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¿Brasil es hoy una democracia? “En Brasil hay un proceso que muchos llaman de creación de un estado de excepción. La democracia está siendo corroída por dentro. Si imaginamos que la democracia es un árbol, un golpe de estado tradicional cortaría el árbol por completo, acabando con los derechos de prensa, de organización, cerrando el Congreso… En el proceso actual y que ocurrió en muchos países de América Latina, es como si ese árbol fuese corroído por parásitos y comenzase a tener partes de sí degradadas”.
Así se expresa Dilma Rousseff, primera presidenta mujer de Brasil y que fue destituida por un proceso de impeachment, que la declaró culpable de un presunto maquillaje de cuentas del Estado en 2016. Ese proceso fue apoyado por miembros de su partido como Michel Temer, que la sucedió en el cargo, y que recientemente ha catalogado el impeachment como golpe de Estado.
Hoy, habla en los micrófonos de Carne Cruda sobre la situación política brasileña, el encarcelamiento de su predecesor y líder del Partido de los Trabajadores (PT) Lula da Silva, el auge de la extrema derecha con el actual presidente Jair Bolsonaro o la situación de la Amazonía.
“Hay una clara crisis del sistema de justicia. Se ha comenzado a usar la justicia como instrumento de destrucción del enemigo político, sustituyendo el uso de las armas para la destrucción física de las personas por la ley como método de destrucción civil y ciudadana de una persona, a fin de que no pueda presentarse como ciudadano político en un determinado momento. Lo que se hizo con Lula da Silva fue algo que se está haciendo con Kirchner, con Rafael Correa, lo intentaron con Evo Morales…”.
Para Rousseff, el proceso de juicio político que acabó con su presidencia está totalmente ligado al que encarceló al también expresidente Lula da Silva: “Hoy es reconocido por casi todos los que apoyaron el impeachment, incluso Temer, que me sustituyó, que ese proceso estuvo tras la destitución fraudulenta de una presidenta de Brasil”.
“El juez que juzgó a Lula es declaradamente político y lo persiguió por cuestiones políticas que han sido reveladas ahora. La base fundamental del sistema de justicia en una democracia es que todos son iguales ante la ley, y esto está en cuestión en Brasil”.
La líder del PT se muestra esperanzada tras las nuevas revelaciones periodísticas que han demostrado las relaciones del juez y los fiscales de Lava Jato para manejar políticamente el juicio. Lula da Silva fue encarcelado cuando era el político con mejores resultados en las encuestas en las elecciones que después ganaría Bolsonaro. Se le acusaba de haber recibido un apartamento de lujo como soborno en la trama Petrobras, aunque no se ha encontrado ningún documento que lo acredite, lo que fue utilizado por la acusación como prueba de que era un regalo oculto.
El fiscal que lo acusó, Sérgio Moro, conocido por ser el azote de la corrupción en la Operación Lava Jato, fue también el juez que lo encarceló. Hoy es el ministro de Justicia de Bolsonaro.
El periodista Glen Greenwald, premio Pulitzer por publicar los secretos de Snowden, reveló recientemente en su medio, Intercept Brasil, conversaciones de Sérgio Moro con los fiscales en las que se demuestra que maniobraron en la Operación Lava Jato para encarcelar a Lula e impedir que se presentase a las elecciones.
“Lo que sucede en Brasil es simple: impedimos el establecimiento de reformas neoliberales como las que precarizan el trabajo, las pensiones de los más pobres, la destrucción del Estado brasileño vendiendo sus mayores empresas y desnacionalizando y nunca permitimos el deterioro del control ambiental en la Amazonía. Todo esto por cuatro elecciones presidenciales consecutivas. Ellos prefirieron usar instrumentos no democráticos: necesitaron de un gobierno neofascista, como el caso de Bolsonaro, para implantar el neoliberalismo, no hay uno sin otro en Brasil”.
Sobre los incendios recientes en parte de la Amazonía brasileña, que han aumentado un 85% en 2019, Rousseff culpa de la gestión a Bolsonaro pero se retrotrae hasta su predecesor: “Es el gobierno Temer el que comienza a desmontar el control de la deforestación no solo en Amazonía sino en el resto de áreas protegidas de Brasil”.
“Con Bolsonaro las cosas se aceleran: desmonta el Consejo Nacional de Medio Ambiente para usar la madera, para criar ganado y porque la Amazonía de todos los países de esta área tiene un subsuelo lleno de minerales, algunos de ellos nobles, uranio y metales usados para fabricar ordenadores… No es porque no fiscalizó o se haya distraído. Bolsonaro tiene una intención deliberada de hacer lo que nunca hicimos: abrir la Amazonía para la explotación mineral desde el extranjero”.
“Mi impeachment es la apertura del proceso de persecución a Lula. Él también representa la lucha contra las reformas neoliberales, Lula siempre defendió a los trabajadores, el trabajo digno, el acceso a la educación, el acceso de las clases más pobres al disfrute de la riqueza inmensa de nuestro país. Acredito que Lula tiene un papel central en la lucha de resistencia contra la coalición entre neoliberalismo y neofascismo que está ocurriendo en Brasil”.
¿Pero qué papel ha tenido la izquierda y la corrupción de miembros del PT en este proceso? Dilma Rousseff rechaza hacer autocrítica: “La socialdemocracia sí tiene culpa, la verdadera izquierda no. No estamos en la situación en que estamos por nuestros errores sino por nuestros aciertos”.
Dilma insiste en que el PT “ganó en cuatro elecciones consecutivas al neoliberalismo. No somos el partido socialdemócrata, los de las reformas laborales. Nosotros no privatizamos nuestras empresas estatales sino que transformamos una empresa de petróleo en la séptima empresa del mundo. Para mí lo que eleva a la derecha es la mano de la socialdemocracia brasileña, que decidieron que serían los herederos del caos. ¿Y qué pasó con ellos? Que han tenido el 4% de los votos. Nosotros, con toda la guerra en contra, tuvimos 45 millones, 47% de los votos en la peor situación posible, con un líder encarcelado y acusado de ser un corrupto”.
Pese a la dureza con que califica el estado democrático bajo el gobierno de Bolsonaro, la política del PT cree que el presidente de extrema derecha “agrega” a colectivos en contra: “Los estudiantes, porque ven su universidad destruida; los trabajadores, porque amenazan no solo los derechos laborales sino porque quieren, como en Inglaterra, quebrar los sindicatos. Este proceso agrega a las personas, une. Necesitamos solidaridad ante el uso de la mentira como arma de destrucción”.
Para Rousseff, el panorama es más preocupante desde que “el neofascismo destruyó los partidos de centro y derecha: ”Bolsonaro es un lobo solitario, no actúa con los otros lobos“.
Escucha el programa completo con Viva Suecia aquí.
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¿Brasil es hoy una democracia? “En Brasil hay un proceso que muchos llaman de creación de un estado de excepción. La democracia está siendo corroída por dentro. Si imaginamos que la democracia es un árbol, un golpe de estado tradicional cortaría el árbol por completo, acabando con los derechos de prensa, de organización, cerrando el Congreso… En el proceso actual y que ocurrió en muchos países de América Latina, es como si ese árbol fuese corroído por parásitos y comenzase a tener partes de sí degradadas”.