Bajo el título “Fermentados en la Dieta Mediterránea”, tres expertas presentaron sendos estudios sobre distintos aspectos de la salud humana y su incidencia del consumo moderado de cerveza en ellos, concretamente en la salud cardiovascular, las enfermedades neurodegenerativas y la microbiota.
La doctora Gemma Vilahur, investigadora en el Instituto Catalán de Ciencias Cardiovasculares, desgranó las distintas etapas de un estudio que intenta comprobar la incidencia de los compuestos bioactivos contenidos en la cerveza, los polifenoles, en la protección de los vasos sanguíneos y el corazón.
Entre las conclusiones expuestas señaló, que tras estudiar el consumo moderado de cerveza, se ha constatado que “los estudios realizados sobre tejido cardiaco nos indican, en un modelo experimental de infarto de miocardio, el consumo regular y moderado de cerveza tradicional podría favorecer el proceso de reparación tras sufrir un infarto, lo que deriva en una menor tamaño de la cicatriz del corazón y una mejora en el funcionamiento cardiaco global”. Asimismo, se ha comprobado que el consumo moderado de cerveza no tiene incidencia en el peso y mejora la función endotelial.
Ahondando los estudios sobre la cerveza, la doctora María José González, catedrática de Toxicología en la Universidad de Alcalá de Henares, explicó los estudios realizados sobre el efecto del silicio, presente en la cerveza, en las enzimas antioxidantes y marcadores inflamatorios cerebrales. Estos estudios avalan que “la cerveza sin alcohol podría contrarrestar los efectos neurodegenerativos inducidos por el aluminio (relacionado con la aparición de enfermedades neurodegenerativas) según varios experimentos in vitro y en vivo. El efecto inhibidor del silicio y la capacidad antioxidante del lúpulo podría estar implicados en este efecto positivo que ayuda a contrarrestar los efectos oxidativos del aluminio”.
Beneficios de la cerveza y la dieta mediterránea
El último estudio presentado dentro de esta jornada ha versado sobre el efecto de los polifenoles presentes en la cerveza sobre la microbiota intestinal. La doctora Isabel Moreno, científica del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga, ha señalado que “los polifenoles podrían modificar la composición de la flora microbiota intestinal favoreciendo el crecimiento de algunas bacterias beneficiosas e impidiendo la proliferación de otros perjudiciales, lo que podría favorecer la salud”.
Todos los presentes recalcaron la importancia de que este consumo sea moderado y en el marco de la dieta mediterránea.
Iván Cerdeño, maridando con cerveza
Para terminar, el chef Iván Cerdeño del Carmen de Montesión, con una estrella Michelín, preparó ante el público asistente el evento dos platos encuadrados en una dieta mediterránea y de temporada: una ensalada de perdiz en rulo y unas setas con huevos y patatas. El primero maridado con una cerveza de trigo y el segundo con una cerveza con más cuerpo.
Lo más destacado es que Cerdeño puso al alcance del público en general la posibilidad de hacer dos platos ricos y sanos, con productos de la tierra: caza, aceite de oliva, nueces, verduras, huevos, ajos o setas de invierno de una manera sencilla y rápida, destacando las bondades de mantener la dieta mediterránea en la cocina diaria.
Bajo el título “Fermentados en la Dieta Mediterránea”, tres expertas presentaron sendos estudios sobre distintos aspectos de la salud humana y su incidencia del consumo moderado de cerveza en ellos, concretamente en la salud cardiovascular, las enfermedades neurodegenerativas y la microbiota.
La doctora Gemma Vilahur, investigadora en el Instituto Catalán de Ciencias Cardiovasculares, desgranó las distintas etapas de un estudio que intenta comprobar la incidencia de los compuestos bioactivos contenidos en la cerveza, los polifenoles, en la protección de los vasos sanguíneos y el corazón.