CHT:“Los propietarios nos impiden el paso” para retirar residuos de amianto

“Los propietarios de las fincas colindantes al cauce del arroyo Ramabujas, #Toledo, nos impiden el paso para retirar residuos de fibrocemento”. Es el mensaje que ha lanzado este lunes la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) a través de su perfil en la red social Twitter.

Fuentes del organismo han confirmado a eldiarioclm.es que los operarios intentaron acceder a la zona a través de una cancela que da acceso a las fincas y que se encontraron cerrada. “La otra vez lo permitieron y esta vez parece que no”. No han recibido ninguna explicación y se está a la espera de contrastar los motivos con los propietarios.

La Confederación Hidrográfica del Tajo dio a conocer el pasado viernes que había detectado “algunos” restos de fibrocemento en el cauce del arroyo Ramabujas, en Toledo. Se trata de nuevas muestras que, señalaba, han aflorado “probablemente” tras la disminución del caudal del cauce y el agotamiento de la vegetación.

La retirada de estos residuos se enmarca en el Plan de Trabajo aprobado por la Consejería de Economía, Empresas y Empleo de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, que define tanto el Gestor Autorizado como el Centro de Tratamiento donde se van a depositar los residuos. La Confederación ha tomado nuevas muestras para descartar “cualquier contaminación por fibras de amianto” y las ha enviado a un laboratorio para su análisis tal como se hizo en marzo, cuando los resultados fueron negativos.

“El susto metido en el cuerpo”

Y mientras se van conociendo noticias, a cuentagotas, relativas a los residuos de amianto dispersos en nueve focos distintos en el barrio toledano de Santa María de Benquerencia (Polígono), según el informe de Emgrisa (hay que tratar 90.000 toneladas con un coste de más de 10 millones de euros), la preocupación se acrecienta entre los vecinos.

Elena Rodríguez, miembro de la Plataforma 'Mi barrio Sin Amianto', vive a escasos 300 metros de uno de los núcleos de concentración de los residuos. Se instaló en su vivienda de protección oficial en el año 2007. “Cuando las compramos no lo podíamos imaginar. Sabíamos que Ibertubo se desmanteló…pero lo que yo no sabía es que se habían realizado vertidos sin controlar, ni que fuera tan peligroso. Y no hablamos de algo tóxico sino de cáncer. No es lo mismo”.

Cree que antes de que se construyeran las viviendas públicas en las que reside, ya “se sabía” que allí había restos de amianto. “Había denuncias anteriores pero no hay información suficiente. La gente no lo sabe”.

“Tenemos bastante susto metido en el cuerpo”, explica esta vecina y acusa a las administraciones competentes de falta de información. “No nos están informando, no les interesa. Y si mueven un dedo es para callarnos”.

Reconoce que, ahora, con toda la información que está saliendo a la luz mucha gente se plantea marcharse de la zona. El propio portavoz de la plataforma Rafael García, ya lo ha hecho, pero Elena Rodríguez asegura que en el caso de su familia es más complicado. “Hay que ver económicamente a dónde te vas”.

En el barrio, añade, “muchos te dicen ¡pero si lleva aquí toda la vida! Pero claro, como no se ve, la gente no lo tiene claro. Cuando la gente empiece a tener problemas de salud será otro cantar. Todos tenemos niños pequeños y no queremos que les pase nada”.

10 medidores en zonas públicas

De momento, tanto desde la Junta como desde el Ayuntamiento de Toledo se viene negando que haya cualquier peligro para la población pero la Plataforma 'Mi Barrio Sin Amianto' no se fía. Por eso ya ha conseguido recaudar más de 2.800 euros que le permitirá instalar al menos 10 medidores del nivel de fibra de amianto en el aire dentro de la zona.

Aseguran que se trata de “verificar el nivel de riesgo y peligro al que estamos expuestos en el barrio, y exigir y articular medidas de presión social para que los políticos solucionen de forma urgente e inmediata la situación”. Los medidores se colocarán en colegios, centros de salud o en la zona cercana al centro comercial 'Luz del Tajo'.