Espacio de divulgación científica y tecnológica patrocinado por la Universidad de Alcalá (UAH), con el objetivo de acercar el conocimiento y la investigación a la ciudadanía y generar cultura de ciencia
El despliegue del 5G o por qué las zonas rurales también deben ser ‘smart’
Si hay algo que la Unión Europea (y España) tienen claro es que la tecnología móvil 5G está llamada a ser una revolución, y no solo en lo tecnológico sino también en lo económico y lo social. Además, puede ser un revulsivo para las áreas rurales ya que permite reducir la brecha territorial en el ámbito digital. Que las zonas rurales también sean ‘smart’ es cuestión, sobre todo, de inversión.
Cuatro investigadores de la Universidad de Alcalá (UAH) han colaborado para que España consiga ayudas de la Unión Europea con este fin. Antonio Portilla, Silvia Jiménez- Fernández, Sancho Salcedo-Sanz y Luis Miguel Moreno-Saavedra han sido los encargados de elaborar un informe sobre las mejores soluciones tecnológicas en la red backhaul de cara a implementar el 5G.
El informe ha servido para que el Gobierno de España haya obtenido 450 millones de euros de la Unión Europea para el programa Único Redes 5G backhaul, con fondos Next Generation-EU.
Los investigadores forman parte de la Cátedra ISDEFE-UAH sobre TIC e Inteligencia Artificial. El informe se realizó a petición de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital.
¿Qué es la red backhaul?
Cuando hablamos de backhaul nos referimos a la infraestructura capaz de llevar la información desde el último punto en el que se conecta cualquier usuario, hasta las redes de los operadores y los servidores de contenidos, mediante las estaciones base o antenas. El sistema es complejo cuando hablamos de desplegar una red de telecomunicaciones, y en concreto telecomunicaciones móviles.
Antonio Portilla es catedrático del Departamento de Teoría de la Señal y Comunicaciones en la Universidad de Alcalá (UAH) y explica que el primer paso es el punto de acceso a la red. Es decir, el terminal que se comunica con la estación (lo que tradicionalmente conocemos como antenas), colocada relativamente cerca del usuario, salvo en el ámbito rural donde las distancias son mayores.
“No es que te comuniques con la estación base. La comunicación se produce con el proveedor de contenidos para descargar un vídeo, para comprar en una tienda online… Esta información se encuentra en un servidor, normalmente en un centro de procesamiento de datos, pero no en la estación base”, aclara.
Se trata de proporcionar conectividad entre nuestra estación base, el núcleo de red -la parte importante del operador- y los servidores de contenidos y para eso se utiliza la red backhaul, que puede implementarse de formas diversas dependiendo de las necesidades del entorno: radioenlaces (parabólicas), satélites o fibra óptica.
Los radioenlaces tienen el “problema” de la llamada línea de vista - no sólo tienen que ‘verse’ entre sí, sino situarse a relativa poca distancia unos de otros porque de lo contrario no son capaces de proporcionar altas velocidades en la transmisión de datos.
El satélite, por otro lado, tiene la ventaja de que su cobertura es global pero sus velocidades son “limitadas” y sobre todo porque su latencia, es decir el tiempo en que se produce la comunicación bidireccional, es muy elevada puesto que los datos han de ‘viajar’ hasta el espacio y volver.
“A día de hoy la única tecnología que permite proporcionar todas las características de 5G, entre ellas muy alta velocidad y muy baja latencia, es la fibra óptica. En su caso, el problema es que implementarla resulta caro sobre todo si hablamos de hacerlo en zonas rurales”, asegura.
Los retos de la implantación del 5G en zonas rurales
Desde la irrupción de internet como sistema de telecomunicaciones la principal diferencia entre las tecnologías, desde la 2G hasta la actual 5G, tiene que ver con la velocidad en la transmisión de los datos. “Antes descargar un vídeo de Youtube podía llevarnos cinco minutos, y eso se ha ido acortando”.
