El Plan de Acción para el Empleo Juvenil aprobado en 2013 fue una de las medidas ‘estrella’ del Gobierno de María Dolores de Cospedal para combatir los altos índices de desempleo entre los jóvenes castellano-manchegos. El entonces consejero de Educación, Marcial Marín, se encargó de presentar esta iniciativa, que incorporaba ayudas de 1.000 euros para jóvenes desempleados de entre 18 y 25 años que concluyesen sus estudios y obtuviesen los títulos académicos en los cursos 2013-2014 y 2014-2015.
El presupuesto de este proyecto, cofinanciado con fondos europeos y estatales, fue de 26 millones de euros. Esta acción educativa preveía impartir formación en los centros oficiales, con profesorado específico, para que los jóvenes desempleados obtuvieran las titulaciones académicas de ESO, Bachillerato y Formación Profesional para “mejorar su empleabilidad”.
Se previeron en total 6.164 plazas vacantes en el curso 2013-2014 y otras 1.836 en 2014-2015 hasta llegar a las 8.000. Sin embargo, y según la resolución definitiva de beneficiarios publicada en el Diario Oficial y firmada el pasado 9 de julio por el todavía consejero, solo son 261 los subvencionados para el presente curso. Es decir, las ayudas se han quedado en un 14,2% de lo previsto. Es una circunstancia aún peor que la se produjo en la convocatoria del curso anterior, cuando apenas si se cubrieron la mitad de las plazas ofertadas, un total de 936 alumnos.
Desde el Gobierno anterior nunca se detalló si el resto de alumnos, hasta el total de previsiones de las que habló el ahora secretario de Estado de Educación, habían abandonado el programa, habían suspendido, no habían obtenido el título o bien seguían estudiando.
Es posible que la medida ‘aliviara’ de alguna forma las listas del paro juvenil registrado, ya que por norma se excluye a quienes, pese a constar como demandantes de empleo, estén cursando estudios de enseñanza oficial reglada, siempre que sean menores de veinticinco años. Pero las últimas cifras de la EPA sobre desempleo juvenil ni siquiera reflejaron esa tendencia. El desempleo entre jóvenes castellano-manchegos menores de 25 años ha subido 15 puntos desde el primer trimestre de 2011 al mismo periodo de 2015, situándose la tasa en el 63,7%, la más alta de toda España.