El Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia fue el 11 de febrero. Pero, ¿se debe limitar el reconocimiento a las mujeres científicas sólo a un día? Gracias al 'Ciencia y Técnica en Castilla-La Mancha', diccionario biográfico de Almud Ediciones podemos recordar a diez mujeres que han sido reconocidas por su labor científica en la región.
Isabel Torres Salas, farmacéutica
Es probablemente uno de los nombres más conocidos en España, ya que Isabel Torres destacó al ser la única mujer aceptada para trabajar en la Casa de Salud de Valdecilla, en Santander, en el año 1930. La única mujer entre 70 médicos, investigadores y estudiantes que trabajaban en el hospital. Nació en Cuenca en 1095, y estudió farmacia en la Residencia de Señoritas. Fue la responsable de llegar a un “punto de ruptura” en cómo se estudiaba la nutrición de los pacientes y su tesis que analizaba los valores nutricionales de los menús del hospital fue publicada en la mayor revista médica española, la Gaceta Médica Española. También consiguió una beca, en 1933, para investigar sobre la estructura de las vitaminas en el Instituto de Patología Médica de Madrid y su trabajo siguió adelante en Alemania, gracias a un informe del mismo Gregorio Marañón. La Guerra Civil “truncó” su carrera científica y al volver a España debió trabajar como directora del laboratorio de una farmacia en Santander.
Mercedes Doval, geóloga
La albaceteña nació en 1947 y se doctoró en 1975 en Geología por la Universidad Complutense de Madrid, tras haber pasado por diferentes categorías docentes. Obtuvo la cátedra de Cristalografía y Mineralogía en 1988. Realizó estancias de investigación en Marsella, Orleans o París y fue socia fundadora de la Sociedad Española de Mineralogía, y parte de distintas sociedades científicas internacionales. Antes de cumplir 40 años, fue elegida Decana de la Facultad de Ciencias Geológicas. También creó el Centro de Espectrometría, que dio lugar al Centro de Asistencia a la Investigación de Técnicas Geológicas de la Universidad Complutense, organismo que dirigió hasta su muerte en el 2011.
Cecilia García de Cosa, médica
García de Cosa no nació en Castilla-La Mancha, pero fue la primera mujer que ejerció la medicina en Talavera de la Reina, como directora del Dispensario Antipalúdico, entre los años 1930 y 1932. Nacida en Sevilla, estudió en su ciudad de origen y fue una de las dos primeras mujeres en aprobar la oposición de médico de la Marina Mercante. También fue delegada del Gobierno de España en el congreso 'Women's Medical International Association'.
Amparo Irueste Roda
La maestra Amparo Irueste fue Profsora de la Sección de Ciuencias de la Escuela de Maestros de Ciudad Real y sus inquietudes científicas la llevaron a trabajar en un grupo de renovación pedagógica pensionado en distintos países europeos. Deseaba conocer los métodos de investigación para estudiar los distintos grados de inteligencia de los alumnos. Realizó un estudio con más de 3.000 alumnos y alumnas españoles, y llegó a la conclusión de que estaban retrasados respecto a los niños franceses en varios aspectos. “No es el tipo de alimentación o falta de higiene lo más importante en el desarrollo de la inteligencia, sino los métodos de enseñanza”, escribió.
Victoria Losada Pérez, médica y maestra
Victoria nació en Toledo en 1908. Estudió Magisterio y Medicina, y fue consejera nacional de Sanidad, presidenta de la Sociedad Española de Pediatría y directora de Puericultura de Barcelona. Se dedicó a las enfermedades de la infancia, y trabajó también en Francia y Bélgica. También fue doctora 'honoris causa' de la Unviersidad de la Habana y catedrática por oposición de la Universidad de Salamanca.
María del Carmen Martínez Sancho, matemática
La toledana fue la primera doctora española en Matemáticas. En 1910 se matriculó en la Universidad Central de Madrid y en 1927 defendió su tesis en geometría diferencial 'Sobre los espacios normales de Bianchi'. En el mismo año fue nombrada vocal de la Junta directiva de la Sociedad Matemática Española. También obtuvo en 1928 la cátedra de Matemáticas del Instituto del Ferrol. Estudió geometría en Berlín, y dirigió la residencia del Instituto Escuela de Sevilla, creado tras la proclamación de la II República.
Pilar de la Rius de la Pola, físico-química
La científica nace en Tarancón en 1928 y debió exiliarse a Francia y también a México, en 1939. Ahí estudia en la Universidad Femenina de México, donde se licencia en Ciencias Químicas. Fue directora de la escuela de ciencias de dicha institución, y realizó su maestría en la Universidad Nacional Autónoma de México. Realizó trabajos de cálculo teórico de intensidades de banda en el infroarrojo en la Universidad John Hopkins, en Estados Unidos.
Antonia Roldán Fernández, física
Nació en Miguelturra en 1913, y cursó Ciencias Físicas en la Universidad Central de Madrid. Tras iniciar sus estudios de doctorado, ejerció de ayudantes de prácticas en la cátedra de Termología con Julio Palacios, uno de los físicos más importantes de la época. También trabajó con el catedrático de Geofísica, Arturo Duperier. Roldán fue una pionera en el trabajo de la metereología, tras aprobar oposiciones del Cuerpo Nacional de Metereología, una de las cinco mujeres que se dedicaron a este tipo de trabajo durante la República, ya que durante la dictadura franquista se dejaron de admitir mujeres al militarizarse el Cuerpo.
María Soledad Ruiz Capillas, médico
La toledana nació en 1902 y fue la primera mujer en dirigir el balneario de Fuensanta de Gayangos en Burgos. También fue la elegida entre más de 70 candidatos para ocupar un puesto de alumna interna en el hospital de la Beneficiencia Provincial de Madrid. También fue la primera mujer española en trabajar en el conocido como Instituto Cajal, formando parte de la Escuela Neurológica Española. Fue también la primera mujer médico en trabajar en Gerona, al abrir una clínica odontológica en la provincia.
Oliva Sabuco, filósofa
No es casualidad que la Enciclopedia de Mujeres puesta en marcha por el Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha lleve el nombre de la filósofa albaceteña, nacida en 1562 en Alcaraz. Es una de las filósofas más importantes del Renacimiento español, y su obra más conocida es 'Nueva Filosofía de la Naturaleza del hombre', en la que habla de la necesidad de reformar la enseñanza de la medicina y la filosofía. Una de sus aportaciones más importantes fue el tratamiento que propuso para la peste, al detectar que los contagios se producían a través del aire. Conocimiento que sigue más vigente que nunca, en el marco de la crisis sanitaria del coronavirus.