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Un programa europeo busca mejorar los servicios de salud mental para migrantes: “Es imposible si hay una barrera lingüística o cultural”
Los problemas de salud mental afectan a unos 84 millones de personas en la Unión Europea. En este contexto, los refugiados y otros migrantes corren especial riesgo de desarrollar alguna patología, como consecuencia de las vivencias que ocasiona un proceso migratorio que no deja de crecer: guerras, hambrunas o cuestiones políticas, entre otras, son los detonantes.
La prevalencia de las enfermedades mentales entre este colectivo ofrece tasas elevadas como consecuencia del estrés, la ansiedad u otras razones. Sin embargo, refugiados y otros migrantes se encuentran con grandes dificultades a la hora de acceder a los servicios de salud mental en los países de acogida, debido a los problemas en la comunicación y, a veces, por cuestiones culturales que no son bien entendidas o malinterpretadas.
Para estas personas, solo el 20% de los estados miembros ha implementado medidas de apoyo lingüísticas, competencias interculturales o servicios de interpretación en sus respectivos sistemas sanitarios. Y eso a pesar de que la Comisión Europea ya viene alertando de que la integración de los refugiados y otros migrantes requiere más atención por parte de los legisladores, en concreto en la atención médica, si se quiere evitar la discriminación y la desigualdad.
Ahora nueve países europeos y 13 socios participan, hasta 2024, en el proyecto ‘Mental Health for All’. Lingüistas, especialistas en comunicación intercultural y multilingüe y profesionales de la salud mental desarrollarán, evaluarán e implementarán una plataforma digital multilingüe que ofrezca información y comunicación sobre la salud mental, con financiación del Fondo de Asilo, Migración e Integración de la Comisión Europea.
Los destinatarios del proyecto serán tanto refugiados y migrantes como las personas encargadas de su cuidado, los intérpretes y mediadores interculturales y los profesionales y organizaciones que se dedican a la salud mental.
La Universidad de Alcalá (UAH) participa a través del Grupo de Investigación ‘Formación e Investigación en Traducción e Interpretación en los Servicios Públicos’ (FITISPos). Desde el año 2000 está catalogado como grupo de ‘alto rendimiento’ en el seno de la Institución académica. “Nuestros objetivos tienen que ver con la integración social a través de la comunicación, fomentar la igualdad y la convivencia derribando barreras lingüísticas y culturales”. Raquel Lázaro forma parte de este grupo de investigación y coordina la participación de la UAH en el proyecto europeo. Reconoce que la pandemia de COVID-19 ha sido “determinante” a la hora de establecer las prioridades de la Unión Europea. “Es verdad que hubo una prioridad en cuanto a la salud física porque nos enfrentamos a un virus, pero verdaderamente las secuelas más graves son en salud mental. A eso hay que sumar la crisis de Ucrania”.
En este sentido, esta profesora que dirige el Departamento de Filología Moderna de la universidad se muestra tajante: “No se puede abordar la salud mental con personas de terceros países cuando hay una barrera lingüística y cultural. Es imposible. El idioma o las costumbres no se aprenden en dos días. Mientras tenemos que disponer de recursos”.
Recuerda que los servicios de interpretación y traducción en el ámbito sanitario español “no están suficientemente desarrollados, cuando la comunicación es fundamental para el acceso a servicios públicos básicos como la Sanidad o la Educación”.
Por eso el proyecto es integral. Raquel Lázaro explica que el propio nombre del proyecto “para todos” lleva implícito un claro mensaje: “Cuando la salud general de la población, está bien, eso va en beneficio de todos. Pero si parte de la población tiene problemas de salud mental debido dificultades de comunicación, eso terminará repercutiendo en quienes no las tienen, porque tendrán que interactuar con esas personas”.
Una plataforma multilingüe con recursos para usuarios y profesionales
La plataforma digital será multilingüe y ofrecerá recursos “seleccionados” tanto para profesionales como para proveedores sanitarios y usuarios de los servicios de salud mental.
La Universidad de Alcalá se encargará de realizar un “mapeo de los recursos de salud mental que existen en distintos formatos y lenguas. Los evaluaremos y crearemos una base de datos con todos ellos. El ánimo es que sean accesibles y estén centralizados”.
Esta plataforma dispondrá de un repositorio de recursos para los proveedores y profesionales sanitarios con acceso abierto. También ofrecerá un conjunto de estrategias formativas y comunicativas que aborden las barreras y cómo superarlas, además de recomendaciones para incorporar adecuadamente la traducción automática como “macro estrategia integrada dentro de soluciones más globales para el acceso a la salud mental”. Por otro lado, se pondrán a disposición de los usuarios una serie de vídeos educativos multilingües de entre 3 y 5 minutos de duración.
Raquel Lázaro pone algunos ejemplos. “Tenemos recursos escritos como folletos sobre la ansiedad o sobre el duelo migratorio que pueden haber generado los sistemas públicos de salud o una ONG o quizá de manera informal… Queremos recuperarlo, evaluarlo y comprobar su validez”.
Después está la atención sanitaria en otras lenguas. “No es frecuente en España. Por ejemplo, un psicólogo que atiende en ucraniano” o la interpretación presencial y telefónica en los servicios de salud autonómicos mediante la contratación de empresas.
El proyecto tiene vigencia hasta 2024. Si la evaluación del proceso ofrece resultados positivos, la plataforma se difundirá entre el conjunto de la sociedad para promover “la aceptación de cualquier grupo de pacientes refugiados y migrantes en Europa”.
Además de la Universidad de Alcalá entre los socios del proyecto se encuentran universidades de Bélgica, Reino Unido, Países Bajos, Lituania, Alemania, Polonia, Eslovaquia, Italia además de la Red Europea de Interpretación y Traducción en los Servicios Públicos (ENPSIT, por sus siglas en inglés) y la Asociación para el Apoyo de la Psiquiatría Infantil y Juvenil Vis-a-Vis, de Polonia.
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