El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla (PRC), ha reconocido que le gustaría “poder convencer” esta semana a la Consejería de Sanidad dirigida por Miguel Rodríguez (PSOE) de implantar medidas “no tan duras” como el cierre del interior de la hostelería, que se llevará a cabo a partir de mañana en 18 municipios, incluido Santander, así como de que puede haber “otras alternativas”.
“A mí me gustaría que esta semana pudiéramos llevar al convencimiento de Sanidad que a lo mejor otro tipo de medidas no tan duras, como ofrecer la imagen a toda España de que el único lugar donde tenemos cerrados los interiores sea Cantabria, pueda haber otras alternativas”, ha admitido Revilla.
Así lo ha dicho el presidente durante su intervención en el acto con motivo del Día de las Instituciones en la Casa de Juntas de Puente San Miguel, en la que ha recordado que este pasado martes se aprobó esta medida “muy dura” por parte de Sanidad, que “es quien tiene la responsabilidad absoluta de las resoluciones sanitarias”, ha vuelto a recordar.
“Yo entiendo que hay gente extremadamente indignada porque se hace en la mitad del verano, cuando estábamos librando una batalla para poder salvarlo y lo estábamos consiguiendo en cierta medida. No iban las cosas mal y esta noticia hace daño”, ha reconocido.
Revilla ha dicho que, como presidente, “jamás dejaré de acatar la soluciones que toman distintos órganos” pero eso no le impide expresar su “disconformidad” con algunas y apuntar a “otro tipo de soluciones”. El regionalista ha recordado que hay comunidades que están en una situación “peor” que Cantabria, que es la novena en incidencia acumulada cuando hace poco era la segunda.
“El virus se está extendido por todo el territorio; tampoco vamos a ser nosotros los precursores de medidas que los demás no toman”, ha defendido. En su opinión, se trata de intentar convivir con un virus “que tenemos que controlar”, pero también con una economía de la que dependen “miles de familias”.
Sin embargo ha reconocido que los diferentes sectores ven el tema “de manera distinta”, como los hosteleros, que están “indignados”, mientras los sanitarios están “colapsados”.
“Ayer estuve en Valdecilla y los de la bata blanca me decían: 'Presidente, hay que hacer algo, estamos estresados, colapsados, no podemos aguantar más'; hay gente con patologías que puede correr peligro de que no se les atienda”.
El jefe del Ejecutivo ha señalado que “todo eso hay que ponderarlo, tanto los intereses legítimos de los que quieren que esté todo abierto y aquellos que están sufriendo en primera línea, nuestros sanitarios que se merecen un homenaje porque están dando el callo como ningún otro sector en medio de la pandemia”.
Revilla ha avanzado que quedan por delante “dos meses complicados” donde solo hay dos alternativas, el cuidado personal y la llegada de vacunas “en masa” con el objetivo de que en septiembre esté vacunado el 80% de la población, lo que ofrecería “un horizonte distinto”.