Este viernes 14 de julio se cumplen 240 años de la creación de la Escuela de Ingeniería Minera e Industrial de Almadén, en Ciudad Real. Fue fundada como academia en 1777 por deseo expreso del entonces rey Carlos III. Fue la primera institución en su género en España y la cuarta en el mundo y se creó por la necesidad de profesionalizar la explotación de las minas para enviar el mercurio que demandaba América cada vez en mayor medida.
“Había una necesidad importante de innovar en técnicas de explotación, de seguridad y de mejorar el rendimiento del proceso de extracción minero”, explica Francisco Mata, director de la escuela en la actualidad. Y es que, el descubrimiento de América había terminado por generar una gran demanda de mercurio que salía desde las minas de Almadén para facilitar los procesos de amalgamación del oro y la plata del continente americano. Un mercurio que se mezclaba con el mineral en el que estuviesen alojados el oro y la plata para lograr separarlos.
Almadén recibió el sobrenombre de la ‘joya de la corona’ por la gran aportación de divisas y recursos que realizaba. “Era importante no por su situación geográfica sino económica, de ahí la creación de la entonces academia”. De ella salieron los primeros ingenieros del sector. Por aquel entonces, estaban sometidos casi a un régimen militar, llevaban uniforme y eran considerados cadetes.
“Siempre ha sido un lugar de innovación constante, de nuevas técnicas que traían los ingenieros alemanes o de ensayos”. Se aplicaban a la extracción del cinabrio, el mineral del que sale el mercurio. También pasaron por allí personajes como Fausto E´lhuyar, descubridor del wolframio que dirigió el centro, mientras que uno de sus alumnos, Andrés Manuel del Río, descubriría el vanadio.
La Escuela cambiaría en numerosas ocasiones de nombre y de disciplinas objeto de estudio a lo largo de los siglos, hasta que se integró en la Universidad Politécnica de Madrid en 1972. En octubre de 1985, pasaría a formar parte de la recién creada Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y en 2011 pasaría a denominarse Escuela de Ingeniería Minera e Industrial de Almadén.
La minería en Ciudad Real
Cuando ese mismo año, en 2011, la Unión Europea prohibió la comercialización del mercurio, la historia de Almadén y sus minas cambió por completo. También influyó en el futuro de la propia escuela universitaria. El mapa minero en la comarca, y en general en la provincia de Ciudad Real también sufriría una amplia transformación.
Al margen de la extinguida minería del carbón en la provincia, las minas de mercurio cerraron: tanto la Mina de Almadén, la mina de las Cuevas, entre Almadén y Saceruela, ambas subterráneas o la mina del Entredicho en Almadenejos, donde el cinabrio se extraía a cielo abierto. De la Mina de Almadén queda un parque minero (turístico) y “aunque no se puede visitar la mina completa hasta los 700 metros de profundidad, lo más representativo en cuanto a la evolución de las técnicas mineras sí se puede conocer. Eso tiene un valor de divulgación y también para nosotros como Escuela, en la parte práctica”.
Y de la mina de Almadenejos queda una amplia polémica. El mercurio que dio la vida a la comarca y al país es hoy un producto cuestionado. Ecologistas en Acción ha denunciado que los niveles de este elemento en la zona superan “ampliamente” lo admisible y piden una “urgente” descontaminación. La propietaria, Minas de Almadén y Arrayanes (MAYASA), lo niega y recuerda que el emplazamiento está declarado como Bien de Interés Patrimonial.
Pero existen otras explotaciones mineras en la comarca de Almadén. Se trata de minería vinculada al plomo, a la plata. En Fontanarejo se quieren explotar recursos relacionados con los fosfatos o en Abenójar está ya muy avanzado el proceso de apertura de una mina de wolframio. Todas ellas son objeto de interés en la ‘vieja’ escuela desde donde recuerdan también la existencia de ‘otras minerías’ relacionadas con procesos de construcción que salen de canteras o graveras.
Tierras raras
Otros proyectos mineros que desde la escuela se siguen con interés están vinculados a la extracción de tierras raras para la fabricación de móviles o tablets. Una iniciativa muy contestada socialmente en la zona, el Campo de Montiel donde una empresa quiere desarrollar esta actividad. Un proyecto aún pendiente del visto bueno del Gobierno regional. Francisco Mata comenta que la normativa medioambiental es “muy estricta” y, en su opinión, si se cumple “no debería entrañar ningún riesgo” aunque aclara que la decisión de autorizar o no, le corresponde a la Administración regional.
La propia universidad ha creado una cátedra junto a la empresa promotora del proyecto de extracción de tierras raras, Quantum, que dirige un catedrático del centro de Almadén, Pablo Higueras. “Desde el punto de vista de la universidad, asesorar este tipo de actividad es garantía de que las cosas se van a hacer bien” y recuerda que “hoy no podríamos entender la vida sin móviles. Hay necesidad de extraer monacita en cualquier parte del mundo, pero con este proyecto pasará lo que tenga que pasar”.
“No sé si somos conscientes de que cualquier objeto cotidiano o tecnología tienen detrás materias primas o fuentes de energía. Algunas son renovables pero hoy aún dependemos de recursos convencionales de origen fósil, como el carbón, el gas o el petróleo. ¿De dónde salen las chapas de los coches? Hay que extraer mineral metálico de la tierra”, asegura.
Mata cree, sin embargo, que la profesión del ingeniero de minas tiene que evolucionar. En el curso académico recién finalizado, la Escuela estrenó el Grado en Ingeniería Minera y Energética. “Hay nuevas fuentes de energía renovables, un abanico de posibilidades, pero sin olvidar la parte minera”. Apuesta por el mix energético donde poco a poco predominen las fuentes renovables, teniendo en cuenta las variables ambientales o de seguridad.
En Castilla-La Mancha, la “clave” es el desarrollo industrial
Para Francisco Mata, en el futuro de la región el “desarrollo industrial es clave” y pasa por el “refuerzo de las pymes” y por introducir “elementos de diferenciación” con respecto a lo que ya existe en regiones cercanas como Madrid. Sostiene que “Castilla-la Mancha debe apostar por su industria de base y después por una industria transformadora y comercializadora que se quede en la región”. No solo se refiere a la industria agroalimenaria sino a la industria de transformación minera “que aporte valor añadido al recurso que se obtiene en la propia región”.
También aboga por industrias vinculadas a las nuevas tecnologías, como el desarrollo de software, “para mejorar los procesos productivos de cualquier sector y en particular del agroalimentario” y cree que la UCLM puede aportar al tejido industrial a través de la investigación aplicada. “Tiene que haber integración de conocimiento, de energías y de recursos humanos y económicos. Es el papel del Gobierno regional pero la universidad también tiene mucho que decir en el futuro industrial”.
Luis Mansilla, el predecesor de Mata en la Dirección, hablará este viernes, durante los actos conmemorativos de una escuela que lleva 240 años “reinventándose”. La evolución ha sido un proceso “frecuente”, comenta Francisco Mata, que hay que contemplar en positivo, “como adaptación a los tiempos y las necesidades de formación y del mercado”.
El aniversario de la escuela se celebrará también con la exposición “Muestra de materiales históricos de la Escuela de Ingeniería Minera e Industrial de Almadén” y con un recorrido guiado por la Casa Academia de Minas, en visitas que organiza la Oficina de Turismo de la localidad.