Incluir aceite de oliva virgen extra (AOVE) en la alimentación juega un papel fundamental para reforzar el sistema inmunológico y prevenir enfermedades cardiovasculares. Así lo afirmó la doctora Rosa María Casas Rodríguez, investigadora postdoctoral y responsable del grupo de Riesgo Cardiovascular, Nutrición y Envejecimiento Saludable del IDIBAPS, profesora asociada de la Universidad de Barcelona y coordinadora científica de la Fundación en la ponencia principal del III Foro de Calidad del AOVE “Dieta Mediterránea e Inmunonutrición”, organizado por la Denominación de Origen Aceite Montes de Toledo.
Durante su intervención, la doctora Casas explicó por qué se recomienda consumir unos 50 ml, es decir, unas 5 cucharadas al día de AOVE, que se encuentra en la cima de la pirámide alimenticia de la Dieta Mediterránea, el tipo de alimentación que presenta la mayor evidencia científica y que en 2010 fue incluido por la UNESCO en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Es característica de España, Italia, Francia, y norte de África, que se basa en un consumo elevado de grasa saludable, cereales, pan, arroz, legumbres, frutas y proteína vegetal, pescado y marisco.
Para argumentar esta afirmación se sirvió del estudio PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea) de 2013, donde se demostró que la Dieta Mediterránea suplementada con aceite de oliva y frutos secos reduce en un 30% el riesgo de sufrir infarto y de sufrir enfermedades cardiovasculares, la primera causa de muerte en el mundo, entre personas con riesgo a padecerlas por factores de riesgo clásicos como hipertensión, diabetes, alteración niveles de glucosa, colesterol o tabaquismo.
Por ello, determinó que incluir AOVE en la alimentación, además de ser sostenible y formar de nuestro patrimonio, por su alto nivel en antioxidantes juega un papel fundamental para reforzar el sistema inmunológico, prevenir enfermedades cardiovasculares, diferentes tipos de cáncer como el de mama, mejorar el síndrome metabólico, combatir la demencia e incluso la depresión.
Durante este foro, que se celebró en la sede del Colegio de Farmacéuticos de Toledo, también intervino el técnico de la Dirección General de Alimentación de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Olegario Aguado, para presentar la marca de garantía “Campo y Alma”, que acaba de impulsar la Junta de Comunidades, para englobar a los productos con Denominación de Origen o Indicación Geográfica Protegida de la región, con el fin de trasladar una imagen con la que el consumidor pueda identificar en el mercado los productos de calidad singular procedentes de Castilla- La Mancha.
El delegado provincial de Agricultura en Toledo, Jesús Fernández Clemente, encargado de clausurar el acto, ensalzó la labor de los productores y agricultores que definía como “resilientes”, “por aguantar en este último año los vaivenes de los precios, la complejidad de los aranceles, la pandemia que puso en riesgo la campaña y las ventas, las consecuencias de la borrasca Filomena, y la escasez de mano de obra en la actual campaña”.
Así mismo, hizo hincapié en que en Castilla- La Mancha “tenemos el mejor aceite de oliva del mundo, forma parte de nuestra forma de vivir, y hay que creérselo y contarlo al mundo, promocionarlo para venderlo fuera de nuestras fronteras y acércanos a los nuevos consumidores”, haciendo así alusión a “Campo y alma”, como la marca paraguas para defender los productos de calidad de nuestra tierra. “Alma vamos a poner y campo lo tenemos de sobra”, finalizaba.