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El tesoro de tener amigos

Raquel Rodríguez Sánchez

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Siempre me ha costado hacer amigos, aunque siempre he tenido contacto con gente. Ni en mi infancia, ni en mi adolescencia logré tenerlos. Siempre fue difícil contar con amigos para celebrar mi cumpleaños o compartir con otros niños y niñas. Ahora puedo decir que no es nada fácil, y entiendo perfectamente el dicho “quien tiene un amigo tiene un tesoro”.

Hice por conseguir amistades, pero he de decir también que solo quiero amigos y amigas que tengan discapacidad; no quiero amistades con personas que no logran entenderme. Supongo que a ti te pasa lo mismo. Da igual la condición que tengamos, uno no elije sus amigos según el estatus o el currículum, sino por aquello que comparten, por el sentimiento de entenderse y ayudarse mutuamente.

Como ya he dicho, durante un tiempo hice por conseguir amistades, hasta hoy, en el que me llevo bien con mucha gente e intento intimar, aunque me sigue costando generar amistades de confianza; pero al menos salgo con ellos a tomar algo por Toledo o a los programas y excursiones de entidades juveniles, como por ejemplo CECAP JOVEN.

Durante muchos momentos de mi vida me he sentido obligada todo el tiempo a establecer amistades con gente que no quiero, lo cual siempre me ha generado mucha impotencia, ya que parecía que era lo aceptado o lo correcto. Sin embargo, yo pienso que, como dice el dicho: “los amigos son la familia que se elige”. A mí no me gusta tener demasiados amigos, me basta con saber que hay algunos pocos que me entienden.

Soy una persona simpática, agradable, y todo ello hace que los chicos y las chicas quieran hablar conmigo. A veces los fallo, como todo amigo/a que a veces falla a sus amigos… no necesariamente en el mundo de la discapacidad como el mío, sino también entre gente sin discapacidad pasan estas cosas.

A día de hoy, he de decir que la gran mayoría de amigos que tengo son leales, aunque tengamos nuestras riñas, y son de mí misma condición. Valoro mucho la ayuda que me prestan y lo que me aprecian, sin yo pedirles nada a cambio; y lo altruistas y buenos que son conmigo. Muchas veces encuentro grandes limitaciones para poder acompañarles a los sitios que proponen. Una de las últimas veces, quedaron para ir a dar un paseo y tomar algo por el casco de Toledo y me costó. Tengo dificultades de movilidad, y es difícil moverse por calles tan estrechas, cuestas y pendientes….

He tenido experiencias positivas; he viajado y he ido a algunos albergues donde hemos pasado algún fin de semana. Todos me han prestado su ayuda y su apoyo a la hora de cambiarnos de ropa, vestirnos e ir a la ducha, ayudándome a llevar todos los bártulos al baño... Incluso a la hora de comer, llevándome la bandeja con la comida.

En ese sentido CECAP me ha dado la oportunidad de conocer gente maravillosa, de los cuales algunos o algunas son mis amigos/as, con los que poder hablar y hacer amistades, lo valoro con mucha gratitud.

Siempre me ha costado hacer amigos, aunque siempre he tenido contacto con gente. Ni en mi infancia, ni en mi adolescencia logré tenerlos. Siempre fue difícil contar con amigos para celebrar mi cumpleaños o compartir con otros niños y niñas. Ahora puedo decir que no es nada fácil, y entiendo perfectamente el dicho “quien tiene un amigo tiene un tesoro”.

Hice por conseguir amistades, pero he de decir también que solo quiero amigos y amigas que tengan discapacidad; no quiero amistades con personas que no logran entenderme. Supongo que a ti te pasa lo mismo. Da igual la condición que tengamos, uno no elije sus amigos según el estatus o el currículum, sino por aquello que comparten, por el sentimiento de entenderse y ayudarse mutuamente.