Como en la famosa novela de John Steinbeck, las uvas, el vino de Valdepeñas son objeto y también víctima de las luchas de poder que llevan años alimentando la polémica y lastrando una de las denominaciones de origen más importante de España.
24.000 hectáreas de viñedo, medio centenar de bodegas, y páginas y páginas de noticias, desmentidos, comunicados y acusaciones. En estos momentos, es la denominación de origen de vino que más da que hablar y no por la calidad de sus vinos. En su territorio se ubican dos de las bodegas más importantes del país, García Carrión y Félix Solís, el enfrentamiento entre ambas, las luchas de poder en el seno de la Denominación de Origen y las investigaciones que se mantienen abiertas por presunto fraude mantienen a esta tierra vinícola en el ojo del huracán.
Estos últimos 12 meses han sido especialmente conflictivos, no sólo la investigación que acaba de admitir a trámite la Audiencia Nacional y que esta semana saltaba a las páginas de actualidad, sino también las luchas internas que han dado lugar a dimisiones y están lastrando el funcionamiento de la DO.
En febrero de 2020, la Asamblea de la DO ratificaba el acuerdo para la convocatoria de elecciones y en noviembre Antonio Torres Pérez, viticultor de Moral de Calatrava y gerente de ASAJA Guadalajara, era elegido nuevo presidente recalcándose que era una persona independiente, pero desde ese primer momento contó con críticas en contra. Ni un mes duró en el cargo, a finales de diciembre presentaba su dimisión por “exceso de trabajo”, pasando desde ese momento al frente de la DO, en funciones, el vicepresidente, Carlos Nieto, hombre de confianza de Félix Solís, lo que de nuevo avivó la polémica.
La situación de la DO era tan insostenible que el sector productor, integrado por las organizaciones profesionales agrarias ASAJA, COAG, UPA y por Cooperativas Agroalimentarias, decidieron marcharse de la Junta Directiva ante la imposibilidad de poder cambiar el funcionamiento de la misma por la “guerra comercial” abierta entre las dos principales empresas, integradas en sendas asociaciones de la rama comercializadora ASEVIVALDEPEÑAS, a la que pertenece Félix Solís, y AVIVAL, a la que pertenece García Carrión.
Como trasfondo, las denuncias cruzadas entre los dos comercializadores, comunicados recíprocos, acusaciones mutuas de irregularidades, y titulares en los medios de comunicación.
Investigación en la Audiencia
La noticia que acaparaba la actualidad esta semana porque el juez de la Audiencia Nacional José Luis Calama admitía a trámite una denuncia presentada por la Fiscalía para investigar si las bodegas Félix Solís, García Carrión, Bodegas Navarro López y Bodegas Fernando Castro han comercializado como crianza, reserva y gran reserva vinos que “no cumplían los requisitos de elaboración, ni en periodo mínimo de envejecimiento, ni en la permanencia en barrica de roble ni en botella”, es el climax de esta situación que se remonta a dos años atrás.
El conflicto se iniciaba en abril de 2019 cuando AVIVAL, presentaba una denuncia ante la Consejería de Agricultura de Castilla La-Mancha y otra ante la Asociación Interprofesional de la Denominación de Origen de Valdepeñas asegurando que se habían estado comercializando como vinos como de crianza sin que cumplieran el tiempo de envejecimiento en barrica.
Ese mismo año, en julio, el sector productor denunciaba los mismos hechos ante la Fiscalía Provincial de Ciudad Real, con objeto de que se abrieran las diligencias de investigación por la comisión de un posible delito de fraude.
Poco después, García Carrión y Avival interpusieron otra denuncia ante la fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Castilla la-Mancha “por la presunta comisión de delitos continuados de estafa, publicidad engañosa y falsedad en documento oficial”, por comercializar supuestamente vino tinto con las marcas Casa Albali, Los Molinos, Viña Albali y Diego de Almagro (marcas de Félix Solís) embotellado con las categorías de crianza y reserva “cuando en realidad su contenido no se corresponde con éstas calificaciones”.
Meses después, en octubre de 2019, la Fiscalía de Castilla-La Mancha decretó remitir las actuaciones a la Fiscalía Provincial de Ciudad Real, que abrió entonces diligencias penales de investigación.
Así las cosas, en febrero de 2020, la Consejería de Agricultura de Castilla-La Mancha abría expediente a tres bodegas de la DO, Félix Solís, José García Carrión y Navarro López a la vista de las denuncias que se habían sucedido en los últimos meses por parte de empresas y de organizaciones presentes en la junta directiva de la DO.
Apenas, unos días después era la Fiscalía de Ciudad Real la que remitía toda la documentación a la Audiencia Nacional, al considerarse que los hechos denunciados afectan a todo el territorio nacional y al extranjero. Denuncia que ahora la Audiencia Nacional ha admitido a trámite.
El acto señala que la presunta actividad delictiva se habría concretado “en la puesta en el mercado de cantidades de vino con Denominación de Origen Protegido (DOP) Valdepeñas por encima de las declaradas al correspondiente Consejo Regulador, sin cumplir las condiciones de elaboración que tal denominación requiere y, por tanto, no respondiendo a la calidad dispuesta en el propio etiquetado del vino embotellado”.
Además, el juez detalla en cada uno de los cuatro casos las cantidades de vino declaradas y comercializadas en cada uno de los años investigados, lo que arroja cantidades superiores entre lo declarado y lo comercializado. “En efecto, el hecho de que las bodegas declaren a la administración autonómica una cantidad de vino vendida a los clientes y que estos declaren cantidades diferentes, muy superiores a los declarados por las bodegas, supone un indicio de falta de trazabilidad del vino, así como de irregularidades en la comercialización”, dice.
Pero esto no ha hecho más que avivar esta polémica que esta semana se ha saldado con comunicados enfrentados entre García Carrión y Felix Solis acusándose mutuamente de las presuntas irregularidades y que probablemente seguirán en próximos días.