Artesanos en el mundo de Amazon, otro caso de David contra Goliat: “Es complicado luchar contra las grandes plataformas”

La artesanía de Castilla-La Mancha se ha dado cita en una nueva edición de Farcama que luce tradición y vanguardia en el parque de La Vega de Toledo, una ubicación del agrado de los participantes que este año están disfrutando de buen tiempo y de la afluencia de numeroso público. Se trata de un evento en el que se establecen relaciones comerciales dentro del propio sector y en el que también se exponen las principales preocupaciones que tienen en la actualidad como la falta de relevo generacional o las dificultades de venta frente a las grandes plataformas.

En total, este año hay 148 artesanos y artesanas con estand, con representación de las cinco provincias de la región, así como de otras partes de España y de países como Francia, Portugal, Puerto Rico y México. Entre ellos hay maestros y maestras artesanas como Francisco Javier Castillo Díaz, relojero de Tarancón (Cuenca) de sexta generación. Lleva ya alrededor de 30 años participando en Farcama, donde este año ha expuesto piezas con más un siglo de antigüedad.

“La labor de ser relojero es echarle horas y horas. Restauro relojes del siglo XIX o del XX, buenos y bonitos. Este de 1911 tiene pintura basada en la original, está limpio y engrasado y funcionando perfectamente”, explica mientras muestra uno de los relojes que restaura. Señala también que durante la pandemia ha tenido “tanto trabajo o más que en cualquier año”. “He podido pasar más tiempo en el taller que en la tienda”, añade sobre estos últimos años.

Sobre la digitalización y el impacto que puede tener el uso de relojes digitales, considera que son “modas” y que “el reloj clásico nunca pasará de moda”. “Y los relojes públicos tienen que seguir funcionando. A nivel nacional he restaurado muchos”, apunta, como el papamoscas, con un autómata y del que solo hay dos en España, uno de ellos en la Catedral de Burgos y que tuvo que reparar el pasado verano. “Entre dientes, casquillos y alguna palanca... casi se me va de las manos. Aquí no hay tutoriales, es hacer y probar. Pero lo conseguí y estoy muy orgulloso”, relata.

Señala que en España ya no existe fabricación desde hace 20 años. Castillo es el único maestro artesano de relojes en la región y manifiesta que va a tratar de dejar su legado preparado a quien pueda enseñar su oficio y transmitirle sus conocimientos.

Muebles sostenibles y juegos de madera tradicionales

De su lado, Rocío Díaz, de Mondema Artesanos (Tomelloso), apunta que siempre acude a Farcama “con buenas perspectivas”. Este año, además de mostrar los muebles de madera que diseña y restaura, participa ofreciendo la actividad 'Juegos de ayer y hoy'. Se trata de juegos de madera que elaboran ella y su marido -Juan Carlos- como un dominó gigante, un set de planchado para niños y niñas, un limbo, el conecta 4, un ajedrez o un parchís gigante.

Sobre Mondema, explica que nacieron de cero. Primero empezó su marido y después ella dejó el trabajo que tenía para dedicarse a los montajes de madera. “Somos carpinteros pero aparte de proyectos que tenemos con interioristas -carpintería personalizada-, de vez en cuando hacemos proyectos como el de los juegos o piezas que nos gusta diseñar y fabricar”, subraya.

Hacen cómodas, bancas o puertas, como las que restauran ahora para una antigua casa de San Lorenzo de El Escorial (Madrid). También han convertido una trilla en una lámpara o han montado una cama con tableros de puertas antiguas. A su juicio, un negocio en el que ya trabajan distintas generaciones resulta más sencillo que la aventura de emprender uno nuevo como han hecho ellos.

'Trapitos de colores', la artesanía textil llegada desde la localidad toledana de La Guardia

El sector de la moda es también protagonista de Farcama 2022. Entre estos participantes se encuentra Rocío Sánchez, artesana textil, llegada desde la localidad toledana de La Guardia, donde se encuentra el taller de Trapitos de colores, su marca comercial.

La diseñadora, que se autodenomina “decoradora de telas”, no limita su actividad laboral a su tienda física ya que, tal y como reconoce, el futuro de la venta se encuentra en Internet, las redes sociales y encuentros como esta feria regional. “Llevo unos 10 años trabajando en el sector y participo en Farcama cada año porque se hace contacto con otras tiendas y con mercados internacionales”.

En esta edición ha presentado la colección 'Manchegueando', elaborada junto al tejedor albaceteño Eustaquio Rosa. Juntos han diseñado un conjunto de prendas con el típico tejido manchego pero con aires modernos. “Tenemos que luchar por nuestra artesanía”, afirma Sánchez quien considera que el “cliente castellanomanchego es fiel”.

Así lo ha podido comprobar durante la última década en la que ha diversificado su producción incluyendo opciones para todas las edades y talleres participativos. “Todos tenemos un rincón infantil que hay que seguir con él... recupero cuentos clásicos como Pipi Lastrum o la Bruja Avería y les doy mi toque de trapito de colores”.

“Las cosas no están bien pero se ve buen ambiente en Farcama”

El cuero es otro de los grandes clásicos entre la artesanía castellanomanchega. Llegado de la localidad guadalajareña de Brihuega, encontramos un taller de marroquinería tradicional. “Utilizamos pieles de primera calidad, solo naturales, para elaborar productos únicos y originales, especialmente bolsos y cinturones”, explica Manuel López Lafuente, uno de sus dueños. “Nosotros compramos las pieles, hebillas, herrajes y todo lo hacemos allí, en el taller de Brihuega”, cuenta.

“Las cosas no están bien pero se ve buen ambiente en Farcama”, asegura López quien considera que esta feria, a la que suelen acudir regularmente, es muy “interesante”. Al preguntarle por el intrusismo en su sector asegura que siempre lo ha habido, aunque esa no es la gran dificultad. “Tenemos una tienda online, pero los pequeños lo tenemos muy difícil, es complicado luchar contra las grandes plataformas”.

¿Relevo generacional en el sector de la cuchillería? “No”

Entre los atractivos de Farcama se encuentran sus talleres gratuitos, que son impartidos por los propios maestros artesanos que participan en la feria como, por ejemplo, Ricardo Sánchez, encargado de 'Monta tu propia navaja'.

“A la gente le gusta esta actividad”, afirma Sánchez, un albaceteño que ha hecho navajas desde los 15 años. “Siempre trabajamos con materiales manchegos y actualmente estamos peleando por la denominación de origen para que la gente sepa de dónde viene”.

Según el vicepresidente de Asociación de Cuchillería y Afines de Albacete (APRECU), Ramón Pareja, “todas las navajas que llevan esta marca son garantía exclusiva de que los productos y procedimientos están hechos en Albacete”. El colectivo ya tiene cita en el Parlamento Europeo para luchar por este distintivo.

Desde APRECU no dudan en definir la cuchillería como “la seña de identidad de Albacete”. Sin embargo, no parece que esta sea la percepción entre los más jóvenes.

Preguntados por el relevo generacional en el sector, el maestro artesano asegura que no existía. “Las generaciones que vienen por detrás no quieren trabajar, en todos los sectores, pero intentaremos que no sea así y que nos podamos jubilar”.

Desde Murcia, velas sostenibles

Más allá de los artesanos y artesanas castellanomanchegos, Farcama abre sus puertas a numerosos productores del resto de España e internacionales. Es el caso de 'Pecoreados Artesanía' que llega a Toledo desde Murcia. “Es la primera vez que participamos y tenemos mucha ilusión porque se hace en la Vega, un entorno abierto que invita al público”, destaca Yanet Lorenzo, artesana de este pequeño negocio de velas realizadas con láminas de cera de abeja.

“La lámina se pone en la colmena, a la que damos una función estética y utilitaria. Nosotros solo trabajamos con el enrollado y, a partir de aquí hacemos distintos modelos”, explica. El resultado son “velas de miel, con un olor característico, ya que no están hechas de miel sino de cera, lo que hace que la llama también sea diferente, más cálida, arde más despacio... son velas más duraderas”.

Además, la artesana asegura que se trata de “velas sostenibles” ya que las abejas renuevan su cera cada año. “Cuando la miel está madura se quita una capita de cera, se pone en el cuadro, se lleva a una caldera, se funde y se vuelve a laminar”.

'Pecoreados Artesanía' cumple 30 años en la edición 2022 de Farcama, un espacio físico inusual para este negocio que no tiene tienda física. “Trabajamos a través de nuestras redes sociales y en ferias de artesanía”. “Pecoreado es un término apícola, las abejas pecoreadoras son las que salen de la colmena a recolectar el agua, el polen... Hay abejas guardianas y otras que salen”, explica Lorenzo.