El Consejo de la Juventud de España renueva su comisión permanente cada dos años. Es cuando convocan también sus jornadas de trabajo que este año se han celebrado en Toledo. Julia Chica, presidenta del Consejo, explica que este tipo de eventos sirve para plasmar las necesidades y requerimientos de cada una de las entidades que conforman el Consejo, para que sea luego aprobado por la Asamblea Ejecutiva. Principalmente, el Consejo de la Juventud quiere reforzar su figura como entidad vinculante y representantiva de los jóvenes y no sólo como algo simbólico.
“Queríamos resaltar que la juventud se asocia, la juventud comparte, la juventud trabaja por un fin en común que son los consejos, organismos que deben ser libres y eficaces”, afirma Chica, quien también rechaza que haya una inclinación política, sino que todas las ideologías están representadas. “Nosotros queremos apostar por que sean los jóvenes los que digan qué es lo que quieren”. Así resume las políticas que sigue el organismo, que depende eso sí, del Ministerio de Sanidadidad, Servicios Sociales e Igualdad.
Las jornadas que se celebran este fin de semana en Toledo trabajan con una serie de dinámicas y divididas en seis comisiones especializadas: comisión de calidad de vida, comisión de derechos e igualdad de oportunidades, comisión de educación formal, comisión de educación no formal y participación y, finalmente, comisión de internacional. Las conclusiones serán presentadas al final del evento, lo que no quita que los jóvenes tengan ya reivindicaciones y problemáticas identificadas en cada una de ellas.
Los jóvenes quieren ser vinculantes, no consultivos
“Así planificamos los temas que el Consejo tiene que llevar a la luz política”, explica Julia. La primera de ellas, calidad de vida, es un sector nuevo que trata temas como el deporte, el medio ambiente, o la situación de la juventud rural. “Nosotros creemos que la participación y las voces deben venir desde abajo. Los jóvenes de los pueblos muchas veces no tienen canales efectivos para comunicarse”, explica Julia. Así, trabajarán para que todos los españoles tengan acceso al Consejo y que sus demandas sean escuchadas.
Uno de los problemas que detecta el Consejo español es que las entidades que lo conforman muchas veces son tomadas sólo con carácter consultivo. Pero ellos quieren ir más allá: “Nosotros queremos ser independientes, queremos llevar la voz. Así promovemos lo que quiere la juventud, no el partido político a cargo”, asegura Julia, quien reivindica un Consejo “libre y eficaz” con recursos disponibles para poder llevar a cabo sus actividades y dejar de depender de otros departamentos, como las direcciones generales de juventud.
Jóvenes, trabajo y el peligro de exclusión social
El Consejo de la Juventud publicó recientemente el Observatorio de la Emancipación, el que se desprendían preocupantes datos para los jóvenes españoles. Por ejemplo, que 4 de cada 5 jóvenes no pueden desarrollar su proyecto de vida al carecer de una estabilidad económica, o que el porcentaje de la juventud que se encuentra en riesgo de exclusión social es de un alto 38%. La pobreza juvenil se ha convertido en uno de los temas transversales que más preocupa al Consejo, señala Víctor Reloba, vicepresidente del mismo y coordinador del área socioeconómica.
Reloba señala que la situación de la pobreza se ha invertido tras el inicio de la crisis, ya que ahora son los jóvenes los más vulnerables a esta situación. “El cóctel catastrófico de la crisis ha repercutido muy negativamente en las personas jóvenes”, asegura. Para ello se han abierto muchas líneas de trabajo, con las que se pueden identificar los principales problemas que presenta la gestión, entre las que se encuentra por supuesto, el trabajo.
“El programa de la Garantía Juvenil está siendo una oportunidad perdida, con defectos fácilmente subsanables que no se están revirtiendo a tiempo”, advierte Reloba. Así, señala que el modelo de aplicación es demasiado complejo, que la difusión no ha sido la adecuada y que no se cumple con el espíritu propuesto desde la Unión Europea.
Las conclusiones que se obtengan de estas jornadas se tratarán a través de un mecanismo de incidencia política. “Si se trata una ley o un proyecto de ley, nos involucraremos, tal como hacemos con la Garantía Juvenil. Aportaremos lo que ve la juventud, que puede ser muchísimo”, afirma Julia. “No se está escuchando al colectivo de la juventud en la sociedad, estamos en un limbo muy extraño”, remata la presidenta del Consejo. “La juventud no ha sido una prioridad y muchos de los problemas estructurales que tenemos es porque no lo ha sido”, concluye Reloba.