La ecología es uno de nuestros principales intereses y es el centro de este blog: cambio climático, medio natural, desarrollo sostenible, gestión de residuos, flora y fauna, contaminación y consumo responsable, desde el punto de vista de periodistas, expertos, investigadores, especialistas y cargos públicos. También editamos la revista 'Castilla-La Mancha Ecológica'.
Toledo, la provincia “clave” para el águila imperial ibérica que se aleja del riesgo de extinción
El águila imperial ibérica se aleja del riesgo de extinción que acechaba a la especie a mediados de los años 70 del siglo pasado, cuando el primer censo de la especie apenas contabilizó 39 parejas en 1974. Gracias a las medidas de conservación que se han llevado a cabo, se ha podido mantener una senda al alza en el número de ejemplares, que solo en el último lustro, ha experimentado un crecimiento del 53 por ciento hasta alcanzar al menos 841 parejas reproductoras en 2022.
Los “esperanzadores” datos que ha expuesto el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico sobre el águila imperial ibérica, una especie emblemática de la fauna española y única rapaz endémica de la Península Ibérica, muestran que también ha crecido también su área de distribución, que llega a 21 provincias de cinco comunidades autónomas.
En España, la especie se distribuye por cinco comunidades autónomas aunque su presencia ha aumentado hasta en 21 provincias. Son tres más que en la anterior evaluación, de 2017, pues desde entonces, Granada, Cuenca y Palencia albergan parejas reproductoras.
Casi la mitad de las parejas vive en Castilla-La Mancha
De todas ellas, según los censos coordinados, casi la mitad vive en Castilla-La Mancha, que acoge al 47 por ciento de las parejas reproductoras de toda España, ya que en 2022 se censaron 396 territorios de águila imperial ibérica.
La región cuenta con hábitats muy favorables para la especie, asociados principalmente al valle del Tajo, entorno de Sierra Morena y comarca de Campo de Montiel, lo que ha permitido un incremento relevante de parejas y, al mismo tiempo, del número de ejemplares dispersantes asentados en territorio castellanomanchego. La provincia clave es Toledo, con 212 territorios contabilizados con ejemplares de la especie.
Andalucía, por su parte, también ha contabilizado un incremento muy importante, ya que casi ha duplicado su población en una década. Así, el censo ha pasado de contar con 70 parejas en 2011 a 136 y su ampliación del área de asentamiento es notable, según el grupo de expertos, que concluye que en los últimos años ha llegado a las sierras Subbéticas y la provincia de Granada.
Asimismo muestra una clara tendencia expansiva la especie en Castilla y León que alberga 131 parejas, sobre todo en el norte de la región y la Comunidad de Madrid dispone también de una elevada densidad de águilas imperiales, alcanzando las 83 parejas en 2022 cuando en 2008 apenas se contaban 30 parejas.
Extremadura ha aumentado también su población aunque a un ritmo menor y en 2022 acoge a un total de 75 parejas. Portugal ha informado de un mínimo de 17 parejas en el país pero se estima que podrían ser 20, sobre todo en el Alentejo y en las áreas limítrofes con Extremadura.
El Ministerio para la Transición Ecológica celebra la tendencia al alza de las poblaciones reproductoras de la especie desde que comenzaron los trabajos de seguimiento y conservación, tras la protección de la especie y su inclusión en el Catálogo Español de Especies Amenazadas. Así, el primer censo nacional se realizó en 1974 a cargo de Jesús Garzón quien contabilizó 39 parejas. En 1988 la especie aumentó hasta las 104 parejas y desde entonces la población ha seguido creciendo a un ritmo del 6 por ciento anual de media.
El águila imperial ibérica se aleja del riesgo de extinción que acechaba a la especie a mediados de los años 70 del siglo pasado, cuando el primer censo de la especie apenas contabilizó 39 parejas en 1974. Gracias a las medidas de conservación que se han llevado a cabo, se ha podido mantener una senda al alza en el número de ejemplares, que solo en el último lustro, ha experimentado un crecimiento del 53 por ciento hasta alcanzar al menos 841 parejas reproductoras en 2022.
Los “esperanzadores” datos que ha expuesto el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico sobre el águila imperial ibérica, una especie emblemática de la fauna española y única rapaz endémica de la Península Ibérica, muestran que también ha crecido también su área de distribución, que llega a 21 provincias de cinco comunidades autónomas.