La Federación de Empresarios de Toledo organizó la jornada 'El futuro de los plásticos ante las nuevas exigencias medioambientales', un punto de encuentro entre Administraciones Públicas, y todos los actores de la cadena de valor del plástico, entre los que se incluyen productores de materia prima, transformadores, recicladores y encargados de su distribución y comercialización. Con ponentes como la subdirectora general de Residuos del Ministerio para la Transición Ecológica, Margarita Ruiz Saiz-Aja y el coordinador regional de Medio Ambiente, Javier Ariza.
Desde FEDETO han intervenido también Eva Rodríguez, técnico del Área de Industria, Energía y Medio Ambiente CEOE, así como el viceconsejero de Desarrollo Sostenible, Fernando Marchán Morales. Especialmente, la jornada ha tratado las medidas específicas que se han introduciendo desde la Unión Europea y también desde el mismo Gobierno de España, específicas para reducir el uso del plástico.
Margarita Ruiz Saiz-Aja explicó que la producción de residuos plásticos para el 2020 en todo el mundo es de 500 millones de toneladas. “A esto, se suma la fácil dispersión y su lento proceso de degradación, es una grave amenaza”, señalaba la subdirectora general. Es la “falta de concienciación” la que ha hecho llegar a este punto, que puede provocar pérdida de biodiversidad y afectar especialmente a los seres vivos.
Normativa de reducción
Por ello, los empresarios toledanos han podido conocer la normativa que existe actualmente, que afectará dentro de pocos años a los empresarios relacionados con este tipo de productos. ¿Hasta qué punto? Todavía debe verse. Ruiz-Aja explicó cómo con el modelo actual se ha multiplicado por ocho las emisiones de efecto invernadero y por trece las emisiones de efecto invernadero. “Sólo una quinta parte viene de energías renovables y de los residuos, 2.500 millones de toneladas, sólo se aprovecha un 36%”, recalcó. Entre otras cifras, señaló que en 1960 se produjo una tonelada métrica de plásticos, mientras que ahora son 322 Mt o que el 89% de las bolsas de plástico se usan sólo una vez.
Contra esto, explicó, la apuesta es la economía circular, que se plantea como un modelo que seguirá permitiendo el desarrollo pero de “forma sostenible”, poniendo especial énfasis en la prevención de residuos, es decir, impedir que se crean más, reducir antes de que aparezcan. Sería esta la primera etapa, para luego seguir con la mejor valorización de los residuos en la “mayor medida posible”.“Este modelo tiene ventajas desde un punto de vista ambiental, pero también social, por ejemplo, en cuanto a la creación de empleo”, afirmó la subdirectora.
Desde Europa, las medidas se han articulado en cuatro áreas de acción: producción, consumo, materias secundarias y gestión de residuos, que se enfocan a, entre otros, los residuos plásticos. Pero, advirtió, las medidas no sólo deben venir de la administración sino también del sector privado, como por ejemplo a la hora de mejorar la calidad del reciclado del plástico, frenar la generación de los residuos y su abandono, así como orientar sus inversiones hacia soluciones de este tipo, aprovechando el impulso global. “Intentemos fomentar focalizar los esfuerzos en el ámbito de los plásticos”, recalcó.
Directiva de economía circular
Según la directiva contra el plástico de un solo uso, la cual se consiguió gracias a un acuerdo alcanzado en solo seis meses recalcó, se verán limitados los productos de plásticos de un solo uso, de plástico oxodegradables y también los equipos de pesca. El objetivo: prevenir y reducir el impacto de ciertos productos sobre la salud humana, pero también en el medio ambiente, especialmente en el acuático.Vasos, tapas, bastoncillos... los ejemplos son múltiples en el consumo diario de las personas.
Entre otras medidas, los empresarios deberán tener en cuenta que algunos de ellos, como las toallitas húmedas, deberán ir marcadas para conocer la correcta gestión del residuo y que deben cumplirse dos años tras la entrada en vigor de la directiva: es decir dentro de poco, ya que se aprobó en 2018. Además, los productores tendrán una responsabilidad ampliada, a la hora de enfrentarse al coste de la recogida separada, el tratamiento de los mismos, la información a los usuarios, el coste del littering, su transporte o campañas de sensibilización.
En el caso de España, el Gobierno trabaja en incorporar una nueva Ley de Residuos y Suelos contaminados que sustituirá a la anterior, y estas responsabilidades de la directiva europea también irán en ese camino. “Sin ese marco de la responsabilidad del productor no se puede regular”, afirmaba Saiz-Aja, quien puntualizaba que todavía se debe establecer quién es el productor, el fabricante o el distribuidor, y en quién recae exactamente esta responsabilidad.