La portada de mañana
Acceder
Los diez augurios fallidos del PP de Feijóo
Cuando salir de casa de tus padres se convierte en un imposible
OPINIÓN | 'Defender la alegría como una trinchera', por Rosa María Artal

Marco A. de la Ossa, musicólogo: “Perales fue uno de los primeros en hablar de las personas trans de manera abierta”

“¿Y cómo es él?”. Una pregunta que probablemente llevará a más de una persona a tararear, casi de forma inevitable, una canción. La escribió José Luis Perales (Cuenca, 1945), hace ya más de 40 años.

Un artículo recién publicado por Epistemus, revista de música, cognición y cultura, repasa los cincuenta años de la carrera del cantautor que compuso cerca de 600 canciones, que grabó 30 discos de estudio, numerosos recopilatorios y que ofreció cientos de conciertos en escenarios de todo el mundo.

José Luis Perales es “una de las figuras fundamentales de las músicas populares urbanas de finales del siglo XX y apenas hay literatura académica dedicada al compositor conquense”, explica Marco Antonio de la Ossa, autor del artículo.

“Me sorprende que no haya resultado interesante una figura tan prolífica en la composición como interesante en lo personal”, reconoce este experto en la didáctica de la música, musicólogo y gestor cultural que dirige Estival Cuenca, una de los referentes culturales de la ciudad.

Se declara fan del cantautor, al que conoce personalmente, y vio la oportunidad de abordar la investigación coincidiendo con el fin de la trayectoria del artista, tomando como referencia los dos conciertos que ofreció en Cuenca, en agosto de 2021, dentro de su gira ‘Baladas para una despedida’. Fue la última antes de su retirada definitiva de los escenarios y para el investigador fue la “excusa” perfecta para detenerse en la obra de su paisano.

Perales es conquense. De Castejón. Un pequeño pueblo de poco más de 100 habitantes al que ha permanecido anclado durante toda la vida. Su padre era albañil y su madre ama de casa. Ambos trabajaban además en labores del campo. Gracias a una beca pudo formarse en Electrónica en la Universidad Laboral de Sevilla y allí dio sus primeros pasos musicales.  

The Lunic Boys fue su primer grupo. “De forma curiosa, las guitarras que tocaban eran construidas por ellos mismos en los talleres de la Laboral. Al terminar estos estudios, marchó a Madrid a buscar trabajo. Pronto se integró como delineante en un despacho madrileño, detalla el artículo, sobre un José Luis Perales que llegó hasta Hispavox gracias a que unos amigos presentaron a la discográfica una maqueta y así empezó todo: componiendo para Jeannette su conocidísimo Por qué te vas (1974) que Carlos Saura incluiría un año después es un película Cría cuervos.

Después escribiría canciones para otros grandes nombres del panorama musical nacional e internacional como Alejandro Fernández, Fórmula Quinta, Isabel Pantoja, José Feliciano, José Luis Rodríguez ‘El Puma’, Julio Iglesias, Lola Flores, Massiel, Miguel Bosé, Mocedades, Paloma San Basilio, Raphael o Rocío Jurado con los que compartiría amistad y también los primeros puestos de las listas de ventas.

Su primer premio fue la Ibérica de Oro gracias a Cosas de doña Asunción (1973), una canción costumbrista y crítica con la sociedad rural de la época que triunfó dentro y fuera de España. “Siempre ha mantenido apego a las ciudades pequeñas y el medio rural”.

Marco A. De la Ossa cita un artículo de Daniel Party, profesor de la Universidad Católica de Chile, al asegurar que el periodo de mayor éxito del conquense se sitúa entre los años 1979 y 1984 cuando vivía en Cuenca. Lo hizo durante 12 años “con la idea de que sus hijos tuvieran una infancia y adolescencia lo más rica posible en un ambiente familiar y alejado de la fama. Eligió estar cerca de su pueblo, Castejón. Siempre ha estado atado a sus orígenes. Es lo que le define”.

Allí compuso algunos de sus álbumes más vendidos en España como Nido de Águilas (1981) o Amaneciendo en ti (1984). Entonces regresaría a Madrid en el momento en que sus hijos comenzaron la universidad, sin desvincularse de su pueblo, para pasar por discográficas Sony o Warner.

De la Ossa destaca “la sorpresa que supuso para él alcanzar el éxito como cantante, además de como compositor, faceta que siempre parece haber valorado en mayor medida”. Es un autodidacta que no recibió clases de canto, ni cuidaba la voz. De hecho, durante buena parte de su vida fue un fumador empedernido.

“Evitar polémicas” le costó más de una crítica en plena Transición

De José Luis Perales destaca también el investigador su capacidad para “evitar polémicas” porque “es una persona que ha caído casi siempre bien a todo el mundo”, aunque cita alguna excepción como la protagonizada a mediados de la década de los ochenta del pasado siglo junto a Jaume Perich. “Hoy lo calificaríamos de hater”. El dibujante y humorista le había convertido en protagonista de un buen número de viñetas que publicó en la revista Interviú y en otros medios, en las que dudaba del talento de Perales y le calificaba de “aburrido”.

La música de Perales no siempre fue bien entendida en un momento en que la mayoría de los cantautores se comprometían políticamente, aunque en sus canciones había crítica social

El presentador Ángel Casas logró reunirlos en su programa de TV3 en octubre de 1987, recuerda Marco Antonio de la Ossa en su artículo: “José Luis, lejos de mostrarse enfadado, evidenció su buen humor e, incluso, le regaló una caja con un buen número de discos”. No quedó ahí, ya que, cuando Perich falleció, envió a El Periódico de Catalunya un dibujo del humorista subiendo al cielo, mientras sonaba una canción de Perales, y lamentando: “¡No, aquí también, no!”.

“La música de Perales no siempre fue bien entendida en un momento en que la mayoría de los cantautores se comprometían políticamente”, dice el investigador. Por ejemplo, otro reconocido músico conquense Ángel Corpa había compuesto para Jarcha el tema Libertad sin ira (1976), todo un símbolo tras el franquismo. El Velero llamado Libertad (1979) de Perales no terminaba de encajar. “No se veía bien que hablara de libertad de otro tipo, cuando parecía que ese término queda circunscrito al ámbito político”.

España vivía el proceso de la Transición, comenta De la Ossa y “el hecho de que no se manifestase políticamente fue motivo de crítica para algunos sectores, aunque yo creo que fue un consejo de las discográficas”. Para el investigador conquense no fue así. “En sus letras hay espacio para crítica social”, dice, aunque reconoce que “las más conocidas son las dedicadas al amor o al desamor”.

Estaba muy alejado de ese despecho negativo del desamor que hoy consumen los jóvenes a través de muchas canciones. Él ya planteaba una masculinidad muy diferente

Defiende que “fue uno de los primeros en hablar de las personas trans de manera abierta”. Lo hizo con el tema Se equivocó el azar (2000) como él mismo explicaba en una entrevista en El Mundo aquel año. “En este disco hay una canción que habla de una historia de un transexual. Es un tema que me interesa desde hace mucho tiempo y creo que la sociedad se va preparando para aceptar como normal lo que a lo largo de la historia ha sido censurado”, decía.

Antes de eso, añade el investigador, “tampoco era habitual tratar el desamor o el amor en el hombre como él lo hacía”. Su ‘masculinidad’ en los años 70 y 80 del siglo XX, “en una sociedad muy machista”, comenta el investigador, se alejaba de aquellos tópicos, aunque lo hiciera “de forma contenida”.

Para Marco A. de la Ossa en las canciones de Perales se refleja el “respeto hacia la mujer y a su empoderamiento”, por ejemplo, en lo que tiene que ver con las relaciones, y sugiere incluso “que estaba muy alejado de ese despecho negativo del desamor que hoy consumen los jóvenes a través de muchas canciones. Él ya planteaba una masculinidad muy diferente a la que teníamos y que por desgracia seguimos teniendo en España”, al referirse al poso machista que pervive.

Eso sí, también explica lo “fundamental” para el artista de la estructura “tradicional” de la familia debido a “sus profundas creencias católicas”, pero más allá de eso el artículo también repasa las alusiones en sus temas a los migrantes, a las personas en paro, a la salud mental o la crítica al caciquismo, las dictaduras, la trata de personas o la violación.

Eso sí, recalca el investigador, “de forma consciente decidió no implicarse políticamente en sus temas (…) Incluso, le ofrecieron participar en actos de partidos de izquierda, centro y derecha, aunque prefirió no decantarse por ninguno de ellos”.

Un “precursor” en poner el foco en la despoblación en los años 80

Perales fue además un “precursor” en el mensaje contra la despoblación, defiende el musicólogo. “A mí no me gusta hablar de la España vaciada, sino de la España con poca población”, matiza, al recordar que en los años 80 ya escribió Mi pueblo se está muriendo.  “Es una canción interesantísima. Él ya veía la realidad de primera mano en su pueblo y en otros muchos de Cuenca y de otros lugares de España con el éxodo masivo para buscar trabajo en ciudades grandes”.

Han pasado más de dos años desde la retirada de José Luis Perales quien, en repetidas ocasiones, cuenta el investigador, confesó su miedo escénico antes de los conciertos a pesar de su dilatada trayectoria. “Se ha retirado de manera consciente, en lo más alto y está dedicado a su pueblo, a viajar y a su familia”, pero sin dejar de escribir. “Ha publicado tres novelas y continúan componiendo. Sin compromisos”.

José Luis Perales es hijo adoptivo de Cuenca y el Teatro Auditorio lleva su nombre desde 2021. Fue el mismo año que eligió para su gira de despedida, con dos conciertos en la ciudad. “No logró llenar el primero y a mí me entristeció”, recuerda De la Ossa, quien define al compositor como “un hombre amable, bondadoso, educado, humilde, generoso, tímido, solidario, sensible, trabajador, creativo, inteligente y empático”.

En su opinión, el éxito de José Luis Perales se debe no solo al hecho de ser “un fantástico letrista” sino a su capacidad de aproximación a “muy diferentes temáticas más allá del amor y desamor, sus temas estrella, con una melodía sencilla, cercana, envolvente… con arreglos muy cuidados. Ha sido muy escuchado, y lo sigue siendo más allá de España, en distintos países de Latinoamérica”.

Han pasado más de dos años después de su retirada de los escenarios, pero en Spotify se sitúa en el puesto 2.405 de los artistas más reproducidos en la historia de la plataforma con 1.072.000 streams. La saga continúa. “Hoy su hijo Pablo, aunque no sea muy conocido es un gran productor musical a nivel internacional”.