El Brujo agradece el Premio Corral de Comedias de Almagro que identifica con su teatro del pueblo

EFE

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El actor y dramaturgo Rafael Álvarez 'El Brujo' ha asegurado que el premio Corral de Comedias que recibe este jueves es “muy significativo y muy simbólico”, porque se identifica con su estilo de teatro, que es el teatro para el pueblo, aquel que se representaba en el Siglo de Oro en los corrales de comedias como el de Almagro.

En un encuentro con los medios de comunicación en Almagro (Ciudad Real), donde ha estado acompañado por la directora del Festival Internacional de Teatro Clásico, Irene Pardo, Rafael Álvarez ha reconocido que ha recibido muchos premios a lo largo de su vida profesional, pero con este, especialmente, se siente muy identificado.

Y lo es, ha dicho, porque su estilo “es el pueblo”, al que ha añadido un toque de “estética y de luz”, manteniendo “su esencia, que es la de conectar con el público”.

'El Brujo' ha recordado la primera vez que actuó en Almagro participando en la obra 'Viva el duque nuestro dueño' que dirigía José Luis Alonso de Santos.

“Yo no sabía ni que existía el Corral de Almagro, era muy jovencito, vinimos aquí e hice una función en el Corral y me quedé emocionado”, ha rememorado.

Después, ha recordado que ha actuado en el Corral de Comedias muchas veces más y ha hecho un repaso de las mismas: “Vine con el Lazarillo y un montón de espectáculos más, pero, finalmente dejé de actuar en el Corral de Comedias para acabar en el espacio Aurea, porque es donde cabe más gente”.

Un amor “tardío” por los clásicos

Durante su encuentro con los medios de comunicación ha recordado cómo fue su encuentro con los clásicos y ha asegurado que su amor por ellos fue “tardío”.

“Yo empecé a entender los clásicos ya con treinta y tantos años y porque hice un curso, porque me llamaron para dar cursos de interpretación”, ha reconocido, pero ha afirmado que cuando se encontró con ellos comprendió que estaba destinado a revelar sus textos y ha asegurado que “en los textos clásicos siempre duerme un espíritu, que no todo el mundo es capaz de captar”.

Rafael Álvarez ha puesto en valor los pilares fundamentales del teatro y el peso que tienen los clásicos y ha señalado que la dramaturgia europea se basa en tres pilares fundamentales, que son la tragedia griega, Shakespeare y el Siglo de Oro español, de los que él ha aprendido “mucho a lo largo de estos años”.

Y también ha tenido oportunidad de comentar con los medios lo que para él suponen algunos espacios escénicos con historia, como es el caso del Corral de Comedias de Almagro, que “tiene una magia maravillosa” donde el actor conecta “plenamente con el espectador”.

Sobre a quién recordaba en estos momentos previos a la entrega del premio, ha señalado que son muchas los compañeros y amigos de los que se acuerda, entre ellos, los productores teatrales Enrique Salaberria y Jesús Cimarro, o el director teatral Gerardo Malla, además de otros compañeros de profesión como Pepe Rubianes, Santiago Ramos o José Pedro Carrión.

Y sobre los espectáculos que han dejado huella en su vida, no ha dudado en reconocer que el Lazarillo ha sido uno de ellos, pero también personajes como Rogelio de 'La taberna fantástica', de Alfonso Sastre, que precisamente le dirigió Gerardo Malla.

Otras obras que también han marcado su carrera ha sido 'San Francisco juglar de Dios', un texto de Dario Fó, que ha reconocido fundamental en su vida y que le abrió la puertas a la juglaría italiana.

La directora del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, Irene Pardo, ha agradecido a Rafael Álvarez que aceptase la propuesta del patronato de recibir este premio, que es “el reconocimiento a su carrera y a su genialidad”, a un trabajo, que “ha permitido traer a los clásicos desde la frescura, desde la ligereza, pero también desde la profundidad y del humanismo”.