Artículos de opinión de Javier Gallego, director del programa de radio Carne Cruda.
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Estamos volviendo al bipartidismo a pasos agigantados y unas nuevas elecciones es la última zancada que necesita para terminar de restaurarse. Sánchez quiere ir a las urnas para enterrar en ellas a su rival por la izquierda y ganar el centro que Rivera le ha dejado al irse a la derecha. Los dos partidos alternativos se convierten en minoritarios, el PP se reanima y aprovecha la legislatura para rehacerse y volvemos a la alternancia de toda la vida, ahora tú, ahora yo. Cualquier cosa para evitar que la izquierda transformadora toque pelo.
El PSOE y los empresarios lo han dicho claro: prefieren llevarnos a elecciones antes que un gobierno con Unidas Podemos, el partido que nació del movimiento contra el régimen. Adiós 15M, hola R78. De aquí a noviembre ya se encargarán en los medios hegemónicos de contarnos el relato de que Pablo Iglesias ha bloqueado hasta tres veces un gobierno socialista y que es su culpa que tengamos que volver a votar. Habrá abstención por hartazgo pero los partidos mayoritarios tienen más recursos para soportar el golpe y cargar las culpas a sus contrarios. La Operación 2ª Transición se completa.
El aparato trabaja a toda máquina. Feijoo pide con insistencia la Gran Coalición y Pablo Casado calla y otorga. Si no es ahora, será después para apuntarse el tanto de estadista que mira por el interés del país. Rivera, que ve que se queda fuera, ha vuelto a girar en su condición de veleta y después de meses de decirle a Sánchez que no es no, hoy le ha propuesto al PP unirse en una abstención con condiciones. Se ha ha dado cuenta de que le van a cargar con el muerto de las urnas y no quiere que le incineren en ellas.
Sánchez es el Zelig de la política, el personaje camaleónico de Woody Allen que se transformaba en lo que tenía más cerca. Se hizo de izquierdas para recuperar el partido y conseguir la presidencia y ahora que tiene el poder, se arrima al ascua de los que mandan. Quieren cerrar el ciclo de la crisis como se cerró la dictadura con la Transición, en falso, acabando con la respuesta social que desafía al sistema. Las costuras volverán a estallar, pero ya se ocuparán de recoserlas cuando ocurra.
Unidas Podemos puede jugársela en las urnas a riesgo de perder la partida o ganarle la mano al régimen concediendo un gobierno al que controlar desde fuera con un programa progresista. No hay opción buena pero ésta es la menos mala porque Sánchez no cederá, menos ahora que la derecha le guiña el ojo. Para Podemos es otra cesión pero hay renuncias que pueden ser victorias aunque sean menos vistosas. Se apunta el tanto de evitar las urnas, demuestra que piensa más en el país que el PSOE y frena a la ultraderecha y al sistema que quiere llevarnos al redil pasando por las urnas. Si vamos a elecciones, volvemos al bipartidismo. Si no, aún es posible que algo cambie.
A LAS 10H EN WWW.CARNECRUDA.ES: GOBIERNO DE IZQUIERDAS DE PORTUGAL
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Artículos de opinión de Javier Gallego, director del programa de radio Carne Cruda.