- El escritor y pensador afincado en Toledo mantiene la estela filosófica ya plasmada en ‘Miel de brujas’ y ‘Aguas arriba de mi madre’
En la segunda parte del ‘Quijote’ un cura le espeta al protagonista todas sus fantasías sobre “vencer gigantes y prender malandrines en La Mancha”, llamándolo además “alma de cántaro”. Es una expresión que aparece otras veces en la obra de Cervantes y que se refiere a alguien que ostenta una mezcla de ingenuidad, palabrería y candidez. Federico de Arce ha rescatado ese calificativo para titular su nueva obra poética: ‘Alma de cántaro’ (Huerga y Fierro, 2017) viene a complementar la estela filosófica y de pensamiento poético que ya reflejó en sus poemarios ‘Miel de brujas’ y ‘Aguas arriba de mi madre’. Precisamente, enlazando con su anterior poemario recuerda en su dedicatoria a su trasunto, su alter ego, el Maestro Calabaza y poeta chino Hu Zi.
En esta ocasión ha decidido someter su estructura a la métrica del haiku. Porque es el zen, junto con una multitud de referencias culturales, el contexto en el que el escritor ha decidido enmarcar esta nueva obra, en la que lleva muchos trabajando. Bebe así de la meditación, del pensamiento reposado, de la lógica que va más allá de lo puramente racional y de las fuentes convencionales del conocimiento.
Sin signos de puntuación, Federico de Arce compone breves poemas que dan lugar a numerosas interpretaciones. Ahí radica parte de su esencia oriental, pero va mucho más allá, puesto que también navega por todo su bagaje occidental mediante alusiones musicales -The Beatles-, filosóficas (siempre presentes en su poesía), literarias (Machado, Kafka, Rimbaud, Cervantes, Descartes) y hasta cinematográficas (‘Muerte entre las flores’ o ‘El sol del membrillo’).
También llaman la atención sus referencias a los cuentos orientales y a la fórmula de los ‘koan’ o aporías: aquellos razonamientos sin solución lógica o posible y que terminan por constituir una paradoja. Pero eso no significa complejidad en sus versos. Al contrario, evocan una sencillez y naturalidad despojada de artificio y se centran en cuestiones universales y comunes como el paso del tiempo, la muerte, la guerra o el capitalismo. También Toledo y su río Tajo aparecen en sus poemas, formando todo un cuadro de pensamiento voraz. Algunos ejemplos:
Federico de Arce (1968) es Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Murcia y actualmente ejerce como profesor de Lengua y Literatura en Toledo. Es autor del estudio preliminar ‘El diario de Paco Esteta y otros relatos’, de Francisco Rojas; de la presentación, epílogo y biografía del escultor Alberto Sánchez, que aparecen en el libro ‘Alberto. Encuentro en Toledo 1895-1995’; y de la novela ‘¿Por qué no hay una Hofbräuhaus en Toledo?’, que sirvió de excusa literaria para una exposición de más de un centenar de artistas en el Museo Nacional de Antropología de Madrid.
También ha publicado los poemarios ‘Miel de brujas’ y ‘Aguas arriba de mi madre’; y la novela ‘La Voz de El Shaday’. En el año 2005 obtuvo el premio del certamen literario Dulce Chacón con el relato ‘Piratas’, incluido ahora en ‘La Vieja’. Presentará su nueva obra el próximo jueves, día 15 de diciembre, a las 19.00 horas en el IES Sefarad de Toledo junto a los poetas Félix Chacón y Carlos Ávila.