El Gobierno de Cantabria ha aprobado este martes un proyecto de Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma para 2024 cargado de incertidumbres y en el que sobrevuela muchas incógnitas sobre algunas de las partidas económicas más importantes en relación a los ingresos, vinculadas sobre todo a la llegada o no de fondos europeos, el apoyo del Ejecutivo central a grandes infraestructuras en el territorio, el desarrollo futuro de la financiación autonómica o la fiscalidad.
El proyecto presupuestario de 3.542 millones de euros ha sido elaborado prácticamente a ciegas dado que no hay cuentas públicas del Estado para el próximo ejercicio ni lo habrá mientras el Gobierno de España siga en funciones. Eso hace que las entregas a cuenta de la financiación autonómica para 2024, la liquidación efectiva de la de 2022, el cumplimiento de los compromisos de inversión estatales, así como el impacto de las rebajas fiscales que se quieren acometer, se han realizado mediante una estimación y no se basan en datos reales. Para colmo, en 2024 se acabará la 'barra libre' del techo del gasto como ocurrió durante la pandemia y la Unión Europea volverá a establecer cortapisas firmes con nuevas reglas fiscales que todavía están pendientes de fijar desde Bruselas.
Tal vez por ello, el consejero de Economía, Hacienda y Fondos Europeos, Luis Ángel Agüeros (PP), asegura que ha realizado sus previsiones presididas por la “cautela”, con proyecciones “prudentes” de la evolución del Producto Interior Bruto (PIB) regional, a lo que se añade más prevención por cómo evolucione la financiación autonómica, en donde Cantabria tiene mucho que perder, y la interlocución estatal en la financiación europea. En lo único que no tiene dudas el nuevo Ejecutivo que preside María José Sáenz de Buruaga es en su apuesta fiscal, con rebajas sustanciales en los impuestos de patrimonio e IRPF, que consideran que no supondrán una merma en la financiación, sino que se incrementarán supuestamente la recaudación de la comunidad.
En este contexto surge un presupuesto en apariencia “histórico”, pero que es prácticamente similar al del pasado año si se le descuenta el IPC habido desde entonces. Los Presupuestos Generales de Cantabria (PGC) para 2024 estarán dotados con 3.542 millones de euros, de los cuales 3.158 millones son los gastos no financieros, un 3,5% más que en 2022, prácticamente el mismo porcentaje del IPC anual. Más de la mitad del presupuesto, 1.858 millones, se destinará a las consejerías de Salud y Educación.
En el caso de sanidad, su dotación aumenta en 62,7 millones, un 5,8% más. Así, el Servicio Cántabro de Salud contará con 1.120 millones de euros y la Consejería de Salud con otros 29,8 millones. Educación tendrá también 45,9 millones más (un 6,6% de subida), aunque en este caso hay que tener en cuenta que ha asumido las competencias de Universidades que la pasada legislatura dependían de otro departamento.
40% para personal
Por otro lado, los gastos corrientes del Gobierno cántabro alcanzarán el próximo año los 2.689 millones, un 6,3% más que en 2023. El 40% es para los salarios del personal, 1.269 millones de euros, que recogen el incremento de las retribuciones que se espera para el sector público en el próximo año. Además, el consejero ha dicho que se ha hecho un “esfuerzo” para cubrir puestos adicionales para la prestación de servicios públicos.
La inversión prevista en transferencias de capital baja un 7% respecto al presupuesto de 2023, pero el consejero ha argumentado que se debe a que se ha diseñado “un programa de inversiones reales y que se puedan ejecutar, sin trampa ni cartón”.
Igualmente, se presupuestan 100 millones más para cumplir con los compromisos con los ayuntamientos “de todo signo político”, dentro del programa de construcción de carreteras, centros de salud, caminos, dotaciones deportivas y culturales, etcétera. Como ejemplo de la presupuestación “real” ha puesto las partidas para el consultorio de Polanco, incluidas en los anteriores presupuestos con una asignación de tres millones “sin ni siquiera tener los terrenos”.
En paralelo, el fondo de contingencia ha pasado de tener 14 a 3 millones, que se consignan para “imprevistos”. Así, se han detraído 11 millones para financiar otras partidas.
Por otro lado, el capítulo de gastos en bienes y servicios sube un 2,5% (14 millones), hasta los 586,8 millones, debido a necesidades derivadas de la gestión diaria en salud y dependencia: material sanitario, nuevas vacunas, productos farmacéuticos, etcétera. También se debe a la subida para el Fondo de Cooperación Municipal ya anunciada por el PP.
Otros 778 millones (5,5% más, que son 40 millones de incremento) van a transferencias corrientes, que incluye las inversiones en dependencia, estancias concertadas en residencias, partidas de protección a las mujeres, farmacia o el contrato programa con la Universidad de Cantabria, que “va a alcanzar una subida histórica y va a cubrir las necesidades en materia de personal”, ha dicho Agüeros.
Así, crece la dotación de casi todas las consejerías, aunque en algunos casos “no se puede comparar” porque ha cambiado la distribución de sus departamentos con el nuevo Gobierno. En cuanto a la deuda, se destinarán 360 millones a pagar la generada por “gobiernos anteriores”.