Entrevista Paulu Lobete, secretario general de Cantabristas

“Pretendían que el proyecto cántabro de la 'Ibiza del norte' se hiciera por detrás y sin ruido, y han obtenido lo contrario: indignación y una mayoría en contra”

La formación política Cantabristas anunció hace dos semanas la convocatoria de una manifestación para evitar que Cantabria se convierta en la 'Ibiza del norte'. Y lo hizo a raíz de conocerse las intenciones de una promotora inmobiliaria de construir un macrocomplejo turístico en el municipio de Ribamontán al Mar, concretamente en una amplia área natural entre Loredo y Langre, junto a algunas de las playas más atractivas de la zona. La movilización, que sus convocantes esperan que sea “masiva”, tendrá lugar este sábado 18 de mayo a partir de las 12.00 horas.

Paulu Lobete (Torrelavega, 1991) es el secretario general de Cantabristas, partido que, pese a ser extraparlamentario, está en constante crecimiento desde su fundación hace cinco años, con cada vez más protagonismo en la defensa de los movimientos y causas sociales de esta comunidad autónoma. Ahora han dado un paso más allá, encabezando esta iniciativa contra un proyecto que, según asegura Lobete, las autoridades políticas pretendían que se hiciera “por detrás, sin ruido y sin que nadie se enterara”, pero que “han obtenido lo contrario: ruido, indignación y una mayoría del pueblo que no está a favor”.

Esta es la primera convocatoria de una manifestación promovida por Cantabristas. ¿Qué les impulsó a dar el paso en este caso concreto?

Vimos que era una problemática que exigía dar un paso más, empezar a moverse y a presionar. Además, la gente nos estaba diciendo que igual era el momento de convocar y de intentar sacar este asunto a la luz pública y que empezara a ser un tema de debate. La cuestión de la turistificación, el turismo masivo y también la especulación urbanística son debates que estaban sobre la mesa porque socialmente están en la calle, pero quizá en el ámbito político no lo estaban tanto. Gracias a esta convocatoria hemos conseguido que se hable de ello y que sea un debate importante y central.

Hablaba de ese empuje de la gente, y precisamente durante estas últimas semanas, Cantabristas está llevando a cabo una intensa labor previa a la manifestación para movilizar a la sociedad cántabra de cara a esa cita. ¿Qué sensaciones están teniendo al respecto? ¿Perciben respaldo social?

Sí, percibimos respaldo social y nuestras sensaciones son muy positivas. Sabemos que este proyecto genera mucha indignación en la zona. Gran cantidad de la gente del pueblo está indignada y ese sentimiento se traslada al conjunto de Cantabria. Los cántabros y cántabras tenemos gran aprecio por nuestro paisaje y por nuestra tierra, y muchos y muchas nos hemos dado cuenta hace tiempo de que este modelo del turismo masificador y masivo no lleva a ninguna parte. Tenemos que empezar a avanzar en otra dirección, y la manifestación de este sábado creo que es una ocasión para ello.

Profundizando un poco en el tema, ¿cuáles serían las consecuencias más graves de la construcción del macrocomplejo turístico en Loredo y Langre?

Hablamos de un municipio, el de Ribamontán al Mar, que ya de por sí es uno de los más masificados turísticamente de Cantabria, y consideramos que esto profundiza en ello. Por un lado, desde un punto de vista social, ahonda en los problemas que tiene ya el municipio de prestación de servicios y de problemas de acceso a la vivienda para las personas que viven allí todo el año. Y, por otro, genera un importante daño ambiental construir en un entorno costero con unos valores ambientales y paisajísticos como los que tiene esta localidad. Además, parte del lugar donde se pretende construir el campo de golf y su urbanización anexa está protegido por el plan de ordenación del litoral. Creo que desde el Ayuntamiento se han realizado una serie de maniobras para intentar que se pueda urbanizar un suelo que no se debería poder.

