Espacio de divulgación científica y tecnológica patrocinado por la Universidad de Alcalá (UAH), con el objetivo de acercar el conocimiento y la investigación a la ciudadanía y generar cultura de ciencia
COVID-19: una investigación en la Universidad de Alcalá busca fármacos que bloqueen el virus
Durante la vigente pandemia, los fármacos más útiles para aliviar síntomas han sido aquellos que, sin embargo, no tenían efectos antivirales contra el SARS-CoV-2. La investigación se volcó más, y deprisa, en desarrollar vacuna contra la COVID-19. Es ahora cuando se empieza a hablar de antivirales. A comienzos de febrero conocíamos el Paxlovid, el primer fármaco contra la COVID para tomar en casa que, no obstante, ni sustituirá a las vacunas ni tampoco será de uso masivo.
Mientras tanto, y al margen de la iniciativa privada, en la estrategia de respuesta de la Unión Europea a la pandemia, hay fondos públicos que se han destinado a la investigación en el campo farmacológico. La Universidad de Alcalá participa en el proyecto ‘Diseño de nuevas estrategias terapéuticas y de diagnóstico frente a COVID-19’, dotado con más de un millón de euros a través de los Fondos de Desarrollo Regional (FEDER).
Se inició en 2020 y concluirá el 31 de diciembre de 2022. Forma parte de una amplia iniciativa internacional que aborda, por un lado, estrategias terapéuticas (cuatro grupos investigadores), y por otro, estrategias diagnósticas (tres grupos investigadores).
El equipo de Isabel Iriepa Canalda, profesora del Departamento de Química Orgánica y Química Inorgánica de la Universidad de Alcalá (UAH) participa en la investigación. Se centra en las estrategias terapéuticas, con una parte teórica y otra aplicada al diseño de fármacos antivirales. “En nuestro caso buscamos estudiar cómo son las interacciones entre el virus y la diana que este busca en el ser humano, y si podemos desarrollar algún fármaco que le impida replicarse”.
La identificación de compuestos químicos capaces de unirse a sitios específicos de las proteínas virales y humanas involucradas en el ciclo de infección por SARS-CoV-2 “es un requisito previo para diseñar medicamentos antivirales efectivos”, señala una de las publicaciones que ha generado esta investigación.
Sin embargo, el proceso es laborioso y todavía hay camino por delante. “Ocurre como con las vacunas, cuando tienes establecidas las interacciones el virus muta y es lo que ha pasado: se han producido muchas mutaciones en una de las proteínas clave que es la que usa el virus para unirse al receptor humano. Y entonces hay que volver a empezar”, reconoce.
La científica recuerda que “la naturaleza de todos los virus es mutar y no matar al huésped para seguir viviendo en él. Habrá que ver los efectos de la actual variante (ómicron) que parece mucho más contagiosa pero menos mortal y si no surgen otras nuevas”.
Sobre los fármacos antivirales desvela que “hemos podido predecir cómo interaccionan algunos que están en ensayo clínico”. Es el caso de la Ivermectina, un fármaco antiparasitario con actividad antiviral. Se sabe que produce una potente inhibición de la replicación in vitro del SARS-CoV-2 y que podría considerarse como un agente multiobjetivo, que inhibe diferentes funciones virales. “Estudiamos cómo la Ivermerctina podría usarse como antiviral contra este coronavirus”.
No es la única vía. “Ahora que ya conocemos cómo son las interacciones nos vamos a centrar en diseñar fármacos a partir de algunos que ya están en el mercado y de los que se conocen sus efectos secundarios, o bien nuevos”. Los investigadores están considerando de hecho distintos fármacos potenciales, incluyendo productos naturales, o sintetizados por vía química.
Se trata de buscar la forma de bloquear la entrada celular del virus, limitar su reproducción y su capacidad de eludir la respuesta del sistema inmunitario, sin que con ello interfiera con el normal funcionamiento de las células humanas, es decir, su toxicidad tiene que ser nula o limitada, para evitar efectos secundarios relevantes. La fase en la que se encuentra la investigación es ahora su verificación experimental.
Isabel Iriepa cree que, después del esfuerzo en el desarrollo de vacunas, ahora las miradas están puestas en los fármacos. “Sí, es la sensación que me da. La tecnología de vacunas para una u otra variante ya está desarrollada. Ahora la cuestión está en que en que las personas infectadas de forma grave por esta variante puedan acceder a un tratamiento específico porque se están produciendo casos de muerte, incluso con las tres dosis de la vacuna”.
Publicaciones relacionadas con el proyecto
Durante la vigente pandemia, los fármacos más útiles para aliviar síntomas han sido aquellos que, sin embargo, no tenían efectos antivirales contra el SARS-CoV-2. La investigación se volcó más, y deprisa, en desarrollar vacuna contra la COVID-19. Es ahora cuando se empieza a hablar de antivirales. A comienzos de febrero conocíamos el Paxlovid, el primer fármaco contra la COVID para tomar en casa que, no obstante, ni sustituirá a las vacunas ni tampoco será de uso masivo.
Mientras tanto, y al margen de la iniciativa privada, en la estrategia de respuesta de la Unión Europea a la pandemia, hay fondos públicos que se han destinado a la investigación en el campo farmacológico. La Universidad de Alcalá participa en el proyecto ‘Diseño de nuevas estrategias terapéuticas y de diagnóstico frente a COVID-19’, dotado con más de un millón de euros a través de los Fondos de Desarrollo Regional (FEDER).