Josefa Gómez Llorente, La Jose, se presenta a sí como hija de una amante del baile flamenco y un gitano enamorado del cante puro, esencia mestiza, es también la voz del grupo de música de tradición oral Zagala, nacido de los talleres de Eliseo Parra, que compagina con su carrera como solista y como colaboradora de David de María, Tomasito, Eduardo Paniagua o Luis Pastor. Precisamente su esencia mestiza, su trayectoria musical que va desde el flamenco al jazz, lo sefardí y andalusí hasta la salsa y el soul, y su formación como trabajadora social, dan un valor añadido a sus palabras en esta conversación que mantuvo con estudiantes de primero de Educación Infantil de la Facultad de Educación de Cuenca.
Hace unos meses presentaste la canción “Gitanita de la Nueva Era”, una canción que habla de la mujer gitana...
Es un homenaje a mis raíces gitanas, a la familia de mi padre y a todas la mujeres que forman parte de ese linaje. Soy fruto de todo eso y en el vídeo presento a las mujeres que participan como raíces, ramas y frutos, reflejando el recuerdo y la viveza que mantenemos antes nuestras ancestras. También he querido reflejar con esa expresión la cantidad de retos a los que nos tenemos que enfrentar como mujeres y como gitanas.
Te pillamos en mitad de una serie de conciertos presentando esta canción en directo.
Tengo cositas nuevas que voy a presentar en La Parcería de Madrid el 6 de noviembre, aunque lo más reciente conocido es “Gitanita de Nueva Era” que publiqué el día del Pueblo Gitano, en unos meses publicaré más material nuevo. Es lo que tiene la vida de autogestión, que a veces da indigestión, porque hay que hacerlo todo empujando la casita como el caracol.
¿Cómo es un concierto de La Jose en solitario?
Lo vivo con mucha emoción, para mí es una especie de ritual, un momento de reafirmación en el que intento transmitir un mensaje tanto a nivel cognitivo como de emociones. En cierto modo, es una especie de misa laica, un momento de encuentro y de poner en valor lo espiritual y lo reflexivo, pero también lo crítico y la diversión. Me gusta meter la puntillita a lo que no me parece del todo justo en este mundo, pero también le canto al amor y a la alegría, porque mis reivindicaciones van siempre acompañadas de mucha fuerza y de un mensaje positivo.
¿Escucharemos pronto nuevo material de Zagala o es un proyecto cerrado?
Zagala nunca se ha ido. Es verdad que durante esta época de parón hemos tenido menos presencia y hemos colaborado en distintos proyectos, pero el grupo sigue vigente y trabajando en temas nuevos que queremos que salgan a la luz el próximo año. Zagala sigue ahí y quiero compaginarlo con mi proyecto personal como La Jose.
¿Sigue existiendo una brecha entre lo gitano y lo payo?
Es palpable que hay un conflicto y una brecha social, económica y cultural que separa lo gitano de lo no gitano. Yo misma la he vivido al proceder de una familia mixta y teniendo, en cierta forma, un pie en cada sitio. A veces no terminas de pertenecer a ninguno de los dos mundos, aunque tú lo sientas posible, porque socialmente parecen exigir que elijas. Tienes que ser una cosa u otra, no hay una visión humana más aglutinadora de lo que significa la identidad de una persona. No soy la única mestiza del planeta, pero creo que tenemos una sensibilidad diferente porque nos ha tocado estar entre dos mundos.
¿Sigue siendo el absentismo uno de los grandes retos a superar?
Desde luego es una realidad, no podemos negar las cifras. Hay un absentismo escolar más pronunciado en población gitana. Creo que eso se puede deber a múltiples factores porque cada familia es diferente, pero me parece que hay una causa transversal y es que la población gitana no sentimos el sistema escolar como propio, como algo donde nos veamos representados y donde no encontramos referencias cercanas. De la misma manera que existe una brecha social, un desconocimiento y un distanciamiento entre lo payo y lo gitano en muchos ámbitos como el laboral, el emocional o el antropológico, también existe ese distanciamiento en lo educativo. El sistema educativo vigente no ha contado con la gente gitana, lo ha puesto en pie gente que no es gitana con una serie de ideas preconcebidas.
¿Hay, por tanto, un trato diferencial hacia las niñas y niños gitanos?
Un sí rotundo, porque aunque no seas del todo consciente, manejas unas ideas preconcebidas, generalmente negativas, que van a condicionar como tratas a la niña o al niño gitano. No esperas las mismas cosas de ellos que del resto de niñas y niños. Me imagino a algunas madres y padres gitanos que piensan que para qué van a insistir en que acudan a la escuela y estudien, cuando no saben si les va a servir de algo, porque las dificultades de acceso al mercado laboral existen y es mucho más difícil para una persona gitana.
¿Sigue existiendo esa brecha salarial entre gitanos y no gitanos?
En un hecho. Se ve muy claramente en lo que algunos llaman “el colorismo”, cuanto más oscura se tenga la tez más dificultades existe de acceso al mercado de trabajo. Algo que se agrava por la diferencia del punto de partida, si hay más dificultades familiares para costear unos estudios, y tienes que trabajar para ayudar en casa desde muy jovencita o jovencito porque sobrevivir es lo primero. Si a eso le añadimos que tampoco vemos referentes en el sistema educativo, hay muy pocos profesores y profesoras gitanas, los compañeros no te tratan de la misma manera, sobre todo si respondes a los rasgos más estereotipados de lo que el otro espera de un gitano y que generalmente son negativos y si escuchas constantemente en el lenguaje más coloquial e inconsciente términos y formas de hablar antigitanas, cómo te vas a sentir una más.