El límite de gasto no financiero de mantendrá por debajo de los 8.000 millones de euros en Castilla-La Mancha durante el próximo año 2023, según ha anunciado el consejero de Hacienda, Juan Alfonso Ruiz Molina.
El Consejo de Gobierno ha dado el visto bueno a la cifra de 7.554,3 millones de euros, “casi igual a la de este año”, con una ligera reducción de algo más de 22 millones de euros respecto a 2022.
Ruiz Molina asegura que la decisión sobre el techo de gasto es fruto del “rigor en la acción del gobierno” y que se ha tomado con “con el máximo de prudencia para que lo que gastemos esté en consonancia con los ingresos”. El responsable de Hacienda también afirma que pese a que 2023 es año electoral el nivel de gasto se realizará con “responsabilidad” .
El consejero explicaba también que se incurrirá en un déficit en torno al 0,3% del PIB. Ruiz Molina ha asegurado que el Gobierno de Castilla-La Mancha se va a ceñir al porcentaje marcado por el Gobierno central, “algo que no hicimos para el presupuesto de 2022 porque, de haber respetado ese año la recomendación del Ministerio, hubiéramos tenido que acometer recortes”.
Y es que, ha reconocido, en año electoral, “la tentación de cualquier gobierno puede ser aumentar la capacidad de gasto, pero hemos decidido acometer una reducción del endeudamiento superior al 70%. No parece adecuado aumentar la deuda en una comunidad autónoma en un contexto económico como el actual, porque tendría repercusiones en años sucesivos” y ha asegurado que el Ejecutivo regional está “comprometido con la ortodoxia financiera”.
Pese a ello, cree que el gasto permitirá “garantizar los compromisos adquiridos con la ciudadanía” y no se ha olvidado de repetir que “sigue congelada la presión fiscal, de acuerdo con los agentes sociales” y que “somos una de las comunidades autónomas con menos carga impositiva”, ante la insistencia del Partido Popular que, desde hace meses, viene pidiendo bajar los impuestos en la región.
También ha aludido a “ajustes de contabilidad nacional” y en concreto a que “hay cambio de contabilidad de los fondos REACT”, que marca la Comisión Europea y “por el retraso en la aprobación de fondos operativos europeos con horizonte 2027”.
Los ingresos propios no financieros
En cuanto a los ingresos propios no financieros, Hacienda estima que se alcanzarán los 7.234 millones euros en 2023. “Es una variación importantísima del 23%”, decía Ruiz Molina. El 85% de los ingresos llegarán desde el sistema de financiación autonómica y se incluyen las entregas a cuenta y la liquidación del año 2021. “En 2022 la liquidación fue negativa (-350 millones de euros)”, matizaba.
El resto ingresos llegarán tanto de los tributos cedidos, como de las subvenciones de otras administraciones públicas (el fondo de compensación interterritorial o los fondos estructurales europeos) y el REACT o el mecanismo extraordinario que funciona desde 2020 debido a la pandemia por el que Castilla-La Mancha recibirá un global de 392 millones.
“El objetivo es que los presupuestos 2023 entren en vigor el 1 de enero”
La propuesta de techo de gasto no financiero se trasladará ahora a las Cortes de Castilla-la Mancha para su debate y posterior aprobación ya que se trata, recordaba Ruiz Molina, de un requisito previo a la presentación del proyecto de Ley de Presupuestos regionales para el próximo año. “El objetivo que entren en vigor el 1 de enero”.
De hecho, hoy mismo se ha remitido el texto articulado de los nuevos presupuestos al Consejo Consultivo de la región. Es de momento una estimación, pero Hacienda avanza que la cifra presupuestaria “podría ser similar” a la de este año que asciende a 12.273 millones de euros incluido el gasto financiero.
Todavía falta por saber a cuánto ascenderán las subvenciones finalistas procedentes del Estado, así como los recursos correspondientes al Plan de Recuperación y Resiliencia (los fondos de recuperación vinculados a la pandemia) que deberán llegar desde los distintos ministerios.
Ruiz Molina también se ha explicado que, “según las estimaciones de los técnicos y también según la información recibida en el Consejo de Política Fiscal y Financiera”, en 2023 seguirán en suspenso las reglas fiscales que obligan a cumplir objetivos concretos de déficit. “No habrá que cumplirlo” y eso permite más margen.
La definición de los presupuestos de 2023 también está pendiente de conocer los recursos procedentes del sistema de financiación autonómica, así como de las entregas a cuenta de los dos ejercicios anteriores.
No obstante, el consejero ya les ha puesto objetivos a las cuentas para Castilla-La Mancha en 2023. Pasarán por seguir impulsando la actividad económica, con medidas para familias y los sectores más vulnerables ante la incertidumbre y la inflación, por una apuesta por los servicios públicos, el impulso de la transición ecológica y transformación digital, vía fondos Next Generation-EU, así como por adoptar políticas activas frente al reto demográfico de forma transversal“.
Los de 2023 serán los últimos presupuestos regionales de la legislatura y, según Ruiz Molina, “un instrumento eficaz para generar riqueza y empleo”.