Artículos de opinión de Javier Gallego, director del programa de radio Carne Cruda.
Accede aquí a nuestra portada.
Artículos de opinión de Javier Gallego, director del programa de radio Carne Cruda.
Accede aquí a nuestra portada.
La España apocalíptica de la que hablan Tamames, Abascal, Gamarra y compañía solo existe en sus discursos y en la realidad paralela de los cuñados, las tertulietas filofachas y las páginas de la prensa amarilla, amarillenta. Yo he salido hoy a la calle esperando ser detenido por una checa y me he encontrado a la gente paseando alegremente como si viviéramos en una democracia. He gritado “libertad” y la gente me ha mirado como si se me hubiera ido la olla. He gritado “España se rompe” y he oído risotadas. Ni rastro de la autarquía absorbente ni la dictadura de género instaurada con un golpe de Estado por el Gobierno Frankenstein del Gran Hermano Perro Xanse y las feminazis de Unidas Podemos de la mano de los etarras vascos y los golpistas catalanes. No sé, Rick, me parece que exageran.
He puesto la radiotelevisión pública y ahí estaban los que dicen que la radiotelevisión pública está tomada por los comunistas. En los medios de la derecha hablaban libremente del secuestro de la prensa y de que la culpa de la pandemia y la inflación no la tienen un virus y una guerra sino la coalición de izquierdas. El Poder Judicial seguía bloqueado por la misma derecha que asegura que la coalición ha asaltado la judicatura y no me he topado con ninguna avalancha de transexuales en los registros, de violadores en las calles, de okupas en las casas, ni de inmigrantes en las vallas. No sé, Rick, yo creo que se lo inventan.
Pero hay que tener cuidado con lo que inventan porque te confunden, Rick. Te juro que esta mañana he cogido el casco y el fusil porque estaba convencido de que ahí fuera había trincheras. De que había estallado de nuevo una guerra entre dos Españas. Pero lo que pasó te sorprenderá. No había dos, había muchas. No muchas trincheras sino muchas Españas. Había, por lo menos, tantas como hay en el Congreso. Flipa. Había pluralidad y plurinacionalidad. Flipa. No había vencedores y vencidos, nacionalistas y patriotas, constitucionalistas y anticonstitucionalistas, españoles de bien y españoles de mierda. La gente no se dividía en dos bandos. No sé, Rick, lo de las dos Españas parece falso. Parece un invento de una mitad para quitarse de en medio a la otra media.
Imagino que vivir en esa España imaginaria, abismal y dantesca debe de ser pavoroso. Deben de entrarte unas ganas locas de dar golpes de Estado o hacer mociones de censura para acabar con la infamia. Pero los que hablan de esa inhabitable realidad paralela no viven en ella, Rick, viven en una realidad privilegiada y plácida desde la que intoxican, atemorizan y amedrentan para seguir viviendo en ella. Porque su bienestar depende de tu malestar. Cuanto peor para todos, mejor para ellos el beneficio político, que diría el otro. Es una táctica comercial más vieja que la rueca. Vender miedo para que les compres seguridad. No sé, Rick, pero creo que Securitas Direct les patrocina.
Es curioso porque cuando gobiernan es cuando España corre riesgo de romperse. Cuando gobiernan, rescatan a los bancos y no a las personas, hacen una reforma laboral contra la clase trabajadora, liberalizan el suelo y los precios se disparan. Cuando gobiernan, cuestionan la igualdad de género o la violencia machista, recortan la sanidad y la educación pública, controlan a los jueces y a los medios públicos, recortan libertades y hacen leyes mordaza. Y cuando no gobiernan, votan en contra de la subida del salario y del ingreso mínimo, del matrimonio igualitario y el divorcio, de la eutanasia y el aborto, del impuesto a los ricos, la banca y las eléctricas, y de una reforma laboral y una reforma de las pensiones beneficiosa para la mayoría. Cuando no gobiernan, quieren asustarme, y cuando gobiernan, consiguen que me asuste. No sé, Rick, yo creo que nos engañan.
Vaya que si nos engañan. La España del fin del mundo de la que hablan no se la creen ni ellos. Es todo un invent para vender papeletas. La moción de censura era el anuncio. Pagado con nuestro dinero y con el prestigio de la política. La ultraderecha convierte en farsa todo lo que toca. Pero el guiñol les ha salido guiñapo. Querían hacerse publicidad y se han hecho un selfie grotesco, han retratado a la derechita cobarde y le han regalado al Gobierno la mejor publicidad imaginable. Gracias, Santi. La única utilidad de esta moción estéril es que sabemos las opciones que tenemos: la ultraderecha contra todos, la derecha de perfil para dejarle paso, y el resto. Por resumir, Españas hay muchas pero opciones hay dos: la España única del pasado o la España plural del presente. No sé tú, Rick, pero yo lo tengo claro. Ojalá la mayoría sea consciente de que “emosido engañado”.
La España apocalíptica de la que hablan Tamames, Abascal, Gamarra y compañía solo existe en sus discursos y en la realidad paralela de los cuñados, las tertulietas filofachas y las páginas de la prensa amarilla, amarillenta. Yo he salido hoy a la calle esperando ser detenido por una checa y me he encontrado a la gente paseando alegremente como si viviéramos en una democracia. He gritado “libertad” y la gente me ha mirado como si se me hubiera ido la olla. He gritado “España se rompe” y he oído risotadas. Ni rastro de la autarquía absorbente ni la dictadura de género instaurada con un golpe de Estado por el Gobierno Frankenstein del Gran Hermano Perro Xanse y las feminazis de Unidas Podemos de la mano de los etarras vascos y los golpistas catalanes. No sé, Rick, me parece que exageran.