La Federación Nacional de Asociaciones para la Lucha Contra las Enfermedades del Riñón (ALCER) ha recomendado a los pacientes renales que sigan utilizando mascarilla en interiores ante la alta incidencia de la COVID-19 y la facilidad en la transmisión de las nuevas variantes. Recuerda así la vulnerabilidad de las personas que están en tratamientos renales sustitutivos (diálisis y trasplante.
Además, recomienda seguir también otras medidas de seguridad como la distancia o lavados de manos frecuentes. Y es que, explica ALCER, los pacientes trasplantados renales “pierden muy rápidamente la inmunidad aportada por las vacunas” e incluso después de cuatro dosis su protección “es considerablemente menor que en la población general”. A ello se une las frecuentes enfermedades añadidas que suelen tener los pacientes renales (tensión arterial alta, problemas cardiovasculares, diabetes, etc.) que aumentan su riesgo. Aunque es cierto que la generación de células T (que protegen frente a la progresión grave de la enfermedad) alcanzan niveles muy altos tras la 4 cuarta dosis, matizan que “merece la pena seguir utilizando las mascarillas en determinadas situaciones dada la alta transmisión y vulnerabilidad de estas personas”.
En el caso de las personas en tratamientos de diálisis, aunque la protección ofrecida por las vacunas es mayor que en las personas trasplantadas renales, su alto riesgo por la propia enfermedad, su edad avanzada y las enfermedades asociadas que suelen padecer (diabetes, hipertensión, problemas cardiovasculares en la mayoría de los casos), hacen necesario “no bajar la guardia”.
En concreto ALCER recomienda el uso de mascarillas quirúrgicas o FFP2 en pacientes trasplantados y en tratamientos de diálisis en las consultas médicas, visitas rutinarias o de cualquier otro tipo a centros sanitarios u hospitalarios. También en los espacios interiores, cuando se prevea la utilización del mismo lugar junto con personas no convivientes, sobre todo cuando no se pueda mantener distancia de seguridad.
En la asistencia a espectáculos o eventos dónde se prevea la acumulación importante de personas, y aun cuando sea en el exterior si no se puede asegurar la distancia mínima de seguridad de 1,5 metros, en el transporte público o privado cuando se realice con no convivientes y en centros no sanitarios, como entidades ALCER, de atención social, psicológica, nutricional, de fisioterapia o centros de estética.
Del mismo modo se recomienda seguir las mismas medidas a todos aquellos convivientes de personas en tratamientos de diálisis o con trasplante renal.
“Desde ALCER somos conscientes de que las nuevas variantes del virus producen síntomas menores y mejor progresión de la enfermedad, pero los pacientes renales son un grupo especialmente vulnerable, y por ello les recomienda seguir extremando las precauciones”, advierten.