Los caudales ecológicos impuestos por la actual legislación hidrológica ha impuesto unas cantidades que han sido criticados debido a su baja cantidad, pero también por ser uniformes a lo largo del año. Así lo explica el biólogo Domingo Baeza Sanz que impartió la conferencia 'Estrategias de superviviencia de las poblaciones biológicas del río Tajo a los cambios del régimen de caudales' dentro del ciclo 'Estudiando el Tajo' impulsado por el Grupo de investigación de la UCLM, 'El río Tajo: hacia un enfoque holístico de sus problemas y soluciones'.
Baeza trató el paradigma del régimen de caudales y su importancia en el funcionamiento de los ríos, poniendo especial énfasis en cómo los ciclos biológicos de los seres vivos que dependen del mismo. “La vegetación de ribera, los peces, todos se van adaptando a los cambios de caudal, a los momentos de estiaje o avenida para crías y migraciones”, afirma Domingo, quien también llevó en su conferencia la pregunta de si el régimen establecido por la Conferencia es suficiente o no “para tratar de restaurar el régimen hidrológico natural”. Y es que, los cambios en los caudales pueden afectar a los hábitats “más deteriorados”.
En este sentido, advierte de que los caudales que se han impuesto actualmente “no sólo son bajos”, sino que también se han planteado como un régimen uniforme en los sitios más conflictivos actualmente de la cuenca del Tajo, como pueden ser Toledo, Talavera de la Reina o Aranjuez. “Todas las funciones del cambio de caudal se eliminarán prácticamente: no habrá avenidas, por lo que las funciones beneficiosas en el hábitat y el cumplimiento de los ciclos biológicos desaparecen”, afirma el biólogo.
Así, resume que desde la Fundación Nueva Cultura del Agua no sólo se critica la cantidad sino la variabilidad que se produce en los niveles del agua entre las estaciones. De este modo, explican que los distintos caudales de los ríos son los que permiten la puesta de huevo de los peces, entre otros procesos que son necesarios para crear hábitat. Son los llamados “caudales generadores”. Por otro lado, otros niveles de agua son los encargados de crear las pozas de aguas para refugiar a los peces adultos y sin dicha variabilidad, se pone en peligro los niveles de oxigenación del agua o la limpieza de las mismas. “Estos caudales modificados no van a conseguir que se completen los ciclos (biológicos) adecuadamente”.
Los invertebrados también se verán afectados, ya que establecen estrategias para adaptarse a los caudales, tanto en sus normas de comportamiento como para su crecimiento. “Algunos desarrollan apéndices morfológicos para no ser arrastrados, otros se entierran y otros acompasan sus ciclos de vida, es decir, si están en su momento acuático o aéreo según el caudal”. En este sentido, entre los invertebrados, las consecuencias de los caudales modificados pueden llegar a significar que las larvas no se desarrollarán adecuadamente o no se colonizarán las zonas donde tienen que ir los ejemplares ya adultos, explica Domingo.
Es por esto que insta a que la legislación hidrológica intente hacer que el régimen de caudales se parezca “lo mas posible” al natural, y tener en cuenta los momentos de los caudales exactos de los estiajes y las avenidas, su duración y frecuencia para conservar las poblaciones de seres vivos en el río Tajo. De este modo, advierte, existe un gran número de especies y hábitats protegidos a lo largo de la cuenca que se verán afectados por los cambios en los caudales decretados por la legislación.
Baeza señaló en sus conclusiones de la conferencia que los trabajos de alteración hidrológica no se encuentran disponibles y que las propuestas de caudales ecológicos son “poco convincentes”. Esto, a pesar de la “abundante” información que existe sobre indicadores biológicos con el que se puede aumentar la que está siendo usada por la confederación. En este sentido, afirmó que “no hay una buena evaluación” de las consecuencias de la alteración de caudales en las comunidades biológicas y que las mismas no se han medido o evaluado “suficientemente”.