Portilla comenta que ahora lo importante no es sólo la velocidad. “Cuando pensamos en el 5G creemos que nos dará más gigabits por segundo que el 4G y es verdad, pero no es su característica más revolucionaria. Lo es la latencia, es decir, el tiempo que tarda la red en enviar datos, tanto de ida como de vuelta”.
Algunas aplicaciones necesitan latencias muy pequeñas (milisegundos). Pone como ejemplo la Telemedicina. “Hablamos de atención o diagnósticos en tiempo real y para eso necesitamos una latencia muy pequeña. Es imprescindible que el sistema backhaul sea increíblemente rápido, con muy poca latencia”.
Eso se conseguirá mediante fibra óptica. Antonio Portilla reconoce que los retos para implantar el 5G en las zonas rurales son “muy grandes”. En España existen más de 100.000 estaciones base si se suman las de todos los operadores que hay que interconectar con los núcleos de red. Esto hace que sea un problema muy complejo en muchos ámbitos, técnicos, tecnológicos, regulatorios y por supuesto, de inversión y coste.
“Para un operador resulta mucho menos rentable dar un servicio en un pueblo de la Sierra Norte de Guadalajara, que hacerlo en la capital”. De ahí que la intención del Gobierno de España sea facilitarlo. Las ayudas procedentes de los fondos europeos de recuperación, Next Generation-EU, lo harán posible.
Todo el mundo debe tener los mismos servicios independientemente de dónde viva. Si queremos favorecer el desarrollo económico, hacen falta infraestructuras y entre ellas, la de telecomunicaciones
Los investigadores de la Universidad de Alcalá han proporcionado los datos necesarios para que España haya podido recibir las ayudas europeas. “España tiene unas características muy concretas con una población muy concentrada en grandes zonas urbanas frente a la gran dispersión en otros territorios, por lo que es necesario explicar por qué nos decidimos por una determinada tecnología”.
Antonio Portilla que Castilla-La Mancha es uno de los “paradigmas” de la dispersión poblacional y una de las que se enfrenta a los retos de la implementación de telecomunicaciones. “Debemos procurar que todo el mundo debe tener los mismos servicios independientemente de dónde viva. Si queremos favorecer el desarrollo económico, hacen falta infraestructuras y entre ellas, la de telecomunicaciones”.
La tecnología 5G impacta en el desarrollo económico
Mediante este programa de ayudas se dotará de conexión de fibra óptica a los emplazamientos situados en zonas rurales en municipios de menos de 5.000 habitantes, facilitando así el acceso a nuevos servicios y aplicaciones de 5G, con financiación europea.
El Gobierno de España contribuirá a la creación de la infraestructura necesaria para la conectividad, proporcionando ayudas para la infraestructura y obra civil, equipamiento electrónico, gastos de personas y otros costes generales o indirectos imputables al proyecto.
Este tipo de tecnología impacta en positivo en el desarrollo económico y contribuirá a frenar la despoblación al garantizar los servicios de comunicación. “No es la panacea, pero creemos que es un paso en la dirección correcta para lograrlo”, concluye el investigador.
Si hay algo que la Unión Europea (y España) tienen claro es que la tecnología móvil 5G está llamada a ser una revolución, y no solo en lo tecnológico sino también en lo económico y lo social. Además, puede ser un revulsivo para las áreas rurales ya que permite reducir la brecha territorial en el ámbito digital. Que las zonas rurales también sean ‘smart’ es cuestión, sobre todo, de inversión.
Cuatro investigadores de la Universidad de Alcalá (UAH) han colaborado para que España consiga ayudas de la Unión Europea con este fin. Antonio Portilla, Silvia Jiménez- Fernández, Sancho Salcedo-Sanz y Luis Miguel Moreno-Saavedra han sido los encargados de elaborar un informe sobre las mejores soluciones tecnológicas en la red backhaul de cara a implementar el 5G.