Ya hay más detalles sobre la estrategia que el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, llevará a cabo de cara la renovación de la financiación autonómica. Según ha precisado la portavoz del Ejecutivo regional, Blanca Fernández, el presidente va a “intensificar” durante el mes de octubre los contactos con sus homólogos en otras autonomías. Serán aquellas con las que Castilla-La Mancha tiene “mucho en común”, no ideológicamente sino “sociológicamente”. Ha nombrado así a Galicia, Aragón, Castilla y León, Asturias o Extremadura.
Esta ronda de contactos se realizará en octubre debido a que en noviembre el Gobierno de Pedro Sánchez tiene previsto presentar un nuevo borrador de la financiación de las comunidades autónomas. Antes, García-Page quiere que haya una posición común, una “reflexión de país” entre estas regiones.
Tras señalar que el Ejecutivo regional cifra en 1.000 millones de euros la “infrafinanciación” o “infradotación” de Castilla-La Mancha, la portavoz ha querido dejar claro que no se trata de “defender cada uno lo suyo”, sino que la financiación responda a “esa España de la que ahora se habla, la España rural”, donde vive 40% de la población castellanomanchega. Esto, ha añadido, pasa por que “los servicios públicos sean homologables a las zonas urbanas, por mejorar la igualdad de oportunidades y por ver cómo podemos estimular la inversión en las zonas rurales”. Lo ha resumido en pedir “justicia social e igualdad”.
En caso contrario, advierte, en pocos años situación habrá un “grave problema de despoblamiento de gran parte del territorio”, cuando la falta de actividad humana, añade, es más propicia para catástrofes naturales, como por ejemplo los incendios forestales.
“No significa que vaya a haber una reunión de todos, habrá que articularlo”, ha subrayado después Blanca Fernández. Pueden ser encuentros bilaterales con comunidades en las que existe un “componente común”, pero siempre con el objetivo de llevar una “reflexión conjunta y en común como reflexión de país”.