El 2 de septiembre de 2023 la localidad conquense de Buenache de Alarcón sufrió graves inundaciones que dejaron daños en más de 20 viviendas, coches arrastrados por la corriente de agua, el consultorio local destrozado y destrozos en otras infraestructuras. Una mujer de 73 años tuvo que ser rescatada tras quedar atrapada en su casa. En las calles de la población el agua llegó a alcanzar los dos metros de altura.
Fueron los efectos de una Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) que golpeó de nuevo el 4 de septiembre y la localidad fue declarada zona catastrófica. De los 420 vecinos censados, unos 200 se vieron afectados. Un año después, algunos vecinos todavía no habían podido volver a sus casas y los trabajos de recuperación no se han completado.
Mayte Cuesta es técnica de la Mancomunidad de Servicios Urbanísticos Manchuela Conquense, la única que existe en la provincia. Fue creada hace casi dós décadas, a instancias de la Federación de Municipios y Provincias (FEMP). Se ocupa del asesoramiento urbanístico mancomunado para una veintena de pueblos de esta comarca, entre ellos Buenache de Alarcón.
“Recuerdo haber hablado con el secretario del ayuntamiento, me dijo que la cosa estaba muy mal. Todavía no había llegado la avalancha de agua. Al día siguiente estábamos allí a primera hora. Es muy duro ver cómo la gente saca su vida entera a la calle para que venga un camión y se la lleve”, comenta esta arquitecta.
Tuvo que elaborar hasta 96 informes de edificaciones afectadas, entre públicas y privadas, que pudieran acogerse a las ayudas por su condición de zona catastrófica. “Evaluamos daños estructurales y enseres afectados. En mis informes suelo incluir fotografías. Eso ayuda a demostrarlo. Siempre lo aconsejo”.
“En el centro de salud no quedó ni un termómetro. Recuerdo un cartel en la pared, de esos que usan los oculistas. Hubo que rehacerlo entero. En la farmacia no quedó nada”, relata Mayte Cuesta.
“Varias viviendas colapsaron en su parte baja. Fue muy famoso el testimonio de una vecina, Felisa, subida en un armario que empezó a flotar. Ahora lo vemos como una anécdota, pero fue muy duro cuando tuve que ir evaluando vivienda a vivienda, sobre todo en el caso de las personas más mayores”. Muchos inmuebles todavía hoy siguen en obras. Hay vecinos que se han marchado y que no invertirán en recuperarlos. “Hay gente que tiene miedo”.
El 29 de octubre de 2024 una nueva DANA devastó varios puntos de la provincia de Cuenca. Talayuelas, Landete y Mira, sobre todo este último municipio, fueron los más afectados. Una mujer de 88 años pereció víctima de la riada en Mira. Otras seis personas murieron en Letur (Albacete) y sobre todo el temporal impactó en la Comunidad Valenciana dejando más de 200 muertos.
Mayte Cuesta habló con la alcaldesa de Buenache de Alarcón, Raquel Hortelano tras conocer lo ocurrido. “Me dijo que esta vez las calles estaban llenas de barro, pero esta vez no les había afectado. Ahora cada vez que llueve mucho pienso en este pueblo o en Motilla del Palancar que también suele inundarse”.
Cuando le explicas a alguien que no puede construir en una zona inundable siempre pregunta por qué. Es duro tenerlo que decir. A veces a los arquitectos nos toca ser los malos de la película y a veces terminan construyendo de forma ilegal. Luego, cuando llegan los problemas se dan cuenta de lo que han hecho
Pueblos como Buenache de Alarcón o Mira fueron construidos junto a ríos o arroyos. Forman parte de la España inundable. “Cuando le explicas a alguien que no puede construir en una zona inundable siempre pregunta por qué. Es duro tenerlo que decir. A veces a los arquitectos nos toca ser los malos de la película y a veces terminan construyendo de forma ilegal. Luego, cuando llegan los problemas se dan cuenta de lo que han hecho”.
Mayte Cuesta trabajó como voluntaria en Mira. “Fue como volver a lo que pasó un año atrás en Buenache. Lo comentamos en un grupo de WhatsApp del Colegio de Arquitectos y me fui para allá el fin de semana para ayudar a analizar vivienda a vivienda”.
Las prioridades de la alcaldesa de Mira tras la DANA pasan por atender a las familias afectadas y recuperar infraestructuras. Sin embargo, Miriam Lava también ponía días atrás el foco en la necesidad de que la Confederación Hidrográfica del Júcar aporte soluciones frente a las riadas. Cree que hay que evaluar qué zonas son inundables y cuáles no porque las casas del margen derecho del río, según explicó, “llevan ahí tiempo inmemorial” hasta la llegada de un temporal que califica de “inaudito”.
Nos podemos encontrar con normativas aprobadas en su momento, en tiempo y forma, en las que haya suelo dotacional destinado a uso público y aprobado en una zona inundable. Hablamos de normativas obsoletas. Puedes no saber que estás en zona inundable
Buenache, Mira, Landete o Talayuelas son pueblos muy pequeños. Como la gran mayoría en la provincia de Cuenca. “En la zona donde yo trabajo muy pocos tienen plan de ordenación municipal y la normativa está obsoleta. Una buena labor pasaría por actualizar las normativas provinciales”, apunta Mayte Cuesta.
“No se trata de modificar que sean dos, tres o cuatro alturas, sino que realmente se incorporen análisis de Geología o Hidrogeología a la normativa urbanística”. Reconoce que los últimos temporales han abierto un debate complejo. “Tenemos cauces de agua en muchos municipios. Los asentamientos han crecido en torno a una agua necesaria para la vida... La solución es difícil”.
Recuerda que en la actualidad los planes de ordenación urbana deben llevar un informe de sostenibilidad ambiental que los evalúe. “Sin embargo, nos podemos encontrar con normativas aprobadas en su momento, en tiempo y forma, en las que haya suelo dotacional destinado a uso público y aprobado en una zona inundable. Hablamos de normativas obsoletas. Puedes no saber que estás en zona inundable”.
En opinión de la profesional, “debería realizarse una revisión general de todas las normas subsidiarias de planeamiento urbanístico a nivel provincial”, teniendo en cuenta que cada municipio es un mundo en cuanto a su normativa vigente. “Hay que hacer una revisión y actualización de las normas provinciales de urbanismo, teniendo en cuenta la LOTAU”, insiste.
En Cuenca, recuerda, dichas normas datan del año 1994 y fueron redactadas por la Diputación de Cuenca para los pequeños municipios sin capacidad propia. “Algo habrá que hacer, los pueblos pequeños también existen”.