Va a sorprender a mucha gente la cantidad de personas que nos vamos a movilizar en Loredo y Langre

Precisamente sobre la postura institucional, ¿qué reacción esperan del Ayuntamiento de Ribamontán al Mar?

Esperábamos alguna reacción y lo único que vemos es nerviosismo e intentar no decir nada. Pretenden ‘capear el temporal’ y que pase esta ola de indignación, pero es que no va a pasar. Así que en algún momento, el Ayuntamiento tendrá que empezar a escuchar a los vecinos y a las vecinas, y el PRC, que es el partido que lo gobierna, también tendrá que empezar a escuchar al conjunto de los cántabros cuando decimos que no queremos este modelo. Es un clamor que en algún momento van a tener que afrontar. Creo que el objetivo del Ayuntamiento era que este proyecto se hiciera por detrás, sin que nadie se enterara, sin que se levantara ruido, y han obtenido lo contrario: ruido, indignación y una mayoría del pueblo que no está a favor.

¿Y por parte del Gobierno de Cantabria esperan algún tipo de reacción?

La verdad es que no la esperamos porque sabemos cómo están funcionando los últimos tiempos, pero creemos que lo lógico sería que la hubiera. La percepción social que tenemos sobre la turistificación y la cuestión urbanística es que nadie quiere volver a la burbuja del ladrillo, y el Gobierno de Cantabria debería escucharlo y tomar medidas para avanzar en otra dirección. Siendo realistas, vemos que quizá no es esa la línea que están llevando. Por eso también pues hay que movilizarse, para intentar presionar y hacerles cambiar de parecer.

Mencionaba antes al PRC, que está al frente del Ayuntamiento de Ribamontán al Mar, pero respecto al PSOE, que también ha gobernado las dos últimas legislaturas, ¿qué opina de su reciente posicionamiento en contra de este proyecto?

Nos parece bien que el PSOE haya cambiado de posición en relación a la cuestión de la turistificación. Nos hubiera gustado más que hubiese tomado medidas cuando estaba en el Gobierno, pero nunca es tarde, y le damos la bienvenida a este espacio de reivindicación y de defensa de la tierra. Nos parece estupendo que defiendan un proyecto diferente, que respete el suelo y que vaya en contra de la Ley del Suelo que aprobaron cuando estaban en el Gobierno con el Partido Regionalista.

¿Se pueden extraer conclusiones de las 350 segundas residencias y el campo de golf que pretende este proyecto sobre la deriva urbanística de Cantabria?

Sí, estamos viendo una reactivación del sector del ladrillo, de los pelotazos urbanísticos en toda la costa. Este proyecto de Loredo no es el único. Hay en Udías, en Comillas, en Ruiloba, en San Vicente de la Barquera… Precisamente en San Vicente de la Barquera recientemente se han publicado algunos proyectos importantes que se van a hacer de muchas viviendas, por ejemplo, en el entorno de la ermita de la Virgen de la Barquera. Este Ayuntamiento, por cierto, es del Partido Socialista, y nos gustaría que allí también se protegiera y se defendiera la sostenibilidad como dice que está defendiendo en Langre y Loredo. Tenemos un problema en general. En Cantabria parece que la política de desarrollo la dirigen las constructoras y los promotores, cuando el enfoque debería ser el de intentar priorizar el bienestar y los derechos de las personas que vivimos aquí durante todo el año. Esa es la apuesta que tenemos desde Cantabristas.

¿Cuál es el peligro que desde fuera se vea a Cantabria como la ‘Ibiza del Norte’?

El peligro es que lo estamos ya empezando a vivir. La masificación genera muchos problemas. Quizá el problema más directo y que más sufrimos es la cuestión del acceso a la vivienda. Cualquier persona de un municipio costero turístico seguramente o ha heredado una vivienda o no tiene capacidad para poder acceder a una, ni en alquiler, ni comprándola. Verdaderamente es un proceso de expulsión de las personas que vivimos aquí hacia otros lugares, porque los precios de la vivienda los marcan las rentas altas de quienes vienen aquí a veranear una o dos semanas al año. Es un modelo que si dejamos que campe a sus anchas va a perjudicar seriamente los intereses de los cántabros y cántabras. Esto es algo que no es porque lo digamos nosotros o porque lo imaginemos, sino que lo sabemos porque hay lugares donde el turismo se ha masificado aún más que en Cantabria, y vemos las consecuencias: la gente de allí vive peor. Creo que tenemos que tener una máxima, que es que el turismo tiene que servir para que vivamos mejor y no para que vivamos lo contrario.

Hablaba de esa grave problemática que existe en España en general y en Cantabria en particular de acceso a la vivienda. El hecho de que se pongan sobre la mesa proyectos de este tipo, que ahondan en la especulación urbanística y en el turismo masivo y descontrolado, ¿da cuenta de que se está siguiendo un modelo que precisamente va en la dirección contraria de solucionarla?

Absolutamente. Creo que hay un ejemplo, además en este caso de Loredo y Langre, que es muy esclarecedor. Se trata de la cuestión del campo de golf. No le entra a nadie en la cabeza que en un momento en que estamos hablando de la transición ecológica y de crisis climática, donde deberíamos estar pensando en un futuro adaptado a las nuevas necesidades, queramos hacer más campos de golf, con lo que sabemos que implican en cuanto a consumo de agua, por ejemplo. Es un proyecto que va absolutamente en contra de los tiempos y de las necesidades de Cantabria y del futuro que tenemos por delante. Son asuntos que se tendrían que haber replanteado, pero desgraciadamente pensamos que hay muchos intereses detrás. Por eso es necesario movilizarse, porque es la única herramienta que tenemos como sociedad para parar estas cosas.

Veteranos ecologistas establecen un paralelismo entre la movilización para salvar el Parque Natural de Oyambre que tuvo lugar en los 80 y lo que se pretende lograr ahora en Loredo y Langre, ¿comparte ese diagnóstico? ¿Esperan una reacción popular similar?

Lo de la movilización de Oyambre fue histórico. Creo que es difícil establecer un paralelismo en el sentido de que aquello fue un hito que supuso un antes y un después. Además, se logró el objetivo y no queremos poner expectativas en tener que emular eso. Fue muy importante, y también pensamos que la manifestación de este sábado lo va a ser. Esperamos que sea masiva. Va a sorprender a mucha gente la cantidad de personas que nos vamos a movilizar en Loredo y Langre, y ojalá también sea una manifestación histórica.

En caso de que el proyecto avance a pesar de las protestas y las movilizaciones, ¿desde Cantabristas barajan otro tipo de estrategias de resistencia o acciones legales?

Sí, desde luego. Vamos a estar en todos los frentes que sean necesarios, también por la parte legal, como estamos en otras cuestiones que están sucediendo en Cantabria. Pero creemos que la movilización social en este caso es fundamental, porque esto no se puede llevar únicamente por la vía jurídica, sino que necesitamos una presión social real. Realmente es un proyecto que se puede parar mañana si el Ayuntamiento o el Gobierno de Cantabria toman cartas en asunto. Es un proyecto que depende absolutamente de la voluntad política del Ayuntamiento y del Gobierno de Cantabria, y si se hace va a ser por ellos, porque ellos han querido. Si no quisieran no se podría hacer.

Y ya para terminar, ¿qué mensaje mandaría a la ciudadanía que va a acudir este sábado a la manifestación?

Que acuda y que invite a su entorno a que vaya también. Es un momento crucial para todos y todas. Compartimos mucha indignación con lo que está pasando en Cantabria en relación con la masificación turística. Lo estamos sufriendo en los últimos años, y hay momentos en los que hay que dar un paso más allá, salir a la calle y poner ese debate ahí. Creo que va a ser una manifestación muy concurrida, pero necesitamos que vengan las máximas personas posibles. Va a haber más movilizaciones, vamos a seguir protestando, pero este paso es crucial, y esperamos verlos a todos y a todas el 18 de mayo en Loredo a las 12.00 de la mañana.