Arturo García-Tizón deja este jueves su sillón como concejal del Partido Popular en el Ayuntamiento de Toledo. Su marcha se oficializará en el Pleno municipal. Tampoco continuará en la Diputación Provincial de la que fuera presidente en la pasada legislatura. Se cierra así el círculo de su progresiva marcha de la provincia tras su salida de la dirección provincial del PP que dirigió desde 2008 y al que dio el relevo José Julián Gregorio.
García-Tizón se queda como diputado por Toledo en el Congreso. Este abogado del Estado, madrileño y vinculado a Toledo por motivos laborales ya fue concejal en el Ayuntamiento en 1979 y diputado provincial por Alianza Popular. Casi siempre ha estado en el Congreso de los Diputados y se convirtió en el hombre fuerte de Dolores de Cospedal en Toledo durante la pasada legislatura, caracterizada por la polémica.
Como concejal en el Ayuntamiento, donde desde hoy le sustituirá Valle Arcos, protagonizó un sonado episodio que saltó a la prensa nacional en mayo de 2014 cuando el PP que él encabezada abandonó un pleno para no escuchar a padres de niños con cáncer que iban a intervenir en la sesión para pedir más recursos sanitarios para sus hijos.
En el momento en que una representante de los padres de los niños enfermos de cáncer del Hospital de Toledo tomaba la palabra, los concejales del Grupo Municipal del Partido Popular abandonaron el Pleno, con la excepción de Ana Isabel Bejarano. El colectivo intentó entregar una copia del documento que se iba a leer en la sesión a Arturo García Tizón, presidente de la Diputación de Toledo, quien lo rechazó afirmando que no le interesaba. La Asamblea en Defensa de la Sanidad Pública de Toledo pidió su dimisión por no representar debidamente a los ciudadanos de Toledo y, “encima cobrar por ello”.
Un año después, lejos de rectificar sobre esta cuestión, declaró sentirse “encantado de la vida” al serle otorgado el premio ‘Amargo’ del Día Vecinal de Toledo.
Hace un año, las familias de niños con cáncer recibieron, en cesión, unos polémicos pisos reformados bajo el mandato de Arturo García-Tizón, para que pudieran utilizarse como alojamiento de las familias mientras esperan la finalización del tratamiento de sus hijos. La decisión la tomó el actual presidente de la Diputación Provincial, Álvaro Gutiérrez, que llegó al sillón de la Institución provincial con el apoyo de Ciudadanos y dejó fuera de la Presidencia al propio Tizón. Ahora, en la Institución provincial le sustituirá Alicia Benito.
El episodio de los pisos propiedad de la Diputación, ubicados en la calle Cardenal Cisneros, fue tan solo uno de los protagonizados por García- Tizón como presidente. Se llego a crear una comisión de investigación tras denunciar el PSOE que estos pisos habían sido reformados, con un gasto de 400.000 euros, entre otras cosas para que los diputados provinciales pudieran ver el paso de la procesión del Corpus.
En marzo de 2016, llegó a ser reprobado en la Diputación por PSOE, Ciudadanos e IU tras presentar una propuesta ante la Comisión Informativa Especial de Investigación en torno a los pisos y se pidió su renuncia al acta provincial. Algo que no hizo. Los diputados del Partido Popular votaron en contra y el portavoz del grupo 'popular', Jaime Ramos llegó a tachar la Comisión Informativa de ilegal.
Lío con su declaración de bienes
Otra de las polémicas a sus espaldas se refiere a la Declaración de Bienes e Incompatibilidades del Boletín Oficial de la Provincia de Toledo, que tuvo que corregir tras haber declarado cerca 100.000 euros anuales de diversos cargos sin tener ningún préstamo o deuda, y donde cancelaba en un ejercicio préstamos por valor de 135.000 euros, más de sueldo anual.
García-Tizón completó su declaración indicando que percibe 6.773,04 euros por trienios en su condición de abogado del Estado en excedencia, que había aportado a sus dos planes de pensiones 18.532,20 euros desde el año pasado y que mantiene sendos préstamos con las entidades CCM y Caja Rural por importe de 88.552,48 euros, habiendo cancelado, por lo que se deduce, el que mantenía con La Caixa y aminorando su deuda financiera en unos 46.000 euros desde el anterior ejercicio.
En su condición de diputado por el Congreso, lo que siguió sin declarar fue la “indemnización” libre de cotizaciones que reciben aquellos diputados “de provincias” (1.823,86 euros mensuales) para facilitar su estancia en Madrid, incluso aunque dispongan de vivienda en la capital como es el caso del propio García-Tizón, que tiene allí dos pisos.
El barco para Ciudad de Vascos
También fue muy cuestionado por su decisión de construir un barco, valorado en 344.850 euros para visitar la Ciudad de Vascos. Un barco que trasladaría a potenciales visitantes desde el embalse de Azután, navegando por el río Huso, hasta el yacimiento arqueológico que alberga los restos de la madina musulmana de los siglos IX al XII. El proyecto terminó siendo suspendido por el Ministerio de Hacienda debido a las deficiencias en el proceso de adjudicación al astillero que debía construirlo.
Su decisiones en torno a gastos de la Diputación de Toledo o sus políticas de empleo también le pusieron en el ojo público (y judicial). Ofertas de empleo en las que se rechazaba el acceso a personas extranjeras, adjudicación de puestos de trabajo en las que los socialistas denunciaron “enchufismo” o gastos ‘decorativos’ de casi 12.000 euros entre banderas bordadas y lanzas mientras se rechazaba destinar fondos a comedores escolares y se compraban siete calesas de caballos. La justicia llegó a paralizar uno de sus planes de empleo: el programa ‘De la mano contigo 2015’ que había sido denunciado por CCOO por arbitrariedad en el proceso de selección.
Tizón y los toros
García-Tizón también decidía durante su mandato invitar a una becerrada a los trabajadores, pacientes y familiares del complejo asistencial San José que había decidido cerrar dos años y medio atrás.
Los toros fueron una de sus debilidades como presidente de la Diputación toledana. Llegó a comprar una ganadería vacuna de lidia que guardó en la finca El Borril y que ha sido vendida recientemente por los actuales dirigentes socialistas para recuperar una inversión que en opinión del PSOE nunca debió ser realizada.
Arturo García-Tizón se marcha también con otra sombra más alargada que se remonta a sus orígenes políticos en Alianza Popular y que le relacionan con la supuesta caja B del PP que se remontaría a los años 80 del pasado siglo, cuando el dirigente popular era secretario general de la entonces Alianza Popular (germen del PP) de la que era presidente Antonio Hernández Mancha.