La villa de la finca El Paso en la localidad albaceteña de Caudete pasa a la Lista Verde de Hispania Nostra

La villa de la finca El Paso, en Caudete (Albacete) acaba de pasar a la Lista Verde del Patrimonio de Hispania Nostra después de que los nuevos propietarios del edificio llevasen a cabo una restauración. El edificio posee un espléndido interior neoárabe que ha sido recuperado después de que en el año 2021 pasase a la Lista Roja por su estado de deterioro.

Fue el conde de San Carlos Francisco Albalat Navajas quien construyó a principios del siglo XX en Caudete un notable conjunto arquitectónico del que forman parte el barrio y la iglesia de San Francisco, así como la plaza de toros y la finca El Paso.

Esta finca se levantó en el año 1912 tras la compra, en 1908, de las tierras sobre las que se asienta además de otras dos fincas más a Luis de Teresa y Pérez. En 1909, tras establecerse definitivamente en Caudete, Francisco Albalat trató de unificar todas estas fincas y sus cultivos. Sin embargo, en 1916 falleció y sus proyectos en la ciudad se interrumpieron, condenando a esta finca, lentamente, al estado de abandono y ruina actual.

El primer sector, al norte, concentra en torno al patio de acceso los edificios de explotación: la bodega (hoy arruinada), la casa del guarda y la destilería. El segundo sector, el más grande de todos, contiene la casa en su extremo norte, esta se erige de manera exenta y autónoma. Hacia el sur y adosadas al muro perimetral de poniente existen dos construcciones: la primera es una reproducción de una gruta con el santuario de Lourdes y la segunda es un invernadero de planta poligonal. Hacia el sur se desarrolla el jardín mayor, que contiene junto al muro de poniente una gran alberca de sinuoso trazado.

Las caballerizas dan paso al tercer y último sector en que se divide la parcela. Es un potente edificio de 5,70 metros de anchura y con una longitud de 39 metros, que ocupa todo el ancho de la parcela y que hoy se encuentra en un estado avanzado de deterioro.

No obstante, es el interior de la villa el espacio más fastuoso de toda la finca ya que dispone de un bellísimo ejemplo de arquitectura ecléctica con especial fijación en la arquitectura neoárabe de gran influencia alhambreña, muy de moda en la época. Presenta una planta que se desarrolla en torno a un patio central con columnas, formando una galería a su alrededor. Este espacio se ilumina a través de una vidriera que representa el cuadro de 'La rendición de Granada'» de Francisco Pradilla.

Entre las estancias encontramos gabinetes, alcobas, comedor, baño, fumador, despacho, cocina, despensa y bodega. Consta de tres plantas: planta baja, primer piso y desván, distribuidas alrededor del patio interior, del que arranca la escalera principal. Todos los espacios poseen este regusto neoárabe, tanto por la introducción de arcos de herradura como por los zócalos de azulejos, a lo que se suma un cierto neogótico presente en la introducción de vidrieras. Asimismo, al ser Francisco Albalat un carlista declarado, el lema ‘Dios, Patria y Rey’ aparece recogido en varias de estas vidrieras.

Dos monumentos más de la región entran en la Lista Roja

Pese a la buena noticia sobre el inmueble de Caudete, hay otros dos monumentos más de Castilla-La Mancha que han sido incluidos en la Lista Roja “por su estado de abandono”, según ha explicado Hispania Nostra. Uno de ellos es el convento de los franciscanos de Tamajón (Guadalajara) . El segundo es el edificio de las ferrerías de San José del Mazo, en Los Navalucillos (Toledo).“Ambos monumentos se encuentran en un pésimo estado de conservación por lo que muchos elementos se han perdido”.

Cuando los franciscanos fueron obligados a abandonar el convento de la Concepción de la Madre de Dios de Tamajón tras la desamortización de Mendizábal (1835), comenzó la ruina de este cenobio. Fue utilizado como corral, almacén o trastero e incluso se empleó la piedra del edificio para la construcción de nuevas casas en el pueblo. Las cubiertas se perdieron en su mayoría hace tiempo y las paredes de todo el conjunto están surcadas de grandes grietas. En la actualidad está en ruinas, quedan algunos arranques de los arcos de la iglesia y el claustro, así como las bases de las pilastras del mismo, cubiertas por la vegetación. Pasó por varias manos y a partir de 1920 figura como solar.

Su historia comienza de la mano de María de Mendoza de la Cerda, quien dejó escrito en su testamento que se entregara a los franciscanos el terreno para levantar la nueva casa y una cantidad de 12.000 ducados para las obras. En 1592 el arzobispo de Toledo otorgó la licencia y se iniciaron las obras. Hasta Tamajón llegaron veinticuatro frailes que ocuparían, inicialmente, unas casas particulares. A principios del siglo XVII ya podrían instalarse en el convento. Ya en el siglo XIX, en 1812, el convento se convertiría en cabeza de la comarca al haber sido destruido, por causa de la Guerra de Independencia, el convento de Cogolludo, antiguo rector de la zona. En cualquier caso, esta situación sólo duraría hasta 1835 cuando el convento de Tamajón fue exclaustrado tras la aplicación de los decretos de Mendizábal. Desde ese mismo año el edificio quedaría abandonado y su comunidad se marcharía del municipio. Se realizó un inventario de todo lo que allí había.

El convento salió a subasta dos veces; una en 1844 por 55.00 reales, quedando desierta, y otra en 1863 por 10.000 reales, cuando fue comprado por Francisco Gamo y Gamo, siendo esta última adquisición anulada. La venta definitiva se realizó al marqués de Selva Alegre, descendiente de los Montúfar con casa en Tamajón.

El convento de Tamajón no goza de ninguna protección legal. Contaba con una planta rectangular articulada alrededor de un claustro y un patio interior, con habitaciones para los monjes, una biblioteca, una iglesia con cinco altares y numerosas imágenes de santos.

Las ferrerías de San José del Mazo tampoco cuentan con ninguna protección oficial y se encuentran completamente arruinadas. En 1844, Don José Safont, rico hacendado catalán y especulador que había hecho su fortuna adquiriendo bienes desamortizados, compró un molino en las orillas del Pusa y construyó todo un complejo metalúrgico movido por energía hidráulica. Se abastecía de una presa sobre el río, y para su funcionamiento fue necesario construir un canal de gran longitud con acueductos para salvar arroyos y perforaciones costosas en el terreno pizarroso de las orillas. Se conservan también restos de naves, hornos, viviendas de administración y operarios, etc. Lo construyó el ingeniero francés Elías Michelín, enterrado en Los Navalucillos. Esta industria llegó a emplear a trescientos hombres, y supuso un gran impulso demográfico para la población, ya que mantuvo su actividad fabril hasta principios del siglo XX.

Según el 'Diccionario geográfico, estadístico, histórico de España y sus posesiones de ultramar' de Pascual Madoz (Tomo XII, Madrid, 1849), “la fábrica de fundición de hierro […] llamada de San José se halla a 4 leguas al sur en el sitio llamado el Mazo, junto al río Pusa, y consiste en un gran edificio para colocar los martinetes; 2 grandes almacenes para comestibles y guarda de los útiles de trabajo, 4 extensas cuadras para el inmenso número de caballerías que allí se ocupan, varias pequeñas casas para vivienda de los empleados, capellán y médico residentes en la misma; un alto horno en trabajo, y otro a medio edificar, formando todo un pequeño pueblo. […] Los grandes fuelles de la fábrica y de las fraguas donde se funden los útiles para los diferentes trabajos, reciben su continuo movimiento por medio de varios cilindros impulsados por una gran rueda movida por el agua del indicado río Pusa. Para ello se ha sangrado dicho río por medio de un canal de bastante solidez y capacidad, de 1/2 leguas de longitud, habiendo tenido que salvar los muchos barrancos que se encuentran en el tránsito por medio de puentes, algunos de ellos de mucha elevación, y hallándose también varios trozos de dicho canal por bajo o en el centro de algunos cerros en los que se han hecho galerías muy costosas. En las inmediaciones de la fábrica, existen varios hornos de cal y carbón para el abasto de la misma, ocupándose en estos como en los demás trabajos más de trescientos hombres y muchachos, y otras tantas caballerías”.

La Lista Roja que elabora la asociación Hispania Nostra recoge más de 1.100 monumentos españoles que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores.