Cuando en el mes de marzo comenzó a descender de manera significativa el paro juvenil en Castilla-La Mancha, cambió también una racha consecutiva de ascensos que habían colocado a esta región entre las que registraban una situación más dramática para este colectivo durante la legislatura de María Dolores de Cospedal. Desde marzo hasta septiembre del presente año, el desempleo en menores de 25 años, según los datos del paro registrado, llegó a bajar en más 5.000 personas, aupado por el Plan Extraordinario de Empleo, las campañas de verano con su afectación al sector servicios, y la agricultura. También las cifras de la Encuesta de Población Activa (EPA) han reflejado ese mismo descenso hasta el tercer trimestre del año, con un descenso que confirmaba esa tendencia.
No obstante, el mes de octubre viró bruscamente este breve ciclo. El final de la vendimia y de la campaña de verano, alargada por el buen tiempo, hicieron que en ese mes el paro registrado juvenil ascendiera en más de 1.800 personas. La comparación interanual seguía ofreciendo datos positivos (no se volvían a alcanzar los datos de paro juvenil del año anterior) pero se lastraba un periodo esperanzador. Sobre todo cuando ese dato también se ha confirmado en noviembre, con un incremento de casi 300 jóvenes más registrados en las oficinas de empleo.
Es muy probable que los datos del Ministerio de Empleo del mes diciembre, así como los de la EPA de final de año marquen un descenso, más o menos destacable, en desempleo juvenil, pero, como han indicado los sindicatos, será principalmente estacional debido a las campañas navideñas y sobre todo centrado en el sector servicios. La estacionalidad sigue siendo por tanto la variable que marca el desempleo en Castilla-La Mancha y que además viene determinada por la precariedad en el empleo.
Así lo han señalado los dos últimos informes del Observatorio de la Emancipación del Consejo de la Juventud de España. En el estudio correspondiente al segundo semestre de 2015, alertando de la “precariedad” de los empleos creados. El aumento del empleo durante los meses centrales del año, indicó el Observatorio, se ha traducido en un incremento de la ‘subocupación’: insuficiencia de horas, contrarios precarios y temporalidad.
Una “mayor precarización” del trabajo juvenil
Y estas tres variables se han vuelto a repetir en el último informe de este organismo correspondiente al tercer trimestre. Al igual que en el periodo interior, señala que la creación de empleo entre la población joven se ha traducido en una “mayor precarización” del trabajo en este colectivo. “La débil posición de las personas jóvenes frente al mercado de trabajo delimita la independencia económica necesaria para emprender la emancipación residencial”, argumenta.
De esta forma, la capacidad adquisitiva de la población joven asalariada ha llegado a ser la cuarta “más menguada” de España y el 67,3% de la población joven de menos de 30 años carece de salario. De hecho, en el informe se establece que en el año 2015 el 49,3% de la población joven se encontraba en riesgo de exclusión social, lo que representa la segunda tasa más alta del país.
La situación se vislumbra igualmente en relación con la actividad profesional: el último informe desvela que las condiciones de acceso al mercado laboral han mejorado para la población joven activa de la región. En el último año, ha aumentado la ocupación joven y el desempleo juvenil ha descendido de manera considerable. Sin embargo, ambos indicadores muestran un mercado laboral “más restrictivo que el del conjunto de España”. En la actualidad, la tasa de ocupación entre las personas de 16 a 29 años es del 32,7% y la tasa de paro del 40,2%. Se aprecia asimismo una “mayor exclusión laboral” de las mujeres jóvenes con respecto a los hombres de la misma edad.
La 'subocupación' sigue en aumento
También vuelve a aparecer la ‘subocupación’. El número de personas jóvenes 'subocupadas' por insuficiencia de horas laborales en Castilla-La Mancha ha aumentado entre las personas de 16 a 24 años y las mujeres jóvenes. En la actualidad, el 22% de las personas ocupadas de menos de 30 años en la comunidad tiene una jornada laboral insuficiente en relación a la que desearía desempeñar y tendría disposición de asumir, lo que representa el cuarto porcentaje más abultado de los registrados por comunidades.
¿Cómo afecta todo ello al acceso de la población joven a la vivienda? El Observatorio reitera que el mercado inmobiliario de la región es uno de los más “permeables” de España y que en el último año, aunque ha aumentado el precio de alquiler, los precios de compra-venta se han flexibilizado aún más. Pese a ello, con el sueldo de las personas asalariadas de menos de 30 años de Castilla-La Mancha, emprender la emancipación residencial en solitario, hoy por hoy, representaría “asumir un nivel de endeudamiento excesivo”: del 48,6% del salario en el caso de alquiler y del 38,6% en el supuesto de la compra de vivienda.
“Con los ingresos de un hogar compuesto por jóvenes sería viable económicamente comprar o alquilar una vivienda con plenas garantías de solvencia en cualquiera de las provincias. En la actualidad, un hogar joven debiera dedicar el 23,1% de sus ingresos a afrontar el pago mensual de la cuota hipotecaria o el 29,0 % al pago de la renta de alquiler de vivienda, ambos porcentajes por debajo del umbral máximo del 30% recomendado”, concluye.
En general y como contexto final, la capacidad adquisitiva de los hogares jóvenes es una de las más bajas de España. En relación a un año atrás, los ingresos medios de un hogar compuesto por personas jóvenes de menos de 30 años se ha reducido un 0,88% y el salario medio de las personas jóvenes ha descendido un 1,40%. Por otro lado, el 67,3% de la población joven de menos de 30 años carece de salario y el 21,2% de los hogares compuestos por jóvenes no tienen ninguna persona ocupada. En 2015, la tasa de pobreza entre la población joven de menos de 30 años de la comunidad, del 49,3%, era la segunda más elevada de España.