La comunidad autónoma de Castilla-La Mancha también se confina. Lo ha anunciado su presidente, Emiliano García-Page, quien ha detallado que este cierre perimetral se realizará desde el 30 de octubre hasta el 9 de noviembre, que es la fecha hasta donde está marcado, por ahora, el estado de alarma. García-Page firmará mañana jueves el decreto en el que se establece este cierre perimetral y otra serie de restricciones. El cierre se ha producido después de que Pedro Sánchez declarara el pasado domingo este segundo estado de alarma en España por la COVID-19 pero dejando en manos de las comunidades autónomas la decisión sobre posibles confinamientos, toques de queda y nuevas restricciones.
Desde el inicio de la pandemia, el Gobierno castellanomanchego y más concretamente su presidente, Emiliano García-Page, ha insistido en la incidencia que la movilidad con la Comunidad de Madrid ha tenido en el aumento de contagios en la región, sobre todo en la provincia de Toledo, que es la que peores datos registra actualmente tanto en aumento de contagios como en hospitalizaciones. Hoy ha tomado esta decisión tras una cumbre autonómica con los presidentes de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y la de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
Es la primera vez que la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha cierra su territorio. Hasta ahora, el único confinamiento en la región había sido el domiciliario decretado a nivel estatal por la primera oleada de coronavirus y posteriormente por provincias durante diferentes fases de la desescalada. Después, tras los brotes del verano, se produjeron confinamientos locales, como en los casos de Villamalea y Bolaños de Calatrava. Ahora, desde el próximo viernes y hasta el 9 de noviembre, la ciudadanía no podrá salir ni entrar en territorio castellanomanchego salvo por causas justificadas.
Durante su intervención, y pese a que se ha anunciado el confinamiento también de Castilla y León, el presidente castellanomanchego ha resaltado la necesidad de demostrar que “las fronteras entre las autonomías unen y pueden unir”, puesto que “dependen la voluntad y las actitudes de los gobiernos autonómicos”. “Todo el mundo está intentando hacer lo mejor posible las cosas, desde el principio de la pandemia, tanto unos partidos políticos como otros. Debemos intentar convivir con el virus, y si pecamos en algo, preferimos que sea por exceso de medidas”, ha concluido.