La paz para la denominada ‘guerra’ del agua derivada del trasvase Tajo-Segura debe ser a tres bandas y la solución no vendrá del Gobierno de Mariano Rajoy. En ese sentido se ha pronunciado el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, al anunciar que en las próximas semanas va a mantener reuniones tanto con el presidente de Murcia, Pedro Antonio Sánchez, como con autoridades de la Generalitat valenciana, para avanzar en un “principio de acuerdo” entre los tres gobiernos autonómicos en materia de agua.
Precisamente, el presidente castellano-manchego se ha referido a esta cuestión en un acto público en la localidad ciudadrealeña de Ruidera, donde ha querido dejar claro que la solución a los conflictos derivados de la gestión hídrica no se podrán resolver sin el protagonismo de estas comunidades autónomas. “Esta solución no puede ser sin nosotros. Y además, desde el Estado no nos lo darán resuelto nunca. Si tenemos que esperar a que eso ocurra, vamos dados”, ha destacado.
En este punto, ha querido además agradecer las palabras del presidente murciano en la Conferencia de Presidentes del mes pasado en el Senado. Según ha apuntado, Sánchez reconoció que “hay que hablar de agua y que no hay un pacto de Estado”.
“Murcia quiere que retomemos estas negociaciones”, ha insistido, añadiendo que el Memorándum firmado entre estas regiones durante la pasada legislatura con Gobierno 'popular' en Castilla-La Mancha fue “más que un pacto, poner en venta a esta región”.