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Castilla-La Mancha “puede quedarse sin polinizadores” por el uso de herbicidas

Ecologistas en Acción alerta de que Castilla-La Mancha se puede quedar sin insectos polinizadores “si no se toman medidas urgentes”. Argumenta al respecto que las malas prácticas agrícolas, y el uso de herbicidas en zonas verdes, carreteras y jardines particulares son los “mayores factores de amenaza en la región”. Demanda por ello una estrategia regional de protección y recuperación de los polinizadores, la prohibición inmediata del glifosato y el “reenfoque” de las ayudas comunitarias para evitar que las “prácticas agrícolas intensivas sigan destruyendo biodiversidad”.

Con motivo del el Día Mundial de las Abejas que se conmemora este 20 de mayo y del Día Mundial de la Biodiversidad del próximo día 22, esta organización advierte de la “importante regresión” de las poblaciones de insectos polinizadores.

Según explica, la polinización constituye un proceso fundamental en los ecosistemas terrestres: es vital para la conservación de los ecosistemas y para la producción de alimentos. Detalla que el 87,5 % (aproximadamente 308.000 especies) de las plantas silvestres con flores del mundo dependen, al menos parcialmente, de la polinización realizada por animales; y genera también múltiples beneficios para las personas, destacando la obtención de alimentos.

En España alrededor del 70 % de los cultivos para consumo humano dependen de los insectos que desarrollan la polinización. Además permiten otros productos como miel, cera o medicamentos y contribuyen directamente a la producción de fibras como el algodón y el lino o materiales de construcción como la madera. Ecologistas en Acción calcula que el servicio esencial que ofrecen los polinizadores en la oferta de alimentos se valora en 500.000 millones de dólares a nivel mundial, 22.000 millones de euros para la agricultura europea y más de 2.400 millones de euros para la agricultura española.

En los últimos cinco decenios el volumen de producción de cultivos que dependen de los polinizadores ha aumentado a nivel mundial en un 300%, de modo que “nuestra subsistencia está cada vez más supeditada a la polinización”. Sin embargo, a lo largo de las últimas décadas “se ha comprobado que existe una marcada disminución de las poblaciones de insectos polinizadores”.

Una reducción del 76% en 27 años

La organización ecologista apunta que una reciente revisión de estudios estima que en los últimos 27 años las poblaciones de insectos voladores se han reducido en un 76%. “La mitad de las especies de insectos están disminuyendo rápidamente y al menos un tercio se encuentran en peligro de extinción. Esta pérdida de insectos polinizadores puede llevarnos a una situación con consecuencias catastróficas, dado que se pone en juego el buen funcionamiento de los ecosistemas y la producción de nuestros propios alimentos”.

En este sentido, destaca que las principales amenazas para los insectos polinizadores proceden de las actividades humanas como la fragmentación de hábitats, el cambio en el uso de la tierra, los productos químicos agrícolas e industriales, los parásitos y las enfermedades, las especies exóticas invasoras, las colisiones en carreteras, el cambio climático y diversas prácticas agrícolas.

Con este contexto, Ecologistas en Acción reclama la adopción urgente de medidas como la recuperación de hábitats favorables para los polinizadores mediante buenas prácticas agrícolas que permitan mantener la disponibilidad de flores, fomentar la agricultura ecológica y limitar los cambios de usos del suelo, especialmente en la agricultura intensiva. También exige reducir en un 50% la utilización de plaguicidas para el año 2023, “no autorizando de forma excepcional, como se hace en la actualidad, productos tóxicos prohibidos”.

Otras soluciones que aporta son: el control para evitar la introducción de nuevas especies exóticas invasoras y la propagación de las ya introducidas; la promoción de iniciativas que aumenten la disponibilidad de flores y recursos para la nidificación de estos insectos en el medio silvestre, áreas agrícolas y entorno de carreteras y ciudades; y el aumento de la investigación sobre las especies polinizadoras y su adecuada conservación.