El artista toledano Roberto Campos expone en el Museo de Santa Cruz de Toledo hasta el próximo 28 de enero la muestra SUITE P50, donde pretende mostrar las “bastantes caras” de su relación con Picasso y de su propia relación con la pintura.
Así lo ha indicado con motivo a la visita guiada y posterior diálogo que ha tenido lugar con el artista en el museo toledano, a iniciativa de la Asociación de Amigos del Museo de Santa Cruz, que le propusieron, dada su vinculación con el trabajo con Picasso, hacer una exposición para conmemorar el 50 aniversario de la muerte del artista malagueño.
“Me plantean hacer una retrospectiva con toda mi obra vinculada con Picasso pero como operativamente no se podía hacer ese proyecto propuse hacer una serie nueva de trabajos vinculados con Picasso. Todo lo que veis en las paredes está realizado en mi taller en el último año de trabajo”, ha manifestado.
Se trata de alrededor de 70 obras en una muestra que consta de una primera parte en la que Campos trabajó en lo que ha llamado 'juguetes' y que son un conjunto de 30 cajas y algunos de los lienzos de mayor formato.
Luego hay una segunda parte que plasma los últimos seis meses de trabajo para esta exposición, centrado en lo que el artista ha llamado 'ciudades' y donde pretende generar unos espacios como si fueran “ciudades picassianas”. “Es decir, como yo imagino que serían las ciudades del Picasso arquitecto”.
Con todo, Campos afirma que la mayor influencia que tiene de Picasso es que él es un pintor “bastante geométrico”. “No sé si a estas alturas podríamos decir o se puede concebir que un pintor sea picassiano. Yo casi estoy convencido de que no. Sería una especie de anacronismo bastante severo”, ha matizado.
Pese a lo que ha reconocido el artista toledano es que hay “una cierta deuda” con el pintor malagueño, del que ha dicho que “revolucionó el concepto de pintura, de obra e incluso de autor”.
Campos ha resumido la exposición como si fuera una muestra colectiva de él mismo con trabajos de todo un año en la cual hay “bastantes diferencias” entre las obras que están pintadas hace diez meses respecto a las que se han hecho hace tres.
“Es una cosa que, al contrario de lo que se podía pensar, lo que más me interesa es que muestren las bastantes caras de mi relación con el personaje y de mi propia relación con la pintura”, ha concluido.