Tras los 15 casos de niños con operaciones de fimosis o cirugías umbilicales que tuvieron que volver a ser operados en centros castellano-manchegos porque en la clínica La Milagrosa les operaron de manera deficiente, empiezan a aparecer más casos de niños que han sufrido los efectos de las malas prácticas de esta clínica madrileña, ahora en la provincia de Toledo.
Susana es una madre de un niño de 7 años que la misma semana que los casos de Albacete fue operado también de fimosis en la clínica madrileña derivado por el SESCAM. Esta madre, de un pueblo del norte de Toledo, no se sorprendió cuando la derivaron a la clínica madrileña. De hecho se alegró porque ello suponía que su hijo no tendría que esperar más tiempo de lista de espera para una operación considerada menor. Le dieron a elegir entre seguir esperando o acudir al centro madrileño.
A las 18:15 de la tarde de un viernes entraba en quirófano el niño y en media hora ya estaba dado de alta de la clínica. “Me sorprendió el tiempo, pero los expertos son ellos”. Sin embargo los problemas empezaron cuando al día siguiente, al retirar las vendas, esta madre se sorprende por el mal estado de la herida. Inmediatamente llama a La Milagrosa para saber si es normal lo que sucede. Desde la clínica le indican que el profundo sangrado e incluso el pus en la herida no es para tanto, diciendo a la madre que “no se asuste ni sea exagerada”.
24 horas después el niño tenía que volver a pasar por quirófano, esta vez en el hospital de Toledo, para someterse a la misma operación y arreglar los daños causados en la intervención anterior. “Aquello era una carnicería. Mi hijo salió de quirófano y no me pudieron asegurar que no tuvieran que volver a intervenirle”.
Hace más de dos meses de la operación y de hecho su hijo sigue aún con vendas y apósitos. “Ya me han asegurado que no le van a tener que volver a operar, que ya es mucho, pero sigue con las curas”. Unas curas que además, según le dijeron en el hospital de Toledo, le tenían que hacer en La Milagrosa porque cuando un paciente es derivado allí, “venden” sus servicios clínicos durante seis meses en relación a la operación. Es decir, que toda cura sería en esa clínica; sin embargo esta madre lo tiene claro, “yo allí no vuelvo a llevar a mi hijo pase lo que pase. No quiero volver a saber nada de ellos, lo de esa gente no es normal”.
“No sé lo que pasó. No sé si es que como mi hijo era el último paciente de toda la semana es que tenía prisa el cirujano, porque nos trataron con toda prisa, queriendo sacarnos de allí lo antes posible, con el alta lo antes posible, casi empujándonos. Como ganado”. Precisamente la misma expresión que usaban algunos de los padres afectados de Albacete.
De hecho el servicio de salud en Castilla-La Mancha reconoció a esta madre que la operación realizada era muy deficiente y avisó de que la clínica La Milagrosa le llamaría para pedirle disculpas por todo lo ocurrido. “Pero no me han llamado, no he vuelto a tener noticias de ellos. Tampoco lo espero, no quiero saber nada de esa gente. Pero lo que no quiero es que nos vendan nuestra sanidad y pongan en peligro a nuestros hijos, no puede ser que una operación de fimosis se convierta en lo que fue aquello”.