el Ayuntamiento en los últimos años en favor principalmente de la movilidad peatonal y ciclista, que ha permitido la puesta en marcha de quince itinerarios verticales que facilitan los desplazamientos y comunican transversalmente la ciudad; el impulso a las peatonalizaciones, semipeatonalizaciones y zonas 30; y de la red de carriles bici que alcanza los 33 kilómetros (5 de ellos ejecutados desde el inicio de la crisis sanitaria).
“El objetivo es alcanzar un acuerdo para el futuro de la movilidad en Santander que recoja las sensibilidades de todos porque estamos ante un asunto vital para el futuro del municipio”, ha concluido.