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La falta de rentabilidad del cultivo que puede poner en riesgo el negocio turístico de la lavanda

Varias parejas se hacen selfies en los campos de lavanda de Brihuega. EFE/ Fernando Villar

Pilar Virtudes

21 de julio de 2024 19:56 h

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La grave crisis de precios, con un “mercado completamente hundido” está poniendo en riesgo la rentabilidad y por tanto la supervivencia de los cultivos de plantas aromáticas como la lavanda y el lavandín destinados a la elaboración de aceites esenciales, presentes sobre todo en la comarca de Brihuega, en Guadalajara, y en algunas zonas de Cuenca como Villares del Saz o Villar de Cañas .

Este fenómeno no sólo ocurre con las aromáticas sino que también está afectando a otros cultivos con tradición en Castilla-La Mancha como el azafrán o la berenjena. Sin embargo, el caso de las plantas aromáticas tiene otras connotaciones que obligan a mirarlo desde varios prismas. Y es que los campos de estas hierbas utilizadas desde hace siglos para la elaboración de jabones y ungüentos tienen un interesante componente asociado al turismo, ya que la belleza de estos campos en flor los ha convertido en un dinamizador de las zonas rurales. Son generadores de riqueza y negocios en torno a la lavanda que, sin embargo, no puede disociarse de la parte agraria.

El estudio realizado por la  Federación de Asociaciones para el Desarrollo Territorial del Tajo-Tajuña (FADETA) y la Universidad de Alcalá de Henares (UAH) sobre el ‘Impacto Socioeconómico del cultivo de lavandas en Brihuega y su comarca’ señala en sus conclusiones que “el impacto socioeconómico estimado conjunto de las lavandas en la comarca de FADETA se valora entre 4 y 6,5 millones de euros (entre 620 y 1.050 euros por habitante de la zona de cultivo de la comarca) y promueve el desarrollo rural sostenible, la fijación de población y la creación de empleo”.

Concretamente dice que “el turismo de lavandas ha ido continuamente incrementándose en los últimos años hasta suponer 14 veces la población del municipio”, en alusión a Brihuega.

El riesgo de desaparición de estos cultivos, de optar por cambiarlos por otros más rentables, es una realidad. Así lo ha señalado en declaraciones a AgroalimentariaCLM, Abelardo Carrillo, presidente de la Asociación Interprofesional de Productores de Plantas Aromáticas y Medicinales (ANIPAM). “Llevamos tres años en los que los precios se han hundido completamente y ahora lo que hay es la necesidad de reducir la superficie cultivada y no continuar con el cultivo en muchos casos”, asegura.

La reducción de precios roza de media el 70% y, como consecuencia, no se realizan operaciones comerciales significativas. El aceite esencial de lavanda se ha venido vendiendo en unos 30 euros el kilo en años anteriores y ahora está entre los nueve y los 10 euros, “lo que no cubre ni la mitad de los costes”, asegura Carrillo.

A punto de recoger una nueva cosecha, la mercancía permanece sin vender y, dice, “los recursos de los lavandicultores se han visto mermados hasta el extremo de poner en riesgo la viabilidad de las explotaciones”.

Llevamos tres años en los que los precios se han hundido completamente y ahora lo que hay es la necesidad de reducir la superficie cultivada y no continuar con el cultivo en muchos casos

Abelardo Carrillo Presidente de la Asociación Interprofesional de Productores de Plantas Aromáticas y Medicinales (ANIPAM)

El descenso de los precios se ha producido por la sobreproducción derivada de “los precios tan estimulantes que había para este producto hace años, lo que ha dado lugar a que se haya plantado más superficie”. Pero hay otras razones, el responsable de la interprofesional apunta también la sustitución de estos aceites naturales por otros de elaboración sintética.

A esto se suma que la sequía de los dos últimos años. Así, según la Interprofesional, “ya se ha iniciado el arranque de una parte significativa de la extensión cultivada, bien por desecación de las plantas, bien por la falta de rentabilidad”.

Hay que tener en cuenta que “la lavada no es un cultivo ornamental, es un cultivo industrial”, recuerda Abelardo Carrillo.

Posibles soluciones

La asociación ha mantenido reuniones con las administraciones públicas con el fin de encontrar soluciones. Apunta este sector que las aromáticas están excluidas de los planes de ayuda por sequía que se han aplicado a otros cultivos, con el argumento de que la lavanda es un cultivo permanente, sin tener en cuenta la mortandad que ha asolado a las plantas debido a los años consecutivos de sequía. Estiman que ha afectado a no menos de un 30% de la superficie cultivada.

Abelardo Carrillo se reunió el pasado mes de mayo con responsables de la Consejería de Agricultura de Castilla-La Mancha para demandar una ayuda coyuntural que complemente la que ya reciben estos cultivos de aromáticas. “Tuvimos muy buena acogida, les expusimos la necesidad de una ayuda coyuntural que podrían estar basada en ampliación de la subvención actual porque la situación del sector es crítica, hemos sufrido la consecuencia de la sequía y muchas plantas se han muerto”, señala, y se encuentran a las puertas de recoger una nueva cosecha, con salida incierta en un mercado saturado.

Más allá de la subvención, demandan también la necesidad de un plan “para ver si tiene sentido seguir cultivando la lavanda y el lavandín o es un producto perfectamente sustituible por otros sintéticos e industriales”. ANIPAM propone un foro colaborativo en el que se impliquen tanto las administraciones públicas como la industria y los consumidores finales que son quienes podrían ser capaces de diferenciar, con etiquetados correctos, los productos puros y naturales de aquellos que no lo son.

“Tenemos ayudas directas para lavanda y lavandín”

La viceconsejera de Política Agraria Común y Política Agroambiental de la Consejería de Agricultura, Gracia Canales, que ha estado reunida con estas Interprofesional, asegura a este medio que la Administración regional es consciente de la situación por la que está atravesando el sector y las connotación que este cultivo tiene para los pueblos. “Entendemos que la situación del sector no es buena”, asegura.

Pero también recuerda que “somos la única comunidad autónoma que tenemos ayudas directas para la lavanda y el lavandín, a través de una línea de ayudas agroambientales para cultivo de plantas aromáticas para la mejora de biodiversidad”. Cifra estas ayudas en más de tres millones en los últimos años, del 2014 al 2022.

“Ahora vamos a comprometer un millón de euros adicional en el próximo quinquenio para paliar los efectos negativos de la sequía. La ayuda consiste en 155 euros por hectárea en lavanda y lavandín y 125 euros para la salvia”.

Pero además, comenta tras las reuniones celebradas -“donde nos pidieron que, a través de la PAC, se dieran ayudas por ecorregímenes (practicas compatibles con el medio ambiente) donde la lavada tuviera cabida”, apostilla la responsable política en Castilla-La Mancha, se reclamó al Ministerio de Agricultura una ayuda adicional de 43 euros por hectárea para aquellos lavandicultores que practiquen espacios de biodiversidad. “Se nos ha aceptado y la ayuda está en activo desde la campaña 2023-24”, afirma.

Estas son las dos líneas principales a las que se suma, según ha señalado la viceconsejera, “una tercera adicional que son las ayudas por sequía que es cierto que en las que dio el ministerio no entraron. Sin embargo las de la comunidad autónoma sí están reconocidas, las correspondientes a 2023. Debido a la situación que se dio tan terrorífica de sequía, sí que incluimos a las aromáticas”.

El Gobierno regional reconoce las limitaciones de estas compensaciones. “Sabemos que esto no solventa totalmente la situación que están sufriendo pero es verdad que el compromiso de la Administración regional es evidente: hemos puesto sobre la mesa todos los recursos que han estado en nuestra mano para paliar este déficit que ahora mismo tienen”.

A esto se suman las ayudas que destinadas a los proyectos relacionados con las aromáticas, y más en concreto a las destilerías donde se obtiene la esencia de las plantas y que se ofrecen a través de los Planes de Desarrollo Rural.

Una futura marca de calidad de la esencia de lavanda

La Junta de Castilla-La Mancha está poniendo las bases para una futura marca de calidad de la esencia de lavanda que se produce en la comarca alcarreña. “Nos piden que colaboremos con ellos y vamos a iniciar en breve el desarrollo de convenios de investigación que sirvan para reconocer la esencia de lavanda, dentro de las ayuda de innovación que vamos a poner en marcha”, apunta la viceconsejera.

El objetivo es visibilizar el hecho de que esta esencia natural no puede ser igual que otra que se produce de manera artificial. “Tenemos que hacerlo con un buen estudio que resalte que tiene unos componentes diferentes a las esencias sintéticas”.

Eso posibilitaría el desarrollo de “una denominación de calidad”. En todo caso la legislación europea será preciso definir y convencer, en definitiva, diferenciar y demostrar por qué la esencia producida en Castilla-La Mancha es mejor que las sintéticas o que las producidas en otro lugar. “En eso se trabaja a través de los proyectos de investigación, en señalar qué elemento la hace diferente para poder desarrollar una marca de calidad dentro de nuestro territorio”.

En principio, se espera que este mes de julio puedan convocarse las ayudas a la innovación para “poder empezar con este proyecto de investigación, formar un grupo operativo y darle forma al proyecto”, ha señalado Gracia Canales.

El alcalde de Brihuega cree que se está trabajando para solucionarlo

En los municipios de la comarca de Brihuega, en Guadalajara, donde se concentran las mayores superficies de estos cultivos tienen mucho que decir. El alcalde de la localidad, Luis Viejo, no es tan pesimista sobre el futuro de los cultivos de lavanda. “Se aprovecha la conyuntura de la floración de la lavanda para dar voz a unas reclamaciones que son legítimas y apoyamos, pero sobre las que se está trabajando desde Castilla-La Mancha con todo el apoyo del Ayuntamiento de Brihuega que ha impulsado estas reuniones”, señala.

Aunque esto no quiere decir, matiza, que no tengan que escuchar las demandas del sector. “Desde el ayuntamiento y la Junta de Comunidades les hemos tendido la mano”, asegura.

Recuerda que algunos de los agricultores que cultivan lavanda también “tienen un ingreso importante a través del turismo. Vienen al municipio porque venden sus productos directamente en las distintas tiendas que tienen en Brihuega”.

Luis Viejo también ha destacado la importancia de impulsar una marca de calidad para la esencia de lavanda que se produce en la zona con el fin de “sacar adelante ese stock que hay. Tenemos que poner de manifiesto que el sintético no puede suplir ese aceite natural” y cree que la marca de calidad servirá para que “los aceites esenciales que se obtienen tengan más fácil la salida en momentos críticos”.

Festival de la Lavanda

Este año el festival de la floración “va bastante bien. Hemos empezado diez días antes en junio ya que el tejido empresarial nos lo solicitó y así lo hicimos”.

El edil calcula que en cinco semanas más de 140.000 visitantes acudirán a los campos de lavanda, un turismo que no sólo beneficia a Brihuega sino también a toda la provincia de Guadalajara, desde la capital hasta Sigüenza y otros municipios que alojan a los visitantes.

Nota: Este artículo ha sido modificado tras haber sido publicado a petición del alcalde de Brihuega que ha querido matizar sus declaraciones

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