Jose es transportista, autónomo en una cooperativa con una veintena de socios y de Albacete, aunque trabaja con su camión por toda España y en ocasiones en el ámbito internacional. Desde el lunes está parado y participando en la huelga de transportistas convocada por la Plataforma en Defensa del Sector de Transporte de Mercancías por Carretera Nacional e Internacional.
Prefiere no identificarse, pero sí cuenta las razones que le han llevado a sumarse a los paros. “Por desgracia me he criado en esto. Mi padre era camionero y se mató en el camión. Yo iba con él. En otras profesiones se consideran los accidentes laborales. A mi madre le quedó el 50%. No hay derecho”, dice y lamenta que “para pagar estamos, pero para tener derechos no y estamos trabajando hasta los 65 o 67 años. Hay gente que no tiene ni para echar una cinta para atar las mercancías”.
Cuenta que “la chispa” de los paros ha sido la subida del precio del gasoil. “Se ha disparado al doble y cuando tratas de repercutirlo a tus precios nadie quiere pagarlo. Para trabajar poniendo dinero de tu bolsillo es mejor estar parado” y tanto él como otros muchos autónomos han depositado la confianza en la plataforma convocante “porque nos conocemos. Conocemos al señor que lo convoca: lleva él un camión y su padre otro. Nos sentimos representados porque son como nosotros y nos conocemos de cargar y descargar y de tomar café. El año pasado le echaron de su empresa por decir las verdades”.
Asegura que a pesar del desencadenante de los precios en los carburantes, “todo esto viene de muy atrás. A nosotros nos tratan fatal. Nos obligan a esperar durante horas. Hay días que echamos las 24 horas pendientes de cargar o descargar. Eso no hay forma de repercutirlo económicamente. Las grandes empresas imponen precios y si lo quieres lo tomas y si no lo dejas”.
También denuncia que no se están cumpliendo los plazos de 30 días de pago a proveedores. “Estamos cobrando a 120 y 180 días, con márgenes que no llegan al 25%. Muchos nos planteamos dejarlo. Si el sector fuera bien… ¿Cómo iban a faltar conductores? Muchos estamos por nuestros padres. Desde la época de mi padre la precariedad ha crecido de forma insultante. Si ni siquiera en las logísticas nos dejan entrar al aseo. Luego te ven orinando en una rueda y te llaman guarro”.
Jose suele dormir en su camión cinco o seis días a la semana. “Esto es muy duro, 24 horas al día en dos metros cuadrados y seis días fuera de tu casa. Estás solo, te roban el gasoil, las baterías, te quitan ruedas y a algún compañero le han apuntado con un arma. Ya me gustaría que la policía se preocupara tanto de estar en los polígonos como lo están ahora con la huelga. Podríamos dormir con las puertas abiertas. Yo lo hacía con mi padre de pequeño, en Sevilla, por el calor. No había aire”.
Reconoce que está pensando en abandonar “porque hay viajes en los que no merece la pena arrancar el camión. Trabajé sin parar en la pandemia para que no faltara nada en Albacete. Enganché el COVID y estuve una semana ingresado por trabajar sin mirar si ganaba más o menos” y asegura que “a nivel personal la profesión es difícil. Nunca he podido ir a un médico con mi hija. Si me descuido el día que nació no llego. Eso no se ve. Es lamentable que nos veamos así. Todos los empleos tienen sus cosas... pero, tela”.
¿Y cómo se justifican las pedradas a los compañeros que no hacen huelga u otras acciones violentas? Jose comenta que “en todas las huelgas, sean del transporte, de astilleros, en la agricultura…Siempre hay gente que se infiltra. Hemos visto a gente que no son de los nuestros. En el gremio nos conocemos todos. No sabemos si quieren crear malestar o si son antisistema”.
Cuando le preguntamos por los problemas de desabastecimiento que están denunciando empresas del sector agroalimentario por el bloqueo de camiones, Jose explica que él ha colaborado como piquete. “La gente que ha dicho que le dejen pasar porque lleva mercancías para animales, y yo he estado en piquete, se les deja pasar, a ellos y a todo el mundo. Solo se informa. Paramos a gente que llevaba ayuda humanitaria y les aplaudimos. No se cohíbe a nadie, pero sabemos que nueve de diez están trabajando obligados”.
Nosotros no nos identificamos con ninguna fuerza política. En estas cosas hay muchos poniéndose medallitas a costa de otros. Vox no sé lo que hará, pero nosotros no tenemos nada que ver. Están saliendo cosas en los medios… Cada uno tiene sus ideales
También habla sobre la implicación de la ultraderecha en el conflicto, atizándolo, tal y como denunciaba la ministra portavoz, la castellanomanchega Isabel Rodríguez. La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, advertía también ayer que no se sentaría “con un grupo de radicales que utiliza la violencia”
“Nosotros no nos identificamos con ninguna fuerza política. En estas cosas hay muchos poniéndose medallitas a costa de otros. Vox no sé lo que hará, pero nosotros no tenemos nada que ver y me da igual de un lao o de otro. Están saliendo cosas en los medios… Cada uno tiene sus ideales. La violencia no lleva a nada bueno, pero que estés informando en una rotonda y te manden a los antidisturbios…”
“No se pierde nada por hablar”
Cree que el paro se va a mantener en el tiempo. “Hasta que no se reúna la ministra con quien ha convocado el paro la gente no saldrá a trabajar. No se pierde nada por hablar” y hace un llamamiento al diálogo.
Afirma que la mayoría de sus compañeros “están con el señor de la plataforma, aunque no sean asociados. Con el que no están es con el Comité de Transportes”, en alusión al Comité Nacional del Transporte por Carretera es la voz 'oficial' del sector, según la ministra del ramo.
Jose cree que no es un interlocutor válido con el gobierno. “¡Es que son ellos los que nos dan los viajes! Son los cargadores y la gran mayoría nos alquila camiones y nos aprieta. Desde luego ellos no van a querer ir a la huelga” y lanza una pregunta: “¿Por qué falta gente para trabajar en el sector? Porque hay que ver las condiciones laborales, seas autónomo o asalariado”.
Denuncia que quienes les contratan “son comisionistas a los que les gusta la subcontratación. Con un ordenador y un teléfono ganan dinero. No hay derecho a que gane más que yo exponiendo mi vida y mi casa”.