Todo comenzó en 1988, treinta años atrás. El Ministerio de Defensa anunció un Real Decreto por el que se declaraba la zona de Anchuras, en la provincia de Ciudad Real y muy cerca del Parque Nacional de Cabañeros, como zona de interés para la defensa nacional. El objetivo era convertir el área en un campo de tiro para el Ejército del Aire. Había pasado muy poco tiempo desde que Cabañeros fuese declarado como Parque Natural por el entonces presidente de la Junta de Comunidades, José Bono. “Nosotros alegábamos que Anchuras era prácticamente también Cabañeros”, recuerda el que ha sido alcalde de la localidad durante los últimos 30 años, Santiago Martín.
El pueblo comenzó a movilizarse contra el “atropello” enseguida. Hicieron falta diez años para que se derogase el Real Decreto, hasta 1998, si bien el proyecto del campo de tiro se abandonó ya entre 1996 y 1997, después de una “polémica” entre los ministros de Defensa, Eduardo Serra, y Medio Ambiente, Isabel Tocino, según recoge El País en su hemeroteca. El pueblo ha organizado una celebración para recordar el éxito de la lucha ciudadana que quería evitar que Anchuras desapareciese para ser sólo un campo de tiro para el Ejército.
Las actividades incluyen una exposición del material utilizado en la lucha contra el Campo de Tiro, una suelta de aves a cargo del Centro de Recuperación, el descubrimiento de una placa conmemorativo por el 30 aniversario y también una proyección de los distintos pasos llevados a cabo en la movilización social contra la iniciativa. El acto cerrará con diversos números musicales, en los que también participará el cantautor Luis Pastor.
Santiago Martín presentó la celebración con Comisiones Obreras. Desde el sindicato han señalado que el proceso ha sido un “ejemplo de lucha la de los hombres y mujeres de Anchuras, con su alcalde a la cabeza, y a la que sumaron otros muchos ciudadanos y ciudadanas en las provincias de Ciudad Real, Toledo y Albacete, especialmente”. La “importante movilización social” permitió que se constituyeran mesas y coordinadoras en oposición al campo de tiro y para la defensa de Anchuras y hubo numerosas manifestaciones, en las que llegaron a participar más de 10.000 personas.
“CCOO se cogió de la mano del pueblo de Anchuras para pelear por algo tan justo como evitar que en esta tierra se situaran aquellas actividades que no se querían instalar en otro sitio”, explicó Paco de la Rosa, secretario general del sindicato en la región. Además, de la Rosa recalcaba que “parece ser que siempre ha habido un interés inusitado porque Castilla-La Mancha sea un cementerio, un basurero o un lugar donde se realizan actividades que no son de agrado en otros lugares”.
Martín ha señalado que fue una “dura” lucha que se alargó durante una decada, y que se vio complicado por los “pocos recursos” con los que se contaba en la época, y que se contaba sólo con un teléfono fijo, y una fotocopiadora con la que se podían hacer 100 copias por hora. “Pero plantamos cara desde Anchuras, pocas personas conseguimos aglutinar a muchísimas en torno a esta lucha, que sintieron suyo Anchuras. Por allí paso lo mejor que había y sigue habiendo en el país de diferentes ámbitos”, afirmó el edil.
El alcalde recuerda que el planteamiento de lucha fue algo “lógico” tras conocer las intenciones del Ministerio de Defensa, “porque teníamos que conseguir el objetivo que era que el pueblo no desapareciese por un campo de tiro”. Para ello, se dedicaron a concienciar a los pueblos de la comarca y también trabajaron para traer “personalidades y personas influyentes” para que conociesen el pueblo y se mostrasen en contra del proyecto. Incluso llegaron al Parlamento Europeo, de la mano de Izquierda Unida. “Se llegó incluso a presentar una propuesta de resolución en el Parlamento sobre este tema”, recuerda Martín.
“Nuestra primera defensa fue que si en Cabañeros no se pudo poner, tampoco podía instalarse en Anchuras. Estamos pegados al Parque y ese es el argumento. Así también lo vieron las personalidades del periodismo, cantantes, cantautores que llegaron a verlo. Decían que es imposible que se cometiese el atropello”, describe. Entonces, organizaciones como WWF se manifestaron también en contra de la iniciativa.
Alejandro Alonso fue consejero de Agricultura en los últimos años del conflicto, a partir de 1996. Recuerda la situación como “una gran lucha ciudadana” liderada por Martín. “Ya se había vivido la batalla de Cabañeros y esta fue la segunda, y ellos la ganaron y consiguieron que no se hiciese el campo de tiro. Es lo que ocurre cuando la gente no se conforma y se rebela contra estas decisiones, así es como se consiguen resultados”. También lamenta que se intentase “achacar” la decisión a la Junta de Comunidades: “Fue decisión del Gobierno central”, concluye.