Más de 800 castellanomanchegos fueron deportados a campos de concentración nazis
“Es un acto de mucha justicia”. Así califica Xulio García, del Foro por la Memoria de Castilla-La Mancha las mociones que se han presentado y se presentarán en distintas localidades de las provincias de Albacete, Guadalajara y Toledo, con motivo del Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto. Ya se ha aprobado por unanimidad en Talavera de la Reina y también en Guadalajara este mismo viernes con los votos de PP, PSOE, Ciudadanos y Ahora Guadalajara que ha sido el impulsor de la moción. Además, se llevará a pueblos de toda la provincia de Albacete, en la localidad de Fuensalida, en Toledo y también a la Diputación provincial alcarreña.
Los datos que se conocen de las víctimas de deportación españolas a los campos de concentración nazis se basan en los mismos listados de la “maquinaria de exterminio”, explica Xulio García, a pesar de decreto llamado 'NN' que pretendía “invisibilizar” los hechos. Las letras hacen referencia a 'Nacht und Nebeln', noche y niebla en alemán. Los datos también se pueden encontrar en bases de datos de historiadores españoles, que señalan que fueron cerca de 9.300 los españoles que fueron deportados a los campos, según señala García. Sin embargo, existe aún “mucha confusión” respecto a la localidad a la que pertenecen, por lo que el número de los castellano-manchegos es una aproximación.
Sin embargo, hasta ahora se ha podido identificar a más de 800 ciudadanos de la región: 129 en Guadalajara, unos 162 en Albacete, 86 en Cuenca, más de 280 en Toledo y finalmente unos 150 en Ciudad Real. “Son datos aproximados”, destaca sin embargo García. “La totalidad de los deportados eran refugiados republicanos, que estaban refugiados en Francia. Al caer Francia, muchos se van a la resistencia y son así detenidos y deportados”, explica. De hecho, los primeros españoles que fueron al campo de Mathausen tuvieron que participar en su construcción.
“El Ministerio de Asuntos Exteriores recibió una carta informando de los 900 españoles que iban llegando, pero se desentiende absolutamente de lo que hacen con estos refugiados. Este es el motivo por el que son enviados a Mathausen, y ahí llevan un triángulo azul en la ropa, que era el símbolo de los apátridas”, explica García. En este sentido, afirma que estas mociones son parte de un “censo democrático” ya que el negacionismo de lo ocurrido es “impensable”. “En Europa sólo lo niegan los partidos de la derecha más extrema”, aunque recuerda que en la Comunidad de Madrid “no ha sido” admitida la moción.
“En España tenemos nuestro propio modelo de negacionismo que a veces emerge, aunque en este caso no. Es el negacionismo español que consiste en que no voy a negar condenar el holocausto, condeno el holocausto pero minimizo la presencia de deportados españoles”, relata García. Desde el Foro señalan, sin embargo, que se alegran de esta “oleada de reconocimiento” apoyada por “partidos civilizados”.
Mociones de apoyo a los deportados
Los documentos que se repartirán por toda la región recuerdan que en este 2018 se cumplen 73 años de la liberación de los campos nazis, y que el mensaje de las víctimas debe ir renovándose de manera “responsable y comprometida” con el mensaje de 'Nunca Más'. “Es indispensable recordar que más allá de las víctimas directas, sus familias y su entorno también sufrieron las consecuencias y que todas ellas fueron personas vinculadas a la historia del país, con trayectorias personales, políticas y sindicales diversas”, recalcan.
Por otro lado, afirman que las víctimas en los campos de concentración “no lo fueron al azar”, sino que fueron “enemigos de Franco y enemigos de Hitler y por esta condición acabaron siendo deportados a los campos del Reich”. “La culpabilidad de la Dictadura franquista se extendió a lo largo de 40 años, al mantener la estigmatización de los vencidos en la guerra y sus familias, al negar los derechos morales y materiales a los antiguos deportados y a sus familias y al impedirles constituir una asociación para su amparo, en contraste con lo que sucedía en la mayoría de los países de Europa”, reclaman.
Por eso piden que la corporación correspondiente exprese el “reconocimiento y homenaje” a las víctimas del nazismo que sufrieron el horror de los campos de concentración y, en particular, a quienes son parte del territorio coorrespondiente. Además, piden el impulso de “cuantas acciones y actos se consideren oportunos para promover la memoria de estas víctimas”, como monolitos o esculturas en reconocimiento. También exigen la presencia institucional en los actos internacionales de conmemoración que se celebran en el campo de Mauthausen con ocasión del aniversario de su liberación.
Cuatro almagreños
Desde Almagro Sí Se Puede han querido también recordar a las víctimas de los campos de concentración en la localidad. Su historia, afirman, es “prácticamente desconocida en la localidad” y corresponde a Agustín Parras Barba, Antonio Rodríguez Espinosa, Manuel Ruiz López y Pedro Chaves Álvarez. Parras Barba, nacido en Almagro el 24 de diciembre de 1905, pasó por el stalag o prisión XII-D (Trier), donde se le dio el número de prisionero 56900 y fue trasladado a Mauthausen el 25 de enero de 1941, donde falleció el 6 de enero de 1942. Rodríguez Espinosa nació en Almagro el 12 de enero de 1912 y fue trasladado a Mauthausen el 6 de agosto de 1940, falleciendo el 19 de noviembre de 1941.
Manuel Ruiz López nació el 14 de mayo de 1913 y fue trasladado a Mauthausen el 14 de Junio de 1941, donde fue liberado en mayo de 1945. Pedro Chaves Álvarez, nació en Almagro el 12 de enero de 1912 y fue trasladado Mauthausen en abril de 1943, donde “consiguió sobrevivir en este campo”. La formación se basa en los datos recogidos por Carlos Hernández en su libro 'Los últimos españoles de Mauthausen